Todo estaba preparado para el gran acontecimiento. La cadena de televisión había anunciando el nuevo programa a bombo y platillo durante los meses de verano. Sería un programa piloto de tres horas de duración, que sí funcionaba bien se repetiría mes a mes. En él, y teniendo en cuenta que era un único día de trabajo, había bastante dinero de recompensa para el ganador del concurso.
Al casting se habían presentado docenas de personas deseosas de ganar unos euros como fuera y dado que la cadena era famosa por su falta de escrúpulos a la hora de conseguir audiencias, los que decidieron presentarse estaban dispuestos de antemano a casi cualquier cosa y a tragar con lo que se presentara.
Al final y después de una exhaustiva selección quedaron ocho concursantes elegidos, estos eran: Los mas fuertes, los mas decididos y los mas necesitados de dinero; en total dos mujeres y seis hombres.
Nadie sabía de que trataba el programa, ni siquiera a los concursantes se les había dicho que deberían hacer y como competirían, solo conocían la cantidad de dinero que ganarían por participar aquella noche cada uno de ellos; 10.000 euros, también estaban al tanto de la suma total que se llevaría el ganador, 50.000 euros mas unos extras indefinidos. Esta era la información que habían recibido, lo demás, era un secreto.
Los participantes llevaban todo el día en el estudio de televisión donde se les probó la vestimenta; unos trajes rudimentarios imitación a la piel de animales bastante interesantes, luego les pusieron las pelucas de pelo largo y desaliñado y solo dos horas antes del comienzo se les llevó a maquillar, por último pasaron a hacerse un reconocimiento con el médico; se les tomó la tensión, pulso etc. y se les dió por válidos.
El decorado era una enorme cueva troglodita estilo “Los Picapiedra”. Una mesa imitando a una enorme piedra presidía la habitación, alrededor unos sillones hechos de troncos para ocho personas, grandes teas ardiendo daban luz en el centro y a los lados de la mesa, así como en la entrada de la cueva y en varios puntos de las paredes. Todo imitando perfectamente a una habitáculo de la edad de piedra.
A la hora señalada el famoso presentador ya estaba preparado y esperaba la orden que le diera su entrada. El público hacía tiempo que había devorado el bocadillo y la bebida que les dieron, y con lo cual la productora pagaba a unos extras que en otros tiempos hubieran costado un dinero y ahora les salían gratis. Se les había advertido que el regidor les marcaría en todo momento cuando hay que aplaudir, cuando reír, cuando asombrarse, cuando enfadarse, etc...Todo debía estar y estaba bajo control. Era un programa en falso directo, con un decalaje de varios segundos hasta que llegaba a los ojos del televidente, solo lo justo para cortar y poner publicidad en caso de que pudiera surgir algún imprevisto no deseado.
Un gran aplauso recibió al presentador que este agradeció al publico sonriendo ampliamente aun a sabiendas que el aplauso había sido exigido por el regidor. Así comenzaba la gran mentira. A una señal del director y con acompañamiento de música ambiental fueron entrando los concursantes. Cada uno llevaba un numero en el pecho que iba desde el n.1 hasta el n.8 y se fueron sentando en el sillón también marcado con el número que les correspondía. Entonces el presentador pasó a indicar cuales eran las normas del programa y sobre todo desveló el gran misterio.
Durante tres horas y media de programa se serviría una copiosa cena a los concursantes, los cuales nunca sabrían cuando se daba por terminada la comida, por lo que deberían zampar mucho o poco, al principio, en medio, o al final...todo según su propio criterio, pues el ganador del concurso sería aquel que acumulara mas peso en su cuerpo en aquellas tres horas y pico. Se les pesaría al principio de la cena y mas tarde aleatoriamente durante la misma, cada doscientos gramos que fueran ganando suponía un incremento de 1000 euros en el premio final acumulables solo al vencedor. No había platos, tampoco cubiertos, comerían directamente de las fuentes que se pusieran encima de la mesa. Y lo mas importante: Todo estaba permitido entre ellos, podían robarse la comida unos a otros y hacer lo que fuere para conseguir el premio. Las reglas eran, que no había reglas.
Alguien entró en el set una báscula que pusieron en un lado de la cueva, una vez instalada fueron pesando a los concursantes uno a uno . En un monitor de televisión fue apareciendo el peso del n.1, del n.2...así hasta el n.8. Una vez que el pesaje terminó, pasaron a publicidad.
Después de tres o cuatro minutos, el presentador reapareció en el set, pidió un aplauso al público para animar a los concursantes que ya estaban sentados en su lugar y al grito de “¡Adelante con la cena!” comenzaron a entrar bandejas de comida. Carnes asadas, vegetales, patatas...Un sinfín de viandas se fueron amontonando en la mesa.
Los menos tímidos empezaron a arrancar los trozos de carne con las manos amontonándolo a su lado, esto animó al resto que para no quedarse atrás y tal vez sin comida, tuvieron que incorporarse al festín rápidamente. En unos cuantos minutos todos comían a dos o tres carrillos. Al poco la carne se terminó, quedaban verduras y alguna patata que todos habían despreciado, también quedaba la duda si habría mas comida por venir. Se miraron unos a otros tratando de calibrar la cantidad ingerida de el de al lado y finalmente dos de ellos decidieron comer las verduras por si acaso y se disputaron las últimas patatas. Viendo que no traían mas comida los otros concursantes decidieron incorporarse para engullir los restos. Pero ya no quedaba casi nada, entonces uno de ellos optó por robar una enorme patata a su compañero de mesa. Este se cabreó y retorciéndole la mano recuperó su patata “ ¡Cabrón !- le dijo- ¡Si vuelves a robarme te mato!” En ese momento entraron mas fuentes de carne. Todos se abalanzaron sobre la nueva comida y olvidaron la patata y los vegetales. Y comenzó otra pelea, esta vez por el vino, que escaseaba mas de la cuenta, y el n.4 necesitaba beber urgentemente para bajar la comida, cuando consiguió hacerse con un buen trago, eructó ruidosamente y mas tarde lo hizo de nuevo, no podía engullir más, pero siguió y siguió...La vomitona fue a parar encima de la mesa, esto enfureció al resto de los comensales, algunos dejaron de comer por el asco, otros lo insultaron...Entre el público alguien gritó “¡Cerdo!”, mientras el resto reía o se sumaba a los insultos. En ese momento el presentador dijo que era hora de pesarles a todos y que lo harían después de publicidad.
Les fueron pesando por orden. En general todos habían ganado entre 1800gr. hasta 2000gr. con excepción del n.4 que había perdido unos gramos de su peso inicial a consecuencia de la vomitona. Todos volvieron a la mesa y continuaron comiendo los restos que quedaban. El n.4 se puso a zampar como un poseso, quería recuperar la comida desperdiciada y para ello, no dudó en hacerse con toda la que pudo y que fué amontonando en su parcela de mesa, tenía que darse prisa, y en su ansia por comer todo lo posible, no pudo evitar que las nauseas volvieran a invadirle, trató de impedir lo que de nuevo se le venía encima, pero era demasiado tarde. Esta vez vomitó de espaldas al publico, una de las chicas, la n. 3, que comía a su lado, asqueada, no pudo evitar contagiarse, las nauseas la cogieron de improviso, solo tuvo tiempo de deslizarse debajo de la mesa y allí, soltó todo lo comido en el día. Los ánimos se fueron calentando, el resto de concursantes protestaban, que así no podían seguir comiendo, que si estaban enfermos y no podían concursar deberían irse...
El presentador después de consultar con dirección anunció que si había una tercera vomitona de la misma persona, esta quedaba automáticamente eliminada del concurso. Luego pasó a publicidad.
Se les volvió a pesar; el n.5 y la n.7, estaban poniendo mas peso que el resto de compañeros de los que se desmarcaban claramente. La n.3 había perdido todo lo acumulado hasta entonces y decidió no seguir, el solo pensamiento de ver comer a los otros como salvajes, le producía una nausea tras otra.
En la mesa había nuevas viandas de aspecto desconocido. Se les informó que tocaba comer exótico; sopa de lagarto y gambas, carne de serpiente aderezada estilo Hong-Kong, rata vietnamita en salsa picante, delicias de langosta (con alas) aderezada con salsa de soja, y por ultimo tallarines estilo Formosa.
Todos se tiraron a los tallarines ignorando el resto de los manjares... y comenzó una gran pelea, se los quitaban los unos a los otros de las manos, inclusive de las bocas...aquello era tan denigrante y repulsivo que el n 4 volvió a sentir ganas de vomitar, y puede ser que a mala idea, (pues sería eliminado) vomitó de nuevo encima de la mesa salpicando al resto de los trogloditas y también a la comida...La chica n. 7 se desmayó y tuvieron que sacarla del decorado. Hubo quien siguió comiendo a pesar de que los vómitos ya eran parte del menú...El publico enardecido, gritaba, reía e insultaba sin freno, ya no hacían caso del regidor, e iban por su cuenta.
Pasada la publicidad se les pesó de nuevo, el n 5 seguía en cabeza. El presentador advirtió que ahora solo quedaban los postres y que después de estos, tendríamos al ganador del concurso definido. Los cinco concursantes que quedaban se sentaron de nuevo a la mesa.
Tartas, tartas y mas tartas; de chocolate, de nata, manzana, frambuesa...Comenzaron a comer como locos...Al n.1 que tenía la boca llena de nata le entró un hipo nervioso y expulsó parte de la tarta en la cara del n.2, este, cabreado, le tiró encima lo que quedaba de una de chocolate, entonces comenzó la guerra de las tartas...Esta batalla llegó al público que en su mayoría estaba deseoso de colaborar en la guerra, y también alcanzó al presentador y a los cámaras...Tuvieron que pasar a publicidad
Los cinco concursantes ahora si que estaban integrados en su papel, en menos de tres horas habían involucionado hasta llegar a la edad de piedra sin aparente esfuerzo. El ligero barniz de gentes del siglo 21 había desaparecido por completo, era como si nunca hubieran sido seres civilizados...Quizás nunca lo fueron...
Ahora tocaba pesar a aquellos seres por ultima vez, unos habían ganado hasta cuatro kilos y pico, otros, algo mas...Fué el n.5 el que logró llegar a 6kg. y 200gr.
El presentador pidió un fuerte aplauso para el ganador y le alzó el brazo en señal de triunfo, el set se llenó de globos y serpentinas...En la pantalla gigante apareció la cantidad total del premio: 50.000 euros mas 31.000 extra, daban la suma de ¡81.000 euros para el vencedor!. Este, cuando vió la cantidad reflejada en el monitor, pensó en su familia, con los hijos sin trabajo, y él mismo en el paro...y la emoción le superó. Cayó al suelo como herido por un rayo, dejando escapar todos los fluidos de su cuerpo en la caída.
La sorpresa, el olor nauseabundo, restos de porquería por todas partes...Tuvieron que pasar a publicidad.
Al cabo de cuatro minutos, re-apareció el presentador que con gesto serio leyó el parte médico en el que se decía que el hombre había muerto a pesar de los intentos del médico del programa por reanimarle. Un exceso en la ingesta de alimentos y la emoción o lo que fuere, habían terminado con su vida. “No nos queda mas que dar nuestro pésame a la familia -dijo con gesto compungido-El n.5 fué un gran concursante del cual estamos orgullosos, gracias a él todos, público, televidentes y nosotros mismos pasamos unas horas muy divertidas y amenas, por lo que los momentos mas impactantes que aquí tuvimos, los repetiremos durante los próximos días en los programas de entretenimiento de esta cadena. Lástima que se fuera sin disfrutar del dinero. ¡Un hurra para el n.5!”- reclamó autoritario- Y el público, sin dudarlo y puestos en pie, lanzaron un fuerte “hurra”, sin duda agradecidos por la noche impactante que habían presenciado.
-Queridos televidentes- volvió a tomar la palabra el presentador, ahora mucho mas sonriente- me acaban de informar que dado los altos picos de audiencia que hemos obtenido durante el programa ¡Volveremos en un mes!
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