14 may 2013

La buena suerte

“ La buena suerte”






    De pie, sobre la playa, observé la lancha balanceándose sobre las olas. Al oeste un oscuro frente de tormenta se acercaba. La barca me pareció de fabricación casera, aunque la distancia me impedía aseverar este punto. Pensé que los ocupantes, por la razón que fuere, la habían abandonado. Seguí contemplando su vaivén durante un buen rato. Las olas eran cada vez más fuertes y el baile de la embarcación se hizo mas y mas violento. Empezó a llover, me coloqué el impermeable y me dispuse a disfrutar de la impactante belleza de una gran tormenta desde tierra. Busqué cobijo en el chiringuito cerrado desde el verano. Allí, en una silla olvidada, me senté dispuesta a dejarme aterrorizar por las luces de los relámpagos y el sonido tardío de los truenos.

    Las olas empujaban la lancha hacia la playa, un momento parecía que iba a volcar, al siguiente, logrando un milagroso equilibrio se enderezaba y seguía su camino hacia la arena. No fue hasta que embarrancó, cuando me di cuenta.

    Salí corriendo hacia la patera, el viento, y la lluvia cayendo a jarros, apenas me dejaba avanzar, cuando llegué, el bebé negro, ya no tenía casi fuerzas para llorar y la madre, había dejado de luchar por la vida de ambos. Aun así, me costo gran trabajo arrancarlo de sus brazos.

    Han pasado doce meses. Atrás ha quedado todo el inmenso papeleo, la búsqueda absurda de familiares y todo un rosario de problemas burocráticos y de incomprensión hasta llegar al acogimiento. Oficialmente ya es mi hijo.

    Hoy iremos a la playa, arrojaremos al agua unas flores silvestres y si el tiempo lo permite, jugaremos con la arena y nos ensuciaremos hasta el infinito. Celebramos su cumpleaños allí, donde nació por segunda vez.

    Volveremos cada año, quiero que sepa que llegó del agua, y que el mar nos regaló uno a otro y cuando sea mayor, le contaré porque se llama Neptuno.



6 comentarios:

  1. Este relato es para clase del jueves. Según lo pedido por el profe. El espacio tiene q. estar muy presente y la frase de principio del cuento (obligada) va hasta" tormenta se acercaba"

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  2. Hola, Marisa,
    el relato me ha gustado; pero cambia "aseverar" por "comprobar" ese punto, queda más natural, porque aseverar no se utiliza en este tipo de narraciones, es demasiado técnico.
    Abrazos, H.

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  3. ¡Jo! que suerte el poder llevar los temas a una clase preparados y corregidos. A si cualquiera.

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  4. ¡Jo! que suerte el poder llevar a una clase los ejercicios corregidos de ante-mano.

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  5. ¡Jo Felipe! Como me mola q. estés ahí, agazapado, siempre dispuesto a leer...
    Lo de aseverar ...para mí es dar fe de algo, mas bien deberia decir "asegurar"
    "comprobar" como tu dices, no es lo q. yo quiero dar a entender. En caso de cambiarlo es mas exacto "asegurar"
    pero...¡Gracias por el aviso!
    Vale, Anónimo, una tiene amigos...

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  6. Gracias, Marisa, pero no estoy agazapado. Estoy al acecho, por león.

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