18 feb 2011

“EL ENVíO”

La habitación está en penumbra, solo las luces de la ciudad entrando por la ventana iluminan parcialmente la silueta de alguien que fuma nerviosamente cigarro tras cigarro. El sonido repentino del teléfono sacude el silencio del apartamento. El hombre apaga el cigarrillo y escucha. Uno, dos, tres... Al otro lado han colgado. De nuevo escuchamos el timbre, uno, dos, tres... Antes del cuarto sonido el hombre descuelga el aparato.
Aquí Ariel, dime como va todo. ¡Ehh!. No, aquí no ha llegado nadie. Que no joder, que te digo que no. Pues os habréis equivocado de país y lo mandasteis a otro. ¡Jodeeer!. Si la culpa la tengo yo, por andar en bussisnes con mataos como vosotros.
Ariel, visiblemente nervioso enciende un nuevo ciga... ¡Silencio!
¡Quién carajo la traía! ¿Otra chica? ¿Nueva también? ¡Estáis locos! ¿De dónde la sacasteis? Ya, no me digas, estoy de primitas hasta los huevos, así nos van las cosas, y mientras... ¡A llenar Madrid de putas...
!La mía no cabrón, eso la tuya con todas tus primas al frente.
El hombre según habla se va alterando más y empieza a dar grandes zancadas en...
¡Que se calle coño! ¿No ve que estoy hablando por teléfono? No, no era a ti gilipollas. ¡Que se ponga Willian Jose!
Esta vez apaga la colilla aplastándola contra el suelo y enton...
¡Pero se quiere callar de una puta vez! Nunca, nunca, ninguno de mis personajes me había trata... ¡A callar! Narrador de mierda, ¡He dicho que se calle para siempre! Oye tú, maricón. Que si la mercancía no llega a tiempo, yo me largo. Estos no aguantan una mosca en el rabo, el otro día se cargaron a un tío porque no les caía bien y con la plata que ya han soltado pues te puedes imaginar que no van a soportar que vosotros, panda de comemierdas, les toquéis los cojones ¿Estamos? Pues eso, que si mañana no hay noticias, se acabó el bussisnes y yo me desaparezco. ¡A la mierda!

La Censura por Decreto


Hola, Zarigüeyos, aquí está el Tío Hyeronymus con una nueva recomendación. Lo estuve comentando con Jose antes de entrar al Taller, y, después de meditarlo y leerme el volúmen (por cierto, que manía con los ensayos mazacotes. Uno se pasa haciendo calistenia todo el tiempo. Creo que mis bíceps han crecido un poco-es broma) he decidido recomendároslo en el apartado de Libros.

"La Prensa en la Segunda República española. Historia de una libertad frustrada", de Justino Sinova, periodista es un estudio sobre la censura antes y después de la Guerra Civil, y los tejemanejes de los políticos, que no tardan en liarla parda en su favor. Ciertamente, en la Segunda República hubo muchas oscuridades. En principio, porque, la Prensa era libre de decir lo que quería; pero Maura, en incluso Azaña o Primo de Rivera o Portela Valladares, trataban de manejar las publicaciones a su favor. Se cerraron periódicos como el "YA" o "ABC" y unos cuantos más. O como Sinova señala en el Epílogo: "La guerra civil se llevó por delante la Prensa", y con ella, añado, la libertad de expresión, suprimiendo muchos derechos vitales, y con la hipocresía de que era peligrosa.

Cuando un político se ofendía, sea del partido político que sea, decidía cerrar un periódico o una revista. Se lo tomaban de manera personal, que es lo que no debe hacer un político en sus cabales: pero el Poder es un veneno agradable, siempre que uno se encuentre inmunizado del mismo. Hasta hay venenos dulces.

Os encontraréis, Zarigüeyos, en este ensayo con verdades muy ocultas, que salen a la luz, medias verdades, y falsedades que carecen de fundamento. Cerraban la Prensa, la amordazaban, "porque sí", como un niño caprichoso. Y Sinova, en el prólogo, que cada lector extraiga sus propias conclusiones. Y eso es una buena idea. No hay partidarios.

La signatura: 07(o9) SIN

A vueltas con la Literatura, la lectura, etc.

Hola amigos:
Os indico un link a un blog de un profesor de lengua que tiene cosas interesantes. Una de ellas es ésta sobre los riesgos de leer.
http://repasodelengua.blogspot.com/2007/12/prohibido-leer.html

Dice con ironía verdades como puños, y su última reflexión tiene que ver con lo comentado ayer en el taller. Mi respuesta a su pregunta es SI. Me gustaría saber cuál es la vuestra.
No puedo dejar de adelantároslo aqui:


"10.- La lectura no está al alcance de todos. Digan lo que digan, el placer de leer está reservado a unos pocos. Son esos pocos los que gozan casi pecaminosamente cuando descifran un clásico, cuando sienten las pasiones que se imaginaron hace siglos para que les lleguen a ellos casi en exclusiva, cuando se quedan varios días en estado de shock después de leer buenas novelas, cuando se estremecen leyendo un poema, cuando lloran o ríen entre líneas, cuando recomiendan furtivos lecturas que no se venden en Carrefour, cuando no pueden salir de casa sin un libro en el bolsillo, cuando miden sus vidas por los libros que leyeron en cada época... Son una élite, peligrosa y exquisita, que procura captar miembros para su secta, pero que también sabe que muy pocos serán los elegidos. ¿Lo eres tú?"

14 feb 2011

Un libro se suicida cada vez que...

Un libro se suicida / A book commits suicide
cada vez que ves Jersey Shore / every time you watch Jersey Shore


Sustitúyase a conveniencia Jersey Shore por su reality favorito.

vía newsweek

11 feb 2011

CASA DE CRISTAL

Casa de cristal que nos acoges, no cierres nunca tus puertas a quienes queremos encontrar los duendes escondidos en tus rincones.

Eres mágica y extraña al mismo tiempo; te rodea una cascada y árboles de hierro; nunca el hierro y el agua se han entendido bien, pero tú, sabes hacer que sea la puerta de entrada a los espíritus fuertes como el hierro y fluctuantes como el agua que quieren existir a través de las palabras.

Hazte fuerte y eterna como tus árboles y, deja que el agua se lleve aquello que te quite la magia de dar cobijo a los duendes.

LA PLAZA

Os voy a contar la historia de mi plaza, me hubiera gustado que ésta fuera otra. Mi plaza siempre me pareció bonita. Tres edificios unidos le dan forma de u. Hay dos plantas de viviendas, se accede a ellas y a los locales comerciales de los bajos, a través de unos soportales flanqueados con columnas de granito; donde están los portales de acceso, entre las columnas, hay unos bancos también de granito coronados por un arco de ladrillo rojo; paredes blancas salpicadas por pequeños balcones negros en algunas de las viviendas, te hace pensar que las casas no son todas iguales, tejas rojas en el tejado con sus chimeneas en otro tiempo humeantes. El edificio central está presidido por un gran rosetón albergando un mosaico con la figura de la Virgen titular de la plaza. Un pasillo central la divide en dos. Cuando mis hermanos y yo éramos pequeños parecía una pequeña ciudad, había 20 tiendas diferentes en los locales comerciales, frutería, pescadería, carnicería, huevería, farmacia, tienda de ultramarinos, panadería, un bazar, y hasta una carbonería. Bajábamos a jugar a la plaza, las mamás podían vernos desde las ventanas, en el lado más soleado había árboles laterales y tierra en el centro, los chicos jugaban a la pelota, y las niñas hacían comiditas a sus muñecas, en el otro lado había más árboles, y en invierno se formaba una placa de hielo en el suelo que era nuestra pista de patinaje; también jugábamos al escondite y al pañuelo. Cuando llovía era muy agradable oler a tierra mojada, y el viento, a veces, movía los árboles que a los niños nos daba miedo En esta época la plaza tenía vida, los niños jugando, los mayores comprando, en algunas de las tiendas se hacían pequeñas tertulias, algunas señoras iban juntas a hacer la compra siempre a la misma hora. En verano, bajábamos por la noche a tomar el fresco, los niños jugábamos al escondite y los mayores se sentaban en los bancos de granito. En la actualidad, el lado más soleado sigue de tierra en el centro pero rodeado de jardines con setos de romero, con cuatro bonitos parterres en sus esquinas, y una fuente en un lateral; el lado más frío, también tiene jardines y parterres, pero en el suelo hay baldosas y bancos de madera, y en el centro un pequeño parque infantil; los árboles de ambos lados son muy grandes, sus ramas se pueden tocar desde las ventanas, y son la casa de diferentes tipos de pájaros, que hacen de despertador en el verano. El aspecto físico central ha mejorado, pero la parte humana y los soportales ya no son los mismos, de todas las tiendas sólo queda la farmacia. No hay niños que jueguen, ni mamás haciendo la compra, ahora los bancos y soportales son el punto de encuentro de desocupados y pandilleros con perros de presa, haciendo botellón y traficando con droga, ensuciando paredes, suelo, puertas y no dejando vivir a los vecinos. Esta fue y es mi plaza.

5 feb 2011

45 y el Chico del Cuadro 3, Perdido en otra Dimensión (Dedicado a Marisa Pino)


45 entró en su oficina, encendió las luces, y se acercó a su despacho. Antes de volver a encender la luz, escuchó un ligero gimoteo, y una figua de un chico espigado, con gorra y unos periódicos que se ocultaba en la oscuridad.

-No te asustes. Voy a dar la luz-dijo 45.

La luz se hizo (gracias al invento de Edison, claro) y pudo distinguir más al Chico, que parecía salido de un cuadro, y que, al parecer, era vendedor de periódicos. El Chico continuó llorando, hasta que 45 lo tranquilizó.

-Si me dices que te pasa, tal vez pueda ayudarte.

El Chico dejó gastar agua salada por los lagrimales, y puso a 45 en antecedentes: que no sabía como había llegado al despacho; pero sí que se abrió una extraña puerta, y llegó aquí, sin mapa de situación ni nada, y que se había perdido, y no sabía o ignoraba la manera de regresar. Y que tenía que volver a su apartado, pues este apartado, o lo que fuera, se le antojaba extraño.

Entonces, 45, empezó a meditar, buscando la solución. Paseó de un lado a otro del despacho, y dijo:

-Esto es muy sencillo-empezó-, primero, eso que llamas "apartado", debe ser "etiqueta de entrada"; al parecer, tu creador (las preguntas más tarde, por favor) se ha equivocado de etiqueta y te ha introducido aquí. La solución es la siguiente, que tu creador o creadora, entre en "editar entrada" y modifique la etiqueta de "45Relatos" a "Relatos" y regresarás a tu lugar. Y de paso, si un día quieres venir, te invito a "45Relatos", y a mi mundo. Pero creo que es el momento de que regreses. Ah, sí, o que pida ayuda al Webmaster del Blog. Saca de muchos apuros.

Se abrió el portal dimensional en la pared del despacho.

-Creo que esa galería es tuya. Bon voyage!

Por primera vez, el Chico del Cuadro sonrió. Ya no estaba tan perdido. Se le cayó un periódico al suelo. 45 lo cogió, para entregarlo, pero el portal se había cerrado.

Y así fue otro día en la existencia de 45, y empezaba una nueva jornada de trabajo.
“El niño del cuadro”
6 La devolución y fin.

Estaban empezando a salir los alumnos del “Lasalle” cuando Martín llegó jadeante a la puerta del colegio, Andrés corrió hacia él.
-¿Qué tal anoche? ¿Se le pasó el enfado a tu madre?
-¡Uyyy!. No veas el rosario de reproches y sermones que tuve que oír...pero creo que en el fondo está orgullosa de que fuera cierto lo de mi retrato, se la escapó algo que murmuró entre dientes, muy bajito, para que no lo oyera...creo que dijo: “Si tu padre pudiera ver el cuadro, aunque solo fuera una vez...!”
-Bueno, ya verá algo... de eso ya me encargo yo, chaval, confía en mí...
-Pero, ¡Hay que devolverlo! Esta misma noche, se lo prometí a mi madre, estaba muy preocupada de que esto pareciese un robo.
-No te preocupes chaval, lo vamos a devolver, pero hay que pensar como, la idea fué tuya, así que, el como se devuelve también es cosa tuya, dime que has pensado.
-Pues nada, lo mejor es que esta tarde, a la hora que mas gente esté en la exposición, entras con el paquete, mi madre lo ha envuelto con unas telas que ha cosido alrededor y le ha dado una forma un poco redonda, así nadie puede pensar que llevas un cuadro, te vas a los lavabos, lo sueltas allí y sales cuanto antes ¿Qué te parece?
-Jolín, siempre yo, como dice mi padre “siempre me toca bailar con la más fea”
-Lo siento, pero no veo otro modo..
-Que le vamos a hacer, lo haré, la verdad que no se que harías sin mí, chaval.
-Siempre te estaré agradecido Andrés, eres un buen amigo.
-Bien, quedamos a las siete , es la hora que mas gente suele ir ¿De acuerdo?
-De acuerdo, nos vemos a las siete en los jardines del parque, desde allí se ve muy bien la entrada de la galería, cuando haya mas gente entras, lo dejas y nos vamos corriendo.
-Hasta luego chaval
-Hasta luego Andrés.
No habían dado aun las siete en el reloj de la Iglesia cuando Andrés llego al parque, Martín ya lo estaba esperando con un curioso paquete de tela floreada con forma redonda
-Jolin ,que paquete mas raro habeís hecho... Bueno, vamos a inspeccionar como va la cosa. ¡Ahí va!. Hay un guarda en la puerta, pues si que la hemos fastidiado...
-Sí, ya lo he visto, no me atrevía a decírtelo.
-¡Ah ,pues yo no paso, con ese hombre ahí, ni hablar, seguro que me abre el paquete.
-Por favor Andrés. ¡Inténtalo!
-Ya me has oído, con ese guarda yo no entro. Que nó.
-Y que vamos a hacer, como lo devolvemos, yo no me lo puedo quedar...
-Jolin Martín, tu eres el del lío, no yo...Mira chaval, se me está ocurriendo algo,¿te acuerdas del padre Nemesio, el que da el catecismo? iremos a verle, de cualquier modo tengo que confesarme.
-Buena idea, pero Andrés, tu no tienes que confesar nada, soy yo el culpable de todo.
-No seas tonto chaval, la cosa no va por ahí, a mi edad hay muchas cosas que tu no sabes y de las hay que confesarse...
-La capilla del colegio Lasalle estaba en penumbra, unos cuantos chavales esperaban arrodillados turno para acercarse al confesionario, el padre Nemesio los despachaba lo más rápido que podía pues se estaba haciendo tarde, aquellos días de preparación para la primera comunión le tenían mas ajetreado de lo habitual, miró el reloj, eran las siete y media, esperaba terminar antes de las ocho para la catequesis...Hizo una seña con la mano para que se acercara el siguiente.
-¿Qué hacéis los dos aquí juntos, se os ha olvidado que la confesión es de uno en uno?. Claro, hace tanto tiempo que no usaís este sacramento...Y tú Martín ¿Cuándo demonios vas a volver al colegio?
-Verá padre...
-De uno, en uno, he dicho, primero tú Martín, tengo ganas de hablar contigo, luego vienes tú ,Andrés...¿Está claro?
-Ave Maria purísima ...
-Sin pecado concebida...

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La galería estaba semivacía, las mañanas eran mas bien tranquilas y Gomez Bosch aprovechaba esa tranquilidad para dibujar bosquejos a carboncillo de las futuras obras que tenía en mente. Alguien acababa de entrar en la sala ,el pintor miró con curiosidad al cura que portaba un curioso paquete floreado entre sus manos.
-Bonito cartel tienen ustedes anunciando la exposición...¿Es usted el pintor?
-Sí ,soy yo...
-¿Puedo tener una charla con usted?
-Por supuesto ¿le interesa la pintura?
-Pues, no sabría que decirle, pero creo que a partir de ayer sí ha empezado a
interesarme...
Cuando el padre Nemesio terminó de hablar, el pintor ya tenía entre sus manos el cuadro de “El chico vendedor de periódicos”, y una nota escrita con letra infantil en el que se le pedía perdón al tiempo que se le daba las gracias por haber hecho “Tan feliz a mi madre”.
-Padre, este chico me interesa, ¿Puedo hacer algo por él, sin que usted quebrante su secreto de confesión?
-Podríamos pensarlo, el chico no puede regresar al colegio mientras su padre no vuelva de Francia, tiene que trabajar... Usted mismo sabrá hasta que punto quiere llegar ayudándole, si vuelve al colegio deja de ganar el dinero que saca con los periódicos, no es mucho, pero lo necesita, el colegio es gratis, el salir adelante no.
--Quiero correr con esos gastos, haga usted las averiguaciones necesarias y vuelva a verme con las cifras. Se lo voy a agradecer siempre padre.
-Está bien, a la semana que viene volveré, haremos lo que podamos por el chico.

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-¡Martín! He visto al padre Nemesio en clase de religión, dijo que todo había ido bien, que no nos preocupáramos mas del asunto, pero que no volvamos a hacer otra barrabasada parecida, o nos corta las orejas. Ya sabes, los curas; una de cal otra de arena.
-Me has quitado un peso de encima Andrés...lo que siento es que mi padre nunca va a poder ver el cuadro.
-Eso es lo que tu crees, toma, esto lo cogí para ti, tenían un montón en la galería...
-¡Pero si es el cartel de mi cuadro!
-Claro tonto, ¡Que seria de ti sin mí chaval! ¿Qué creías que llevaba escondido con los tebeos debajo de la chaqueta el otro día? .

3 feb 2011

“El niño del cuadro”4
El préstamo
La galería esta llena de gente. Andrés curiosea simulando un gran interés en las pinturas deteniéndose en cada una de ellas, mientras, no pierde ojo de lo que pasa alrededor. Cuando el público empieza a marcharse decide que es hora de ir a los lavabos, hay uno de señoras y otro de caballeros, es tarde y apenas quedan señoras en la galería, por lo que piensa que es mejor escondite el de las damas. Dentro, dos puertas para elegir retrete, si a alguna se le antoja llamar a su puerta el indicaría que iba para largo, que usara el otro...Pensado y hecho, ojea el pasillo al final del cual hay una puerta que debe ser una salida a la calle de atrás, abre una puerta de un pequeño almacén lleno de trastos, cuadros y restos de carteles varios y en el que por un momento está a punto de quedarse, pero al final se decide por los lavabos, mas seguros piensa, y también porque por alguna razón le pone lo de que es el de las señoras. Se encierra dentro, saca un T.B.O. de El Guerrero del Antifaz y tranquilamente sentado se dispone a leerlo una vez mas. Un taconeo dentro del lavabo le saca de la lectura, alguien intenta entrar en donde se encuentra, -“Ocupado”- dice con voz de falsete, quien fuera se mete en el retrete de al lado, un sonido de sedas subiendo y bajando llega nítidamente a los oídos de Andrés que empieza a ponerse nervioso, su cabeza fantasea con la idea de unas medias de seda cayendo a sus pies y luego otra prenda y otra y siente que su cabeza esta a punto de estallar y también los granos de su cara y se tapa los oídos, no puede soportarlo y se encomienda a todos los santos para que aparten de él aquellos pensamientos pecaminosos, que le llevaran sin remedio a confesarse con el padre Nemesio...Así pasa un rato, tratando de no oír hasta que de nuevo el taconeo se va alejando, luego una puerta que se cierra de golpe ,mas tarde, el silencio y Andrés respira aliviado,- “Esto si que ha sido una aventura- piensa- y de las buenas...”
Andrés espera una media hora mas hasta que decide salir de su escondrijo, todo esta en silencio, las luces apagadas, enciende una cerilla y en el pasillo comprueba que la puerta aquella esta cerrada con llave.
-Mala cosa, tengo que ver que pasa con la puerta principal, si está echada la llave, todo está perdido...
Al solo pensamiento de esta posibilidad le dan ganas de ir al retrete para usarlo de verdad, la cerilla agotada le quema los dedos, enciende otra, llega a la sala principal, el cuadro de Martín sigue allí.
-La puerta, tengo que ver la puerta de entrada.
Ha descubierto que hablar en voz alta le quita el miedo, enciende otra cerilla, y se dirige a la puerta ,la luz tenue de la calle ilumina razonablemente aquella parte de la galería,
-Mejor, así no gasto mas cerillas, la puerta ,aquí está...un cerrojo, otro...
Andrés descorrió uno a uno los cerrojos ,miró hacia el techo ...
-Dios, por lo que mas quieras ,que no esté echada la llave...
Y no estaba, claramente la persona que cierra el local sale por la puerta trastera Respira aliviado, la puerta solo esta cerrada por dentro. Enciende otra cerilla y la mueve de arriba abajo, es la señal, a los pocos segundos Martín esta dentro del local , Andrés, orgulloso de sí mismo le guia por la sala hasta llegar al cuadro.
-¿Qué, como te ves? Eres tú ¿no?
Martín, nervioso y emocionado apenas puede susurrar un...
–Desde luego.
-Lo que no entiendo es porque eres tú y no yo u otro el que está ahí, ¿cuándo has posado para el pintor este y porque no me lo has dicho?
-Nunca, no le conozco, pero recuerdo que el día que los periódicos decían que terminó la guerra yo vendí mas periódicos que nunca, corría de un lado a otro cuando alguien me llamó, me tiraron una foto, en esa calle, en esa carrera, me volví unos segundos “clic”y el hombre me compró un periódico me dió una gran propina y dijo :”Gracias por la foto”. Eso es todo.
-Pues vaya, eso si que es como una aventura. Venga, lo cogemos y nos vamos, ya te contaré lo mío aquí dentro, ha sido muy arriesgado y no creas, casi no me dejan entrar, les dije que estudiaba Bellas Artes, a ti con lo canijo que estas, te hubieran echado a patadas, toda la gente que había aquí eran mayores y muy elegantes, claro los que tienen pesetas...
En unos segundos el cuadro estaba envuelto en periódicos.
-Andrés ¿qué llevas ahí escondido?
-Nada, unos tebeos que llevé para pasar el tiempo mientras aguardaba que se fueran, venga que nos vamos de estampida...¿pero que narices es eso que cuelgas?
-Es una nota para que sepan que lo vamos a devolver, para que no llamen a la policía ...
-Bien, buena idea, saldremos de uno, en uno, hay que hacerlo cuando veamos que no pasa nadie por la calle, venga chaval, sígueme.
En pocos minutos estaban fuera, dejaron la puerta cerrada solamente con el pestillo, pero suficiente para que no se abriera desde la calle.
-Oye Andrés, ¿vendrás conmigo a casa?, es algo tarde y mi madre estará enfadada, le decimos lo que hemos hecho y que lo vamos a devolver...
-Bien chaval, iré contigo, a mí no me regañará soy mayor, pero estaré poco tiempo, en casa dije que iba al cine, a las once tengo que estar de regreso, así que ¡a correr!
Jadeantes llegaron a la casa de Martín, subieron de dos en dos las escaleras y nerviosos tocaron el timbre, Doña Patro abrió hecha una furia
-¡Ya era hora! ¡Martín, se puede saber donde te has metido! He estado muy preocupada, ¿Y este? ¿Qué haces aquí?...
-Pues verá Doña Patro, no se enfade, hemos estado juntos haciendo un mandao, realmente haciendo algo para usted, anda Martín ,dáselo ya.
-¿Un mandao? Desde cuando teneís que hacer nada para mí a estas horas, ya os voy a dar yo para el pelo, de momento estas castigado el domingo sin salir ¿Me oyes Martín? y tú Andrés, ya hablaré con tu madre...¿Qué es eso que llevas en la mano Martín?
-Es algo para usted madre. Para que vea que no son fantasías.
Doña Patro aun nerviosa arranca los periódicos del envoltorio que Martín le ha entregado
-¡Dios Santo!¿de donde habeís sacado esto? Pero si eres tú, Martín, es un cuadro precioso...
-Ya se lo dije madre, ahora me creerá, ¿verdad?
Doña Patro se sienta torpemente en una de las sillas y pasa un dedo tembloroso por la pintura, como para cerciorarse de que es real.
-Sí, hijo claro que te creo, pero...como es que está aquí...no lo entiendo...
-Doña Patro, lo hemos tomado prestado, eso es todo, mañana lo devolvemos y Santas Pascuas, me largo que es tarde, Martín, mañana quedamos para devolverlo .
Andrés baja las escaleras disparado, deseoso de perderse la letanía de reproches que intuye inminentes, aprieta contra su pecho el envoltorio que esconde debajo de su chaqueta y ya en la calle respira tranquilo, silbando se dirige a su casa, esta feliz aquella noche ha vivido una gran aventura que ni en los tebeos de “El guerrero del Antifaz”.










“El niño del cuadro”
5 El pintor
-José Antonio, soy yo, Tomás, vente para aquí enseguida, ha ocurrido algo en la galería, no, nada importante, o sí...no sé que pensar. Te espero, luego te cuento.
El marchante del pintor no tarda ni media hora en llegar a la exposición, su cara refleja un toque de preocupación, conoce a Gomez Bosch lo suficiente y piensa que su llamada se debe a que algo no va bien.
-Que, que ocurre, me dejaste intrigado con tu llamada...
-Ven ,mira esa pared, falta algo ¿no?
-Sí, el cuadro del chico, ¿te lo llevaste a casa?
-No, ha desaparecido...
-¿Cómo? ¿Lo han robado?
-Sí y no, verás, dejaron un papel en su lugar que dice que lo tomaban prestado y que lo devolvían enseguida...
-Pero...eso es de locos, algo que se roba no es para devolverlo, parece una broma y... ¿Como lo han robado?¿Forzaron alguna puerta?
-Pues no, todo esta en orden menos esa pared, donde falta mi cuadro.
-No entiendo nada, hay que llamar a la policía, es lo primero que hay que hacer...
-No, ni hablar de avisarlos, hay que esperar a que nos lo devuelvan
-Estás loco, eso es lo que quieren ,que la policía no les busque y así se lo quedan sin mas.
-Puede ser, pero no lo creo, mira, la nota que escribieron, la letra y el modo de redactarla, es infantil, parece algo de críos... No, no vamos a avisar a la policía, esperaremos unos días, luego, si no aparece el cuadro haremos la denuncia.
-Bueno, lo que tu digas, sigues siendo un maldito soñador, pero que conste que no estoy de acuerdo, en fin, es tu cuadro, de cualquier modo debemos pensar que hay que tener un vigilante tanto de día como de noche, si lo hubiera habido nos habíamos evitado el robo, ¿Estamos de acuerdo?
-Sí ,estamos de acuerdo, ocúpate tu de lo del vigilante. Vamos, te invito a un café...

Un país mítico por dentro


Hola, Zarigüeyos, aquí estoy otra vez, para recomendaros una obra que no debéis perderos por nada del mundo. Se trata de La India Por Dentro, una guía de viaje, escrita por Álvaro Enterría. En esta suerte de amena enciclopedia, nos muestra un país mítico con toda su Historia y sus facetas, y como convive la religión con la ciencia, los avatares políticos, la Literatura, las costumbres y los rituales, y el día a día de distintas razas conviviendo entre sí (en ocasiones en armonía, y en las pocas ocasiones, no); para quienes hayan estado en la India, ya la conoceran, y los que no, como yo, descubrirán en esta enciclopedia, que se lee como una guía de viaje o un extenso ensayo de quinientas y pico de páginas, podrá conocer, de primera mano, una cultura que se formó independientemente de la europea, pero que, muchos de sus hallazgos (como el cero) fue exportado a otras parte del Globo. Enterría habla con respeto de este país, y nos enseña la realidad del día a día, y de como distintos credos como el musulmán, el cristiano, budista y etc, conviven en armonía. Eso sí, añade que los indios son muy tranquilos, y que no tienen prisa por solucionar nada. Vamos, como aquí, cuando vas a sacarte el certificado de empadronamiento, pagas una cantidad, pero, hasta dentro de un mes, o más, no te llegan las cartas ni el correo. Allí, en la India, se tiende a sobornar a los funcionarios, para agilizar los trámites. En fin, que hay cosas muy curiosas, y anécdotas del propio autor inolvidables.

2 feb 2011

“El niño del cuadro” 3

El Plan

Al día siguiente Martín fué a recoger los periódicos como siempre y tuvo que hacer mas de una ida y venida al almacén pues los primeros de la mañana se vendieron rápido. Oyó dar las doce en la Iglesia de San Agustín seguida del Ángelus, algunas gentes se detenían en mitad de la calle, lo rezaban y seguían su camino, Martín pensó en su madre, seguro que estaría rezando en aquel momento mientras cosía en casa de Doña Carmen. Pasara lo que pasara el Ángelus lo rezaba siempre. Esta era una norma que le alegraba saltarse cuando no estaba vigilado por ella, solo los domingos no tenía escapatoria y con la misa él niño pensaba que ya tenía suficiente, no es que fuera un descreído, pero la mayoría de las veces le aburrían los rezos, que para colmo los decían en latín, lengua que según él pensaba ni el mismo Dios era capaz de entender.
Martín se encaminó hacia el colegio de los hermanos Lasalle, a las doce y media salían los alumnos para ir a comer a casa, estuvo esperando unos quince minutos hasta que los niños salieron en tropel ,primero los pequeños, luego los mayores empujándose unos a otros, gastando bromas, sintió un poco de envidia, tenía ganas de regresar al colegio, pero había que ayudar en casa. Mientras su padre no regresara ,él era el jefe de familia, no había otra opción .
-¡Andrés , Andrés! Ven, quiero hablar contigo
-Hola Martín ,¿que haces aquí?
-Nada ,he terminado antes y pensé que de camino a casa podíamos hablar...Sabes, ayer le conté a mi madre lo del cartel y la pintura que tu viste y no lo cree , dice que son tonterías ...¿Tu viste ese cuadro pintado de verdad?
-Pues claro que lo vi ,es un poco mas pequeño que el cartel ,pero el mismo ,vaya que eres tú ,de no ser que tengas un hermano gemelo y no lo sepa ni tu madre...Ja-ja-ja
-Oye. -dijo Martín obviando la broma de su amigo-Había pensado que me podías echar una mano, tu podías ir esta tarde al sitio ese de la exposición, mirar si hay un modo de que yo pueda entrar cuando todo el mundo se ha marchado y si soy yo, nos lo llevamos.
-Pero ¿Estas loco? ¿Quieres robar un cuadro? ¿En que lío me quieres meter?
-No, no quiero robar ningún cuadro
-Ah, ¿no? Pues yo a eso que quieres hacer no se como llamarlo...
-Prestado, lo vamos a tomar prestado, lo cogemos, lo llevo a casa se lo enseño a mi madre y al día siguiente lo devolvemos.
-Vaya ,así contado hasta parece fácil...pero yo no creo que lo sea ,si nos cogen decimos que lo vamos a devolver ¿no? Y quien se lo cree ¡Eh!
-No nos van a coger, lo tengo todo pensado, lo que tenemos que saber es como cierran la puerta de entrada y si hay otra puerta de servicio... Tú lo que harás es entrar un poco antes de que cierren el sitio, cuando haya todavía gente, te escondes en algún lugar y cuando todos se hayan ido será de noche, yo estaré esperando fuera, entonces me abres lo cogemos y nos vamos, eso es todo.
-Ya ,¿y si me quedo encerrado y no puedo salir nunca mas?
-No digas tonterías, eso no va a pasar y si pasara, yo llamaría a alguien para que te sacara, siempre podemos decir que entraste a orinar y te dejaron encerrado ¿no?
-No sé Martín, el caso es que se podría hacer, casi hasta me están entrando ganas de correr esa aventura ,¡Jolín! esto si que es una gran aventura ¿no?...De acuerdo, esta noche lo intentamos, miraré lo de las puertas, seguro que hay mas de una...pero si no puedo esconderme en ningún sitio yo no me quedo, eso que lo sepas...
-Saldrá bien , quedamos a las ocho y media y vamos juntos hasta la exposición, cierran a partir de las nueve, para entonces ya tienes que estar dentro y escondido, llevaremos cerillas pues estará todo oscuro y no debes encender las luces, se pueden ver desde la calle, yo estaré esperando en la otra acera ,eso es todo. ¿Qué tal vais en el cole?

El niño del cuadro - 2 (El niño)

—Madre, madre. ¡Soy yo! En la Avenida Marítima, en grande, muy grande, estoy en un cartel ¡grandísimo!

—Pero que tonterías dices, que es eso de un cartel, estás lleno de fantasías, a veces no entiendo nada de lo que dices. ¿Trajiste dinero?
—Si, madre, 25 pesetas, no se ha dado mal. La gente hoy me dio más propinas que nunca ¿Será que soy famoso?
—Pero— La madre cierra el grifo del fregadero, se seca las manos en el delantal y se vuelve para mirar a su hijo. — ¿Me quieres decir de que estás hablando?
—Pues eso— Responde el chico —Que me he visto en un enorme cartel que han puesto en una tienda de esas que venden cuadros pintados, lo llaman galería de arte o así. Había mucha gente dentro de aquel sitio, no me atreví a entrar, no había niños, no me hubieran dejado. Pero creo que también estoy pintado en un cuadro de los que hay dentro. Eso me dijo Andrés, el estuvo allí, como es más mayor pudo colarse.
—La verdad es que no sé qué hacer contigo— Suspiró la mujer. —Cada día tienes más tonterías y para colmo tu amigo Andrés que es otro chalado. Dios quiera que tu padre regrese pronto, son ya muchos meses sin él, yo le necesito mucho, pero tú más todavía, estas fantasías que te inventas cada dos por tres, son por algo, te falta su presencia, está claro.
—Madre, que no son fantasías, lo que estoy diciendo es verdad, usted nunca me cree. ¿Cuando viene mi padre?— El niño miró a su madre con tristeza. —Quiero verle.
—Tranquilo Martín, ya queda menos. Están cerrando los campos de concentración en Francia y tu padre puede regresar en cualquier momento. Él no tiene ningún delito, nunca hizo mal a nadie, ya están llegando a la península las gentes que no hicieron nada malo, tu padre tardará un poco, estamos más lejos, pero viene, seguro que viene y tú volverás al colegio. Ya no tendrás que vender periódicos, el trabajará para los tres.
La madre abrazó a su hijo y este desde el refugio materno susurró…
—Quiero que padre venga ya, pero lo del cartel es cierto, lo juro por Dios.
—Martín, no quiero que jures así como así, olvida ya esa tontería y vamos a cenar. Tenemos las lentejas que escogimos anoche, ya verás que buenas, y tu abuela trajo esta mañana unas naranjas de la huerta para nosotros. Lávate las manos. Venga, rápido, que se enfría la cena.
—Sí madre, lo que usted diga.

Martín se dirigió hacia la pila de fregar mientras doblaba las mangas de su camisa hasta los codos, como un autómata pasó el trozo de jabón por manos y brazos hasta conseguir una raquítica espuma. Los secó con un trozo de felpa que colgaba de un clavo y se sentó en la mesa camilla. Su madre ya tenía los platos en la mesa y estaba sirviendo las lentejas. Cortó su trozo de pan moreno en pequeñas porciones, lo puso en la sopa como siempre hacía, y comenzó a comer mientras su pensamiento volaba lejos de aquella cocina, de aquel barrio y llegaba a la Avda. Marítima, donde gentes bien vestidas entraban en tropel a verle a él, en esa pintura que Andrés le había descrito entusiasmado. Y se hizo un propósito, ver el cuadro y convencer a su madre de que era cierto lo que le había contado. De cómo hacerlo, y elaborar un plan, lo haría con Andrés, mañana. Mañana lo resolverían todo. Aquella noche dio muchas vueltas en la cama hasta que una idea empezó a germinar en su cabeza, entonces y solo entonces cayo dormido como un plomo.