Y dio otro bocado al sándwich y otro trago a la cerveza. Agradeció que le hubiese llevado el almuerzo y me dijo que hacía semanas que no comía nada caliente. Últimamente no se pasaba por el albergue. Allí le obligaban a lavarse y a cambiarse de ropa y estaba arto de recibir órdenes.
Me preguntaba como un tipo así podía verse de esa guisa.
Otro día, mi vena solidaria me impulsó a invitarle a comer un plato de sopa caliente en casa. Y aceptó.
Cuándo mamá abrió, sus ojos se clavaron en los de él.
_ ¿Has vuelto?
Le miré y dije:
_ ¿Papá?
El final inmejorable. BSS
ResponderEliminarCortito y bueno ,todo esta dicho . Hay mucho de tu alma de chica tirando a buenita. Marisa
ResponderEliminar