¡Hola, Zarigüeyos! Lamento estos meses de silencio, pero los he pasado ocupado en mi blog, con paradas intermitentes (que aborrezco, claro); pero Tío Hyeronymus ha regresado de nuevo, para recomendaros una nueva obra. Continúo con Stanislaw Lem. Se trata de Manuscrito encontrado en la bañera. Es una obra alegre, y al tiempo, angustiosa. Una crítica a los entresijos de la Inteligencia Militar o de Estado, y a sus maneras de espionaje. Sí, espionaje en una sociedad totalitaria, tema favorito de Lem, en la mayor parte de sus obras, y que en este Manuscrito... se deja notar con una hiriente capacidad de angustia. Al principio, no tenía pensado leer este libro. Estuvo en el anaquel cerca de cuatro o cinco años, hasta que decidí leerlo. Asombroso el absurdo Edificio (que es el Pentágono, pero trasladado al Kremlim más frío y aséptico, y unos absurdos agentes que son infiltrados del Antiedificio. Aclaro: los espías del Pentágono, no son los espías del mismo, sino agentes dobles, triples, cuadrúples, quintúples, sextúples, septúples. octúples... y seguimos. Lo absurdo que quiere demostrar Lem, ambiguamente, es que nadie es libre, y que la libertad se halla fuera del Edificio, del cual, nuestro protagonista no sale, preso en una celda de lujos, pero con una existencia absurda, también, como agente del Edificio. Claro que, el lector, espera llegar al final, y Lem lo sorprende con un final kafkiano que no desvelaré, y absurdo, claro. Creo que me he pasado con las tildes en la numeración de los agentes...
Signatura: N LEM man
No hay comentarios:
Publicar un comentario