14 dic 2013

Don Quijote (monólogo)





-¡Ay Sancho! Mi viejo y querido Sancho ¿Sabes qué? Estoy melancólico, triste como perro que ya no puede correr detrás de los conejos, ni siquiera de los gatos y achacoso y viejo ya, solo los sueña. Sí, me siento así y no se por qué...Quizás el saber que ya termina otro año me pone triste, me pregunto si en el que viene, las gentes seguirán sabiendo quienes somos o si olvidaran nuestras proezas, nuestras aventuras, si en algún momento dejarán de identificarse con nosotros y de ver en ti y en mí a cualquier español de ahora o de antes.

También las nuevas generaciones me preocupan, igual ya no leen nuestras aventuras. Ahora están demasiado ocupados con las tablets, los móviles y tanto cachivache que les entretiene y pienso ya, nunca les interesarán las hazañas de los caballeros andantes. Ellos ahora tienen héroes extraños, que cuanto más feos son y más barbaridades hacen más admiradores tienen... ¿Sabes? Estoy seguro que piensan que nosotros estamos trasnochados.

Y luego está eso de cambiar cada poco de formas de estudio, para mí, que cada vez van a peor...¡Fíjate que ahora solo estudian su historia y geografía local! No les interesa para nada lo que ocurre fuera de su provincia, que ahora la llaman Comunidad, sabe Dios por qué... ¿No es de locos? Tu piensa que ahora no quieren saber nada del río que no pasa por su pueblo y si pudieran, no dejarían que el suyo siguiera su curso hacia otra “comunidad”...¿No crees que están chiflados?

¡Con lo bueno que es compartir, conocer otros lugares, otras gentes y sentirlas como tuyas y salvar bellas damas de peligros sin fin y siempre dentro de esta querida tierra, que es toda nuestra España! Y recorrerla a lomos de este airoso jamelgo contigo, montando a ese pobre borrico. ¿A que lo hemos disfrutado?. En cambio ahora, los chicos solo piensan en estar conectados a su artilugio último modelo, no les interesa viajar ni frecuentar a nadie y lo más curioso es que creen tener cientos de amigos dentro de esas maléficas máquinas. Y los pobres no conocen a nadie...

No se a tí, pero a mí me gustaría que las gentes siguieran viniendo a visitarnos allá, a nuestra querida tierra de La Mancha y también aquí en Madrid, a estos jardines de la Plaza de España que nos acogen desde hace varios lustros. Que espero no nos la cambian el nombre por algo así como Plaza de la Comunidad Autónoma, de yo que se qué...Porque ¿Sabes? Ahora eso de España, molesta a algunos políticos mentecatos...

Sancho, Sancho, cuanta historia ha pasado ante nuestros ojos, de tantas cosas fuimos testigos desde estos pedestales. Tantos devenires, buenos y malos, que de todo hubo, pero que a fuer de ser sincero yo diría que las más de las veces fueron buenos, porque esta nuestra querida tierra Sancho, con esto que llaman el progreso ha mejorado en muchas cosas. Si amigo, a mi me gusta ser como ahora, estar como estamos, con nuestra diversidad que no es poca, pero sin ser mejores o peores por haber nacido en nuestra querida aldea, en aquel lugar que no consigo recordar el nombre... o en cualquier otro sitio.

Después de todo ¿qué más da? con este mundo que parece se nos ha encogido. Si Sancho, se ha quedado pequeñito...Fíjate, que vienen esas gentes de ojos como rajas de melón recién cortado, de China, que antes estaba lejísimos y ahora, salen de sus casas y en unas pocas horas ya están aquí. Es cosa de magia.

Y esto me hace pensar que somos insignificantes. Antes creía que nuestra tierra era la más grande del universo y yo el caballero más aguerrido de todos los tiempos. Sancho, solo soy un lugareño y nuestra tierra, un granito de arena comparado con el resto del mundo que aunque no lo creas es grande y pequeño a la vez.

Pero todavía hay necios que no lo han comprendido y sostienen que el lugar donde nacieron es mejor que el de al lado y su lengua más bonita y algunos hasta son capaces de matar por esas cosas...Esos me preocupan Sancho, tan trasnochados, tan pueblerinos.

Y a ti ¿Qué te parece todo esto querido amigo? ¿No contestas? Ya veo, los años te han regalado el don de la prudencia...

¡Ay! ¡Qué solo me encuentro a veces en medio de tantas gentes! Y que frío me entra en el corazón cuando olvido que solo soy un pobre chiflado.

¿Otra vez te has dormido? Pues cuando despiertes y veas como te han puesto las putas palomas...



M. Luisa Pino dic. 2013

2 comentarios:

  1. Hola, Marisa!!!
    Este monólogo ya lo he leído o escuchado antes. En cierta manera está bien, pero esperaba el lenguaje más medieval y libresco y exagerado, o que dijera que los tablets, ipads y familia, son cosa de encantamiento o algo parecido. Durante los dos primeros párrafos, parecía Don Quijote, pero en los últimos, su personalidad, la de este místico personaje, ha desaparecido, parecía otro. Sí, son las estatuas las que hablan, pero el espíritu y la esencia del personaje se ha de evitar que se pierda. Tu, no: Tú, con acento, cuando se dirige a Sancho Panza.
    Abrazos, H.

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  2. Sí, esto lo tenía escrito hace tiempo, por eso lo recuerdas.
    La verdad es que lo repasé y quizás debiera haber usado más lenguaje de aquellos tiempos. Le daré otra vuelta.
    Un abrazo
    Marisa

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