27 oct 2011

Jardiel sustituye a Watson

Repasé la novelita: Los 38 asesinatos y medio del Castillo de Hull; autor, Enrique Jardiel Poncela. De Jardiel Poncela me había leído varias obras dramáticas del escritor, que como escritor de teatro no tiene pérdida. Pero, Zarigüeyos, fue "apropiarme" del libro, y leerlo en menos de una hora. Jardiel Poncela aunó diversos relatos en un solo libro, que corrigió y lo transformó en novela. Una novelita brillante, no exenta de humor, más elegante que Ramón Gómez de la Serna, más ágil que el aparatoso humor inglés. Jardiel Poncela es Harry, que sustituye al Dr. Watson, ya que Sherlock Holmes necesita con prisas un ayudante. A partir de ahí, la novela transcurre entre situaciones absurdas y ocasiones que Jardiel Poncela utiliza con recursos y maestría. Es una obrita para no perdérsela. No hay sarcasmo y sí un humor que destila un profundo conocimiento del alma humana, con los resortes necesarios para hacer saltar la risa floja y la alegría fácil. Os aconsejo que sigáis la broma de "El tiempo es oro", que dice Harry ser el lema de Sherlock Holmes, en donde la realidad se funde con el humor, y en que el asesino no es, precisamente, visible.

Sign: N JAR tre

20 oct 2011

¿Qué hace un manuscrito en la bañera?

¡Hola, Zarigüeyos! Lamento estos meses de silencio, pero los he pasado ocupado en mi blog, con paradas intermitentes (que aborrezco, claro); pero Tío Hyeronymus ha regresado de nuevo, para recomendaros una nueva obra. Continúo con Stanislaw Lem. Se trata de Manuscrito encontrado en la bañera. Es una obra alegre, y al tiempo, angustiosa. Una crítica a los entresijos de la Inteligencia Militar o de Estado, y a sus maneras de espionaje. Sí, espionaje en una sociedad totalitaria, tema favorito de Lem, en la mayor parte de sus obras, y que en este Manuscrito... se deja notar con una hiriente capacidad de angustia. Al principio, no tenía pensado leer este libro. Estuvo en el anaquel cerca de cuatro o cinco años, hasta que decidí leerlo. Asombroso el absurdo Edificio (que es el Pentágono, pero trasladado al Kremlim más frío y aséptico, y unos absurdos agentes que son infiltrados del Antiedificio. Aclaro: los espías del Pentágono, no son los espías del mismo, sino agentes dobles, triples, cuadrúples, quintúples, sextúples, septúples. octúples... y seguimos. Lo absurdo que quiere demostrar Lem, ambiguamente, es que nadie es libre, y que la libertad se halla fuera del Edificio, del cual, nuestro protagonista no sale, preso en una celda de lujos, pero con una existencia absurda, también, como agente del Edificio. Claro que, el lector, espera llegar al final, y Lem lo sorprende con un final kafkiano que no desvelaré, y absurdo, claro. Creo que me he pasado con las tildes en la numeración de los agentes...


Signatura: N LEM man