29 abr 2010

AVENIDA DEL 15 Y MEDIO

Como todas las tardes, Pedro y Santi habían ido a la Gran Vía para recoger metralla al rojo vivo. Habían llegado muy pronto para coger sitio en un portal próximo al edificio de Telefónica, que les servía de refugio; pero la artillería del bando nacional estaba siendo más implacable que de costumbre y estaba retrasando sus planes.
Por fin, dejaron de silbar los obuses y salieron corriendo a la calzada. Santi llevaba un cinturón con herramientas que había cogido del taller de carpintería de su padre y ambos una idea fija en sus cabezas: venganza.
En Chicote seguro que le encontrarían. Su corta edad no iba a ser obstáculo para que el corresponsal extranjero que se había propasado con Carmen recibiera un merecido escarmiento. No contaban con el nervioso dedo del miliciano que segó sus vidas. Otro error más, mientras la hermana de Pedro y el escritor tomaban un cóctel.

"MEMORIA HISTÓRICA"



Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared, la foto de boda de mis padres estuvo escondida en un armario, envuelta entre mantas.
En casa del tío Miguel no se hablaba de ellos. ¡Un republicano y una inclusera! ¡Vaya lacra para la familia!
Él, que se había introducido en los círculos de moda de la ciudad y tomado partido por los nacionales, no podía permitir que se supiera el origen de su cuñada y las ideas de su hermano.
A ellos, les mató la guerra, y a nosotros, la vida, no dejándonos recordar.
Hoy hemos sacado sus cuerpos de la fosa. ¡Ya están con nosotros!

27 abr 2010

45 y el Libro Perdido

-Aquí está el Libro Perdido.
-¿Cómo lo ha encontrado?
-Ayer lo resolví en 45 minutos. Seguí sus indicaciones, y precisamente, esta mañana vine de México, de Chitzchen Itzá, y fui a buscarlo. La última vez que se le olvidó fue en Acapulco. Se lo robaron y lo devolvieron al Templo de Quetzalcoatl. Y me adentré en un pasillo que lanzaba flechas. Por cierto que a mi ayudante lo troncharon como a un pincho moruno. Y, después de saltar por un suelo que perdía baldosas de piedra, entré en el Templo. El Libro se hallaba en una pequeña mesa de piedra, que utilizaba contrapeso. Menos mal que siempre guardo un ladrillo, por si acaso. Cambié el ladrillo por el Libro, que pesaba una arroba; pero, ¡ay!, la mesa se introdujo en suelo, y escuché un rumor como de una masa muy pesada rodando, y tuve que salir por patas, y la piedra rodante detrás de mí. Salí muy raudamente, hasta que después de mucha carrerilla, caí en el interior de la selva mejicana.
-¿Y no le detuvo nadie?
- Un listo quería quedarse con el Libro, al mismo tiempo que los indígenas me apuntaban con sus lanzas.
-¿Y qué hizo?
-Llegué a un acuerdo con los indígenas, y les regalé un cupón para jamón de pata negra. Aceptaron.
-¿Y el tipo?
-Nada. Un cazatesoros incorregible. Le dije que era una copia. Que había más Libros.
-¿Y le creyó, 45?
-Claro. Regresé en un periquete. Aquí lo tiene. Todo suyo.
-Gracias. Es una herencia familiar.
-No olvide pagarme mis honorarios.
-Su cheque, 45. Habrá más consultas.
-Desde luego. Soy 45. No lo olvide.

Paris, ocho días, siete noches.












24 abr 2010

El bosque



La primavera había llegado desatando la lujuria de los habitantes del bosque y lo peor, todos ellos se habían confabulado para hacérmelo saber.
Yo ya era viejo, hacía tiempo que no me comía una rosca y me molestaba el nuevo ciclo de vida que se abría paso a manotazos. Las flores abrían sus pétalos impúdicamente a cualquier insecto que se les acercara, los pájaros, ardillas, ciervos y especialmente los conejos no paraban, parecía que todos se habían vuelto locos. Solo pensaban en el maldito sexo. Mas de una vez me sorprendí a mi mismo ,observando semi escondido el trajín de la fauna del bosque y me aterrorizaba pensar en lo que me estaba convirtiendo, en un voyeur de tres al cuarto. Claramente esto es lo que sucedía, pues hasta llegué a hacerme mas de una paja mirando a los otros. Uno de aquellos días deambulaba sin rumbo entre los árboles cuando mi olfato me avisó de que algo bueno se acercaba, escondido entre las matas miré a lo lejos desde donde supuestamente venía el excitante y nutritivo olor. Poco a poco se fue haciendo visible una especie de punto rojo que caminaba por el sendero, pronto aquello tomó forma ¡y que forma!.. Unas piernas largas, interminables, subiendo desde unos adorables zapatos rojos hasta que desaparecían a medio muslo envueltas en una capa roja. La niña se acercaba hacia mi puesto de ojeo sin percatarse de que era observada, ella canturreaba feliz “Por el bosque yo paseo y las nalgas contoneo”
Ni que decir tiene que me puso cachondo y sin pensarlo dos veces decidí salir a su paso.
De un salto me planté frente a ella y la obligué a parar en seco.
-Dime niña ¿dónde vas tan de mañana y cargadita con tu cestita?
Ella me miró de arriba abajo y soltó
-A ti que te importa ,viejo ¡déjame pasar!
Aquello me molestó
-GR...Gr....soy el lobo Caperucita ¿No te doy miedo?..seguro que vas a ver a tu abuelita
-¿A mi abuelita?...¡quita ya!, mi abuelita está en Canarias ,con un viaje del Inserso...¿Pero como se te ocurren esas tonterías ? Y lo de Caperucita...¿Por que coño me llamas así?
Hinché el pecho y estirándome lo mas posible le dije...
-Porque en el cuento tú eres Caperucita , la protagonista ¿no te acuerdas? Oye ¿si no vas a ver a tu abuelita para quien son los bollitos y la miel de tu cestita?
-¡Pero que bollos ni que leches!, estas anticuado tío, llevo merchandysing ¿te enteras?
-Merchan...¿qué...?
-¡Jo ,que fuerte tío, ¡Objetos de venta, que van a ser!
En este punto me encontraba un poco confuso ,las contestaciones de la niña no se parecían en absoluto a las que esperaba de ella, así que decidí ir por otros derroteros...
-Caperucita...¿sabes que eres una niña muy sexy? ¡Y que bien hueles! Dime ...¿que llevas debajo de esa capa tan linda?
-Debajo de la capa yo, como Marilyn, solo me pongo unas gotas de “Chanel N.5”, ¿Qué creías?
Los pelos, junto con el resto se me pusieron como escarpias ¡Ahora entendía lo del olor! No me pude contener y le dije.
-Caperucita mira , mira lo que tengo...
-Uf ...¡vaya ridiculez!, venga quita ya , que tengo que irme.
Aquel despreció me enfureció...
-GR... Gr...¿A que no te dejo pasar?
-¿A que te doy una patada en los cojones?
Me descolocó , sencillamente no sabía que hacer...lo pensé por un momento y decidí que era mejor volver a mis marrullerías...
-Anda Caperucita no te pongas así, yo... Estoy pensando que podía acompañarte un ratito, a mi me viene bien andar para la artrosis y a ti una compañía para cruzar este bosque salvaje te hace mucha falta.
-Pues si lo que quieres es andar, vete a la casa de “Los tres cerditos” y ya verás lo que te espera allí. A mí déjame en paz.
Otra vez había conseguido sacarme de situación, empecé a pensar que me había equivocado de cuento, aun así hice un último intento.
-Vale Caperucita, te dejo ir, pero al menos dame a cambio algo; Una prenda intima, ya sabes...cualquier cosita que tengas para recordarte ,esto me consolaría mucho...
-Pero si te he dicho que no llevo...¡Jo ,que pelma! Mira toma esto.
Me ofreció un diminuto frasquito, el mas pequeño de los que llevaba en la cesta.
-Y no se lo digas a nadie...Es una muestra que solo podemos dar a los clientes preferentes de la marca que represento ¡Y tú no te encuentras entre ellos obviamente! Hala, ponte unas gotas y ya verás, cosa fina. ¡Adios Matusalén! “Por el bosque yo paseo y las nalgas contoneo”
Y se fué contoneándose. La seda de su capita emitía un suave fruc...fruc al andar y el aire picarón intentaba meterse entre sus piernas. Y quise ser aire, escalar sus muslos y en un gran remolino estallar en su pubis adolescente.
El perfume que dejó en el aire junto con mis pensamientos mas lascivos empezaron a marearme, intenté no perder la conciencia y tambaleándome fuí en busca de mi árbol preferido. Mi viejo y querido árbol, mudo testigo de la soledad de mis mas amargas horas...
Allí abrí el frasquito; “Chanel N. 5” decía. Era el olor de ella ...su aroma.
Y abrazado a mí querido árbol, di rienda suelta a mis sueños más eróticos...

21 abr 2010

Historia de un dragón


Yo nací en Munich hace ya algunos años y he sido muy feliz, desde mi gestación que duró unos 4 meses, hasta que estuve listo para trabajar y mas tarde durante el año que fui parte de los locos divertidos que formaban el equipo de rodaje de “La Historia interminable”.Por cierto...soy actor.
Recuerdo que tenía varios compañeros infinitamente más grandes, pero a veces creo que ellos me envidiaban pues aunque era un dragón pequeño me habían hecho muy, pero que muy completo. Precisamente me crearon así para que hiciera las cosas que ¨el otro¨ no podía. Yo era la replica en miniatura del gran dragón Frujur.Reconozco que él era mas vistoso, tan grande y majestuoso; podía hablar y hasta soportaba el peso de uno o dos niños....pero no volaba, eso lo hacía yo, me habían diseñado especialmente para ello, mi cuerpo lleno de cables, servos, muelles y demás mecánica era una perfecta obra de ingeniería semirobótica.
Cuando trabajaba me movían paso a paso delante de una gran pantalla azul y la cámara me fotografíaba en diferentes posiciones (creo que lo llaman stop motión) y luego unidas resultaban unos vuelos perfectos ¡Una verdadera pasada!
Había una persona que se ocupaba de mí me cuidaba y mimaba,era mi maquilladora A diario me sacaba de la caja donde dormía y después de repasar mi pelo reponer mis escamas y arreglarme en general me entregaba a los chicos que me fotografiaban, luego ella se iba al departamento de F.X. y yo me quedaba todo el día en el cuartito oscuro hasta que terminábamos la jornada de trabajo. Esta era nuestra rutina. Así pasó el tiempo y de pronto un día la pelicula se terminó de rodar, los estudios quedaron en silencio y todo el mundo desapareció . Nosotros, los principales actores quedamos abandonados en un hangar de los estudios Bavaria.
Apilados unos con otros pasábamos el tiempo recordando lo que fuimos : Actores imprescindibles mimados y egocéntricos, ahora solo éramos un montón de chatarra . Fué una mala época y al igual que en “El crepúsculo de los dioses” no nos resignábamos al olvido. Mientras, en nuestros cuerpos, en nuestras almas, el polvo se iba acumulando.
Con el tiempo nos hicimos a nuestro triste destino, y el Caracol decía que casi le gustaba mas este tipo de vida que la vorágine de los rodajes(claro que a un caracol nunca le ha gustado correr, son mas bien vagos) realmemte nadie le creía, pero nos lo callábamos.
Un día nos despertó un gran alboroto que venía del exterior, maquinas y gente hablando, acostumbrados al silencio nos asustamos bastante y nos agrupamos temblando .El gran Frujur nos dijo que él nos defendería de lo que fuera, estaba en primera fila y sería el primero en atacar pues era el más grande ,el más poderoso ¡Pobrecito! no se daba cuenta que ya era un autentico desecho de dragón ¡hasta la mandíbula la tenía desencajada! el Comepiedras le miró tristemente y dijo:
-Es la ¨Nada¨ nos destruirá y ese será nuestro fin.
Nos quedamos quietos temblorosos, esperando un terrible y desconocido final...
La enorme puerta se abrió de golpe y alguien gritó: ¨¡Eh , vosotros!..Sacar de aquí los moldes de los muñecos, llevarlos a la zona este del bosque y los destruís allí, los muñecos actores principales,los más grandes van al estudio 3, allí los arreglaran y se pondrán en la exposición permanente de la pelicula. Esto hay que limpiarlo en dos días ¡todos a mover el culo!”
El terror se apoderó de mí ¿qué harían conmigo?...yo no era un molde y tampoco era grande, solo era un pequeño despojo de dragón que una vez creyó ser un gran actor. Cerré los ojos, no quise ver como la ¨Nada¨ me devoraba y me desmayé.
¿Estaré soñando? Me pareció como si un pájaro cantara ...intenté abrir los ojos ,solo me respondió el derecho, el otro tenía un muelle roto y no se movía ,con el ojo bueno eché un vistazo. Aquello era un bosque y yo estaba semi escondido entre un montón de hojas. Sí, muy cerca cantaba un petirrojo y había ardillas y pequeños insectos pasando de árbol en árbol libres y felices.
No sé cuanto tiempo llevaba allí ¿meses? años quizás. Mis muelles estaban doloridos y oxidados, también mas de uno roto, pero de algo estaba seguro ,aquello no podía ser la ¨Nada¨. Aquel lugar estaba lleno de vida.
Un sonido que conozco muy bien me sacó de mis pensamientos...eran pasos humanos, se acercaban, traté de esconderme mientras un escalofrío recorría mi deteriorada estructura dorsal. Alguien tropezó conmigo.
-¿Qué es esto?,pero ¡si es la miniatura de Frujur! ¡como es posible que la hayan tirado aquí! Serán hijos de...
Aquel hombre que me recogió hablaba muy mal y no paró de decir tacos hasta que llegamos al estudio 3. Allí me esperaba una gran sorpresa, mis colegas,todos arreglados y maquillados como en los viejos tiempos me saludaban. Parecían felices, cada uno en su decorado mas representativo y lo mejor, ¡Había una cola interminable de gente admirándoles!
Gunter...(el que me había recogido) me llevó a un rincón , donde alguien estaba soldando la nariz de la vieja tortuga Morla.
-¡Eh Colin! Mira lo que encontré en el bosque.
Cuando aquel hombre se quitó las gafas de protección y me miró casi no lo podía creer, sí era él...mas viejo, con menos pelo, pero inconfundible...era mi creador, el escultor que me modeló ,el padre de todos nosotros ¿Qué hacía allí ,como es que había regresado?
Me echó una ojeada y murmuró algo en inglés ,después gritó...
-Marisa, ven...aquí tienes mas trabajo, tu juguete preferido necesita bastante arreglo. Si es que decidimos ponerlo en la exposición.
Cuando vi a mi maquilladora quise llorar, pero no pude, esa habilidad nunca me la habían dado... Pero quiero pensar que ella se dio cuenta de mis sentimientos pues me cogió con delicadeza, como siempre lo hacía, aunque dijo algo que me dolió.
-Esto está hecho un asco, no vale para nada imposible exhibirlo. Gunter, como este trasto en teoría es tuyo pues lo has rescatado de la ¨Nada¨, yo te lo cambio por una reproducción de la cabeza del Comepiedras , me lo llevo a Madrid y allí con tiempo veré si puedo restaurarle.¿Vale?
El trato se cerró y viajé a España. Fuí reparado,vivo en casa de mi maquilladora desde hace años, y he vuelto a ser feliz. A veces me llevan a alguna exposición de objetos de cine y de nuevo las gentes me admiran y me siento muy orgulloso cuando algunos padres que aun recuerdan mis aventuras, al verme les prometen a sus hijos que el proximo fin de semana verán en video ¨La historia interminable¨

20 abr 2010

"Otro de cuento"


-Pasa, pasa; La puerta no esta cerrada con llave
-Grrr, gr... Soy yo, el lobo. ¿Es esta la casa de la abuelita?
-Si, claro. Te estaba esperando. Por cierto, tardaste mucho en llegar, creí que ya no venías.
-Me perdí por el bosque, no me dieron bien las señas.
-Ya, pues solo faltaba eso. Con la pasta que me ha costado alquilar esta cabaña en medio de la nada. A ver: date una vuelta. Bien , bien. Parece que estas bien formado. Deja, deja que toque tus bipces. Si, estupendo, me gustas, quizás demasiado pelo, pero mejor así, no como esos estúpidos rasurados que están ahora tan de moda.
-Mire abuelita, todo este pelo que llevo encima es del disfraz, me dijeron que cuanto más cantidad mejor. Pero de cualquier modo yo no me depilo y aunque no quiero pecar de ostentoso estoy bien servido de eso y de lo demás también. Ya verá como va a quedar de contenta la abuelita.
-Oye, lobito, ya se que he pedido este cuento, pero no te vayas a pasar con tanto abuelita para arriba y para abajo. Déjalo estar y no me llames otra cosa que cariño o así. Vale que podrías ser mi nieto, pero no lo eres y conste que no pago lo que me cuestas a tontas y a locas, así que vete quitando el pellejo ¡Que me esta entrando una sofoquina de verte tan abrigado!...¡Ah! y poco a poco, que también pago por el striptease
-Si, claro, abu...Amorcito, lo que tu digas.
En este punto el lobo empezó a contonearse. Ella sentada en su mecedora no le quitaba ojo. De un rápido movimiento se quitó una manga completa, y luego la otra. La abuelita miraba con ansia los brazos musculosos del lobo. Entonces se quitó lo que quedaba de la parte de arriba del disfraz. Un torso bien trabajado de gimnasio emergió de el. Sin depilar, con los pelos justos. De la boca de ella se escapó un sofocado gemido. Mientras; el seguía bailando lentamente.
-¡La parte de abajo! ¡A que esperas!- gritó la abuelita sin poder contenerse.
Y el lobo se la quitó y se quedó con un tanga negro estampado con pequeños lobitos de color rojo y siguió dando vueltas. Para entonces la abuelita ya no aguantaba mas y se había quitado el primoroso gorrito de dormir y también la mañanita y el camisón. Le hizo señas al lobo para que se acercara.
-¡De rodillas! ¡Bésame! ¡Todo el cuerpo!
El lobo seguía con la cabeza del idem puesta, cosa que ambos habían olvidado y cuando se inclinó a besarla, le incrustó el hocico en un ojo.
-¡Imbécil! ¡Casi me sacas un ojo!¡Te quieres quitar la mascara! –gritó ella furiosa- ¡Y también el condenado slip!
En ese momento alguien llamó a la puerta. Pom, Pom. Y más; Pom, Pom. Ellos metidos ya en plena faena no escuchaban nada. Pom ,Pom. La puerta se abrió de par en par. Dos tipos armados con escopetas entraron disparando al aire y detrás de estos un tercero.
-Pero ¿qué es esto?- gritó la abuela- Yo no contraté que siguiera el cuento con los cazadores y todo...
-Señora no diga tonterías .No se que coño ha contratado usted ni me importa- dijo el que parecía el jefe- Lo que si sé ,es que nos llevamos a este tío detenido a la comisaría. Allí le esperan el resto de prostitutos sin papeles junto con el jefe de la banda.
-¡No,no!.¡Por favor!, no se lo lleven.
-¡Pero señora!
-Bueno, si no hay mas remedio- dijo la abuelita mirando insistentemente a uno de los fornidos policías- Se lo cambio por ese...

Diez lindezas










19 abr 2010

Inmortales



Lees distraídamente el periódico mientras tu compañero de viaje parece bostezar al ritmo que le marca el traqueteo inapreciable del tren. Una noticia, sin embargo, remueve violentamente tus recuerdos: La versión original manuscrita y a máquina del famoso poemario "Poeta en Nueva York", de Federico García Lorca, saldrá a la venta el próximo 4 de junio en la casa de subastas londinense Christie's, según publicó este domingo el periódico “The Guardian".
Evocas entonces las imágenes que has visto pasar a través de tu lente indiscreto; imágenes de Nueva York coloridas y llenas de vida, plasmadas en blanco y negro, tomadas en compañía de Weegee, a lo largo de toda la estrecha relación que mantuviste con él.
Él y tú, mostrabais todas las caras de la ciudad como mejor sabíais y te sentías orgullosa por ello. Nueva York en los años 30 y 40 era mucho más que lo que Lorca quiso ver — “y los ataúdes se llevaron a los que trabajaban, Nueva York de cieno, Nueva York de alambres y muerte”—; era un hervidero de sucesos, buenos y malos, alegres y tristes, y hasta cuando nada pasaba, tú y Weegee encontrabais el encuadre perfecto para dar relevancia a un simple trasero de elefante abandonando la pista del circo después de su actuación.
Juntos, codo a codo, en las frías madrugadas neoyorquinas o cuando el calor impedía conciliar el sueño, pasando en vela tantas y tantas noches, corriendo detrás… o delante de la policía, de los bomberos, llegabais siempre a tiempo para plasmar la vida o la muerte en unas cuantas fotografías, robadas las más de las veces y tantas otras apañadas, compuestas, si convenía al sensacionalismo del periódico que en ese momento pagaba.


Sonríes ahora al pensar que hicisteis de todo, aunque no siempre fuera correcto, pero que gracias a ello, hoy cientos de personas, las más de las veces anónimas, son inmortales. Como aquellos niños de Brooklyn que se pasaban el día jugando en la calle, imitando a los chicos duros del barrio, preparándose para una vida encaminada a la perdición y mitigando el insoportable calor con las duchas que se daban con las mangueras apaga fuegos. Sin duda, tu fotografía favorita.


El tren está llegando a su destino y tu compañero sigue sin despertarse. Coges la cámara, que siempre llevas en el bolso, y le fotografías con ternura, en búsqueda de sus sueños, como hicieras con Weegee en aquel otro tren que os llevaba a Chicago para presentar vuestra retrospectiva fotográfica.
Fue la última vez que le viste con vida, de eso hace más de diez años, pero guardas nítido el recuerdo. Su repentina muerte multiplicó, si cabe, el éxito de la exposición. Vuestras fotografías pasaron a ser objeto de culto y solicitadas en cualquier parte del mundo.
La gente se detenía a contemplar una a una cada fotografía. Quizás la de más éxito popular fue aquella de los gánsteres en el coche de policía tapados con sus sombreros y luciendo unos impecables relucientes zapatos negros; o aquella otra del tipo muerto en la calle y con la pistola del asesino aún apuntando al cadáver; ésta quizás compuesta por Weegee, pero eso era secundario para ti.
A la postre lo que importaba era que se hablara, que se discutiera de lo que fuere, making waves se dice en inglés, que se hicieran olas. Y olas levantasteis muchas, siempre buscadas y hasta rebuscadas, como las de las parejas amándose en la oscuridad de un cine de barrio, o el tipo borracho caído en el suelo delante de la taberna que anuncia bebidas alcohólicas.
Un golpe brutal te ha derribado y tu compañero con la cara ensangrentada trata de reanimarte mientras varios vagones son pastos de las llamas. Antes de perder la consciencia te viene a la memoria —ironías del destino— una fotografía que siempre te intrigó y para la que nunca encontraste respuesta: ellos son el señor y la señora Picus mirando como las llamas de un fuego que nunca vemos termina con el bloque de apartamentos donde vivían; tú les enfocas sólo a ellos con tu gran angular, dejando en “flu” cualquier otro detalle de alrededor; la pareja queda en dos planos, el hombre en primera línea vestido completamente y con varios ropajes extra, añadidos e innecesarios, la mujer detrás también vestida en exceso, pero lo más extraordinario de todo es que el hombre encima del montón de ropas lleva una inmensa falda de mujer.
Como un último flash, se te pasa por la mente que tal vez los Picus fueran judíos y que tal vez en el dobladillo de la extraña falda, la señora Picus hubiera cosido sus diamantes, rubíes, etc.…, y qué mejor guardián de su tesoro que su fornido marido. Nunca lo sabrás, los Picus hace tiempo que murieron, como casi todos los personajes de tus fotografías, como varios pasajeros del tren accidentado en el que tú también viajabas y en el que te diste de bruces con la muerte sin haber podido plasmar una instantánea por la que, en otros tiempos, hubieras matado.
Ahora duerme, no queda nada.

MOMENTOS COMPARTIDOS

Ramos de lilas perfuman El Capricho de Primavera. En el verano imposible mirarte cierro los ojos. Las hojas del arce alfombras doradas son cuando te vayas. Desde mi casa carámbanos helados fuente escarchada.

VIDA INTERIOR


Ovulos vivos,
esperma juguetón,
lunas de miel.

Noctámbula fe
de mañanas de pasión,
deseo y rezo.

Guerra de sexos,
paridad deseada,
campo minado.

Nuevo secreto,
primaveral tristeza,
agudo ingenio.

18 abr 2010

EN BUSCA DE LA LUZ


La de los días de lluvia en los que el cielo es gris plomizo y el sol se ausenta tras la barrera de nubes, es la imagen de la melancolía. A ella le ha invadido esta sensación hace tiempo. Vive en una ciudad donde llueve, prácticamente, todos los días. Hoy, ha mirado por la ventana y está diluviando. Tras el espejo, su rostro pálido, cetrino -Un día más de tristeza- piensa. ¡No puedo! Superando el tedio que la persigue, ha hecho la maleta y escribe una breve nota. - Me voy, para no volver- ¿Su destino? Un lugar con mucho sol.

12 abr 2010

"P'A QUE BAILEN LOS MUCHAHOS"

Luis, moreno y atlético, estudiaba para opositar a Registrador de la Propiedad. Oliva, era una joven bella y esbelta, que esperaba ser algún día médico. Había hecho un día de verano muy caluroso. Al atardecer, ambos, quisieron respirar y descansar de sus estudios. Sincronizados en sus necesidades, eran ajenos el uno para el otro aunque vivían en el mismo barrio. Dieron un paseo por el parque cercano a sus viviendas, contemplaron los árboles, la gente paseando, los niños jugando... Oliva, decidió descansar. Al llegar a un banco, vió que estaba ocupado por un joven con las piernas cruzadas y los brazos hacia atrás apoyados en el respaldo. Dudó antes de sentarse, pero pensó –“¿Por qué no?”. Eso sí, se alejó lo más que pudo de él. Ambos contemplaban el cielo a través de la cúpula de los árboles. El sol les iba ofreciendo toda su gama de rojos y anaranjados, mientras muy despacio se ocultaba a los ojos de los humanos. En su abstracción, no vieron que delante de ellos, a pocos metros, se había sentado en una pequeña banqueta un hombre no muy alto y con cara de nostalgia. Sostenía un bandoneón, y les contemplaba con deleite, como si fueran sus hijos a los que hiciera años que no ve. El pequeño hombre abrió su bandoneón, y estirándolo hizo sonar los primeros compases de “P’a que bailen los muchachos”. Luis se levantó, y se dirigió hacia Oliva. Le tendió su mano que ella aceptó, incorporándose, se unieron, comenzando..., uuuno dooos, un dos treees... Continuaron bailando mirándose a los ojos, y como se debe bailar un tango, sin hablar. Se saludaron con un leve gesto de cabeza cuando el bandoneón agotó las notas, y se marcharon... No se habían dado cuenta, pero la luna brillaba radiante, redonda, color de plata, su luz era capaz de iluminar el parque, y perfumar el ambiente con un suave frescor. De vuelta a casa, cada uno quería guardar en su retina la cara que durante unos minutos había estado viendo. Los dos, desde sus ventanas descubrieron la gran luna llena, mirándola sin pestañear se vieron reflejados en ella, ¡vieron su baile!, “¡la luna les había estado grabando!”, pensaron. Esperaban deseosos el siguiente plenilunio para ir al parque y volverse a encontrar. Pasaron muchas lunas sin conseguirlo, pensando que el otro no había ido o que no se habían reconocido. Un día de invierno sin luna. Paseando por el parque con la nostalgia de aquel tango. Vieron al pequeño hombre que .portaba su bandoneón. Emocionados le siguieron. Iban uno al lado del otro, sin reconocerse. El hombre se detuvo enfrente de aquel banco, como hiciera años atrás. Se sentó en su banqueta y abrió el bandoneón. De los pliegues del fuelle fué saliendo una luna redonda, grande, color de plata , que intentaba ascender. Oliva y Luis la sujetaban cada uno por un lado. No querían que se fuera sin preguntarle, por qué no se habían encontrado. Pero la fuerza de la luna era superior a la de ellos y se les escapó. Absortos miraban como subía, hasta que las notas de su tango volvieron a sonar. Bajando la cabeza y los brazos lentamente, sus manos se rozaron, los ojos se encontraron, y bailaron bailaron bailaron..

9 abr 2010

45, Detective para armar

-¿Cómo se llama?
-45 (Cuarenta y cinco).
-Eso no es un nombre.
-Ja, sí que lo es.
-Usted mismo. Pero es un nombre muy extraño.
- Son ambas cosas.
-¿Cuál es su profesión?
-Detective privado en funciones.
-¿Funciona?
-Procuro que sean pilas alkalinas.
-¿Y a qué se dedica? Quiero decir: ¿Resuelve los casos?
-Sí, en 45 minutos,
-¡Eso es casi una hora!
-Soy Cuarenta y cinco, no lo olvide.
-¿Y Trece (XIII)?
-Es uno de mis primos. Pare un momento, ahora soy yo quien hace las preguntas.

7 abr 2010

MUJERES DE OJOS GRANDES


Quiero recomendaros un libro que me ha encantado.


"Mujeres de ojos grandes" de Ángeles Mastretta:

Mujeres de ojos grandes relata la vida de una serie de mujeres educadas para el matrimonio y sus servidumbres tradicionales. Su vida se reduce a la familia, al marco estricto de dicha institución. Sin embargo, la anécdota misma de tales vidas no resulta dramática, sino que revela personalidades femeninas particularmente vigorosas, que a menudo eclipsan a los hombres.