6 nov 2011

Un Joyce gigante

¡Hola, Zarigüeyos! Por lo visto, veo que habéis abandonado el blog temporalmente, porque está más desierto que unn oasis en una isla tropical, que ya es decir. Esta vez, os recomiendo una biografía sobre James Joyce, Joyce, de Edna O'Brien. Por cierto, que, buscando imágenes del libro, también había de la autora, que ha envejecido regular, y ya es casi una anciana con el cabello plateado. Pero regresemos a la publicación. La vida de Joyce estuvo basada en su genialidad, pero apenas tuvo suerte en la edición de sus libros. Dublineses no pudo publicarlo, porque, según los editores, sus relatos eran obscenos. También con Stephen el Héroe, futura novela de El Artista Adolescente. Y no digamos del Ulises, en donde Joyce introdujo sus pulsiones sexuales, su frustración como genio no aceptado por la sociedad inglesa e irlandesa (más adelante, se lo pensaron mejor) y su obra maestra sufrió muchos cambios, y fue de editor en editor. En EE. UU. la obra ni se publicó, porque, según los puritanos de allí, además de "obscena" era "pornográfica y atacaba a la Iglesia". Ahí es nada. Incluso recibió una crítica poco favorable desde las estancias papales, asunto que a Joyce le hizo reír. Como todo genio, fue un incomprendido, calavera, bebedor y con el sexo desatado, lo incorporó a la historia de Leopold Bloom, y se basó en la realidad. Inventó un nuevo lenguaje, si tenemos en cuenta que creaba palabras nuevas de ambiguos significados (si alguien no comprende ambigüedad, que la desambigue en Wikipedia..., ¡es broma!). La incomprensión llegó porque los capítulos no se entendían. Lo novedoso nunca se comprende, de manera que le compadezco al autor irlandés, porque siempre ocurre lo mismo. La vida de Joyce fue un completo desbarajuste. Con el tiempo perdió la vista y, mientras escribía el Ulises perdía, también, la capacidad de escribir alguna línea. Utilizaba lápices negros y tintas de diferentes colores para poder distinguir los párrafos y oraciones y frases. Y la obra maestra, su obra maestra que nos legó, le llevó veinte mil horas de creación que, creo, son algo así como cinco o seis años, desde el primer borrador, y me faltan años, seguro. Edna O'Brien nos muestra la humanidad del escritor, y si Joyce era un gigante, las obras que nos legó, siendo universales, nos engrandecen a nosotros. Lástima que muriera sin haber visto un céntimo, o haberlo gastado a la primera oportunidad. Ser genio es lo que tiene.
Sign: B JOY

27 oct 2011

Jardiel sustituye a Watson

Repasé la novelita: Los 38 asesinatos y medio del Castillo de Hull; autor, Enrique Jardiel Poncela. De Jardiel Poncela me había leído varias obras dramáticas del escritor, que como escritor de teatro no tiene pérdida. Pero, Zarigüeyos, fue "apropiarme" del libro, y leerlo en menos de una hora. Jardiel Poncela aunó diversos relatos en un solo libro, que corrigió y lo transformó en novela. Una novelita brillante, no exenta de humor, más elegante que Ramón Gómez de la Serna, más ágil que el aparatoso humor inglés. Jardiel Poncela es Harry, que sustituye al Dr. Watson, ya que Sherlock Holmes necesita con prisas un ayudante. A partir de ahí, la novela transcurre entre situaciones absurdas y ocasiones que Jardiel Poncela utiliza con recursos y maestría. Es una obrita para no perdérsela. No hay sarcasmo y sí un humor que destila un profundo conocimiento del alma humana, con los resortes necesarios para hacer saltar la risa floja y la alegría fácil. Os aconsejo que sigáis la broma de "El tiempo es oro", que dice Harry ser el lema de Sherlock Holmes, en donde la realidad se funde con el humor, y en que el asesino no es, precisamente, visible.

Sign: N JAR tre

20 oct 2011

¿Qué hace un manuscrito en la bañera?

¡Hola, Zarigüeyos! Lamento estos meses de silencio, pero los he pasado ocupado en mi blog, con paradas intermitentes (que aborrezco, claro); pero Tío Hyeronymus ha regresado de nuevo, para recomendaros una nueva obra. Continúo con Stanislaw Lem. Se trata de Manuscrito encontrado en la bañera. Es una obra alegre, y al tiempo, angustiosa. Una crítica a los entresijos de la Inteligencia Militar o de Estado, y a sus maneras de espionaje. Sí, espionaje en una sociedad totalitaria, tema favorito de Lem, en la mayor parte de sus obras, y que en este Manuscrito... se deja notar con una hiriente capacidad de angustia. Al principio, no tenía pensado leer este libro. Estuvo en el anaquel cerca de cuatro o cinco años, hasta que decidí leerlo. Asombroso el absurdo Edificio (que es el Pentágono, pero trasladado al Kremlim más frío y aséptico, y unos absurdos agentes que son infiltrados del Antiedificio. Aclaro: los espías del Pentágono, no son los espías del mismo, sino agentes dobles, triples, cuadrúples, quintúples, sextúples, septúples. octúples... y seguimos. Lo absurdo que quiere demostrar Lem, ambiguamente, es que nadie es libre, y que la libertad se halla fuera del Edificio, del cual, nuestro protagonista no sale, preso en una celda de lujos, pero con una existencia absurda, también, como agente del Edificio. Claro que, el lector, espera llegar al final, y Lem lo sorprende con un final kafkiano que no desvelaré, y absurdo, claro. Creo que me he pasado con las tildes en la numeración de los agentes...


Signatura: N LEM man

11 sept 2011

La última cena





Todo estaba preparado para el gran acontecimiento. La cadena de televisión había anunciando el nuevo programa a bombo y platillo durante los meses de verano. Sería un programa piloto de tres horas de duración, que sí funcionaba bien se repetiría mes a mes. En él, y teniendo en cuenta que era un único día de trabajo, había bastante dinero de recompensa para el ganador del concurso.

Al casting se habían presentado docenas de personas deseosas de ganar unos euros como fuera y dado que la cadena era famosa por su falta de escrúpulos a la hora de conseguir audiencias, los que decidieron presentarse estaban dispuestos de antemano a casi cualquier cosa y a tragar con lo que se presentara.

Al final y después de una exhaustiva selección quedaron ocho concursantes elegidos, estos eran: Los mas fuertes, los mas decididos y los mas necesitados de dinero; en total dos mujeres y seis hombres.

Nadie sabía de que trataba el programa, ni siquiera a los concursantes se les había dicho que deberían hacer y como competirían, solo conocían la cantidad de dinero que ganarían por participar aquella noche cada uno de ellos; 10.000 euros, también estaban al tanto de la suma total que se llevaría el ganador, 50.000 euros mas unos extras indefinidos. Esta era la información que habían recibido, lo demás, era un secreto.

Los participantes llevaban todo el día en el estudio de televisión donde se les probó la vestimenta; unos trajes rudimentarios imitación a la piel de animales bastante interesantes, luego les pusieron las pelucas de pelo largo y desaliñado y solo dos horas antes del comienzo se les llevó a maquillar, por último pasaron a hacerse un reconocimiento con el médico; se les tomó la tensión, pulso etc. y se les dió por válidos.

El decorado era una enorme cueva troglodita estilo “Los Picapiedra”. Una mesa imitando a una enorme piedra presidía la habitación, alrededor unos sillones hechos de troncos para ocho personas, grandes teas ardiendo daban luz en el centro y a los lados de la mesa, así como en la entrada de la cueva y en varios puntos de las paredes. Todo imitando perfectamente a una habitáculo de la edad de piedra.

A la hora señalada el famoso presentador ya estaba preparado y esperaba la orden que le diera su entrada. El público hacía tiempo que había devorado el bocadillo y la bebida que les dieron, y con lo cual la productora pagaba a unos extras que en otros tiempos hubieran costado un dinero y ahora les salían gratis. Se les había advertido que el regidor les marcaría en todo momento cuando hay que aplaudir, cuando reír, cuando asombrarse, cuando enfadarse, etc...Todo debía estar y estaba bajo control. Era un programa en falso directo, con un decalaje de varios segundos hasta que llegaba a los ojos del televidente, solo lo justo para cortar y poner publicidad en caso de que pudiera surgir algún imprevisto no deseado.

Un gran aplauso recibió al presentador que este agradeció al publico sonriendo ampliamente aun a sabiendas que el aplauso había sido exigido por el regidor. Así comenzaba la gran mentira. A una señal del director y con acompañamiento de música ambiental fueron entrando los concursantes. Cada uno llevaba un numero en el pecho que iba desde el n.1 hasta el n.8 y se fueron sentando en el sillón también marcado con el número que les correspondía. Entonces el presentador pasó a indicar cuales eran las normas del programa y sobre todo desveló el gran misterio.

Durante tres horas y media de programa se serviría una copiosa cena a los concursantes, los cuales nunca sabrían cuando se daba por terminada la comida, por lo que deberían zampar mucho o poco, al principio, en medio, o al final...todo según su propio criterio, pues el ganador del concurso sería aquel que acumulara mas peso en su cuerpo en aquellas tres horas y pico. Se les pesaría al principio de la cena y mas tarde aleatoriamente durante la misma, cada doscientos gramos que fueran ganando suponía un incremento de 1000 euros en el premio final acumulables solo al vencedor. No había platos, tampoco cubiertos, comerían directamente de las fuentes que se pusieran encima de la mesa. Y lo mas importante: Todo estaba permitido entre ellos, podían robarse la comida unos a otros y hacer lo que fuere para conseguir el premio. Las reglas eran, que no había reglas.

Alguien entró en el set una báscula que pusieron en un lado de la cueva, una vez instalada fueron pesando a los concursantes uno a uno . En un monitor de televisión fue apareciendo el peso del n.1, del n.2...así hasta el n.8. Una vez que el pesaje terminó, pasaron a publicidad.

Después de tres o cuatro minutos, el presentador reapareció en el set, pidió un aplauso al público para animar a los concursantes que ya estaban sentados en su lugar y al grito de “¡Adelante con la cena!” comenzaron a entrar bandejas de comida. Carnes asadas, vegetales, patatas...Un sinfín de viandas se fueron amontonando en la mesa.

Los menos tímidos empezaron a arrancar los trozos de carne con las manos amontonándolo a su lado, esto animó al resto que para no quedarse atrás y tal vez sin comida, tuvieron que incorporarse al festín rápidamente. En unos cuantos minutos todos comían a dos o tres carrillos. Al poco la carne se terminó, quedaban verduras y alguna patata que todos habían despreciado, también quedaba la duda si habría mas comida por venir. Se miraron unos a otros tratando de calibrar la cantidad ingerida de el de al lado y finalmente dos de ellos decidieron comer las verduras por si acaso y se disputaron las últimas patatas. Viendo que no traían mas comida los otros concursantes decidieron incorporarse para engullir los restos. Pero ya no quedaba casi nada, entonces uno de ellos optó por robar una enorme patata a su compañero de mesa. Este se cabreó y retorciéndole la mano recuperó su patata “ ¡Cabrón !- le dijo- ¡Si vuelves a robarme te mato!” En ese momento entraron mas fuentes de carne. Todos se abalanzaron sobre la nueva comida y olvidaron la patata y los vegetales. Y comenzó otra pelea, esta vez por el vino, que escaseaba mas de la cuenta, y el n.4 necesitaba beber urgentemente para bajar la comida, cuando consiguió hacerse con un buen trago, eructó ruidosamente y mas tarde lo hizo de nuevo, no podía engullir más, pero siguió y siguió...La vomitona fue a parar encima de la mesa, esto enfureció al resto de los comensales, algunos dejaron de comer por el asco, otros lo insultaron...Entre el público alguien gritó “¡Cerdo!”, mientras el resto reía o se sumaba a los insultos. En ese momento el presentador dijo que era hora de pesarles a todos y que lo harían después de publicidad.

Les fueron pesando por orden. En general todos habían ganado entre 1800gr. hasta 2000gr. con excepción del n.4 que había perdido unos gramos de su peso inicial a consecuencia de la vomitona. Todos volvieron a la mesa y continuaron comiendo los restos que quedaban. El n.4 se puso a zampar como un poseso, quería recuperar la comida desperdiciada y para ello, no dudó en hacerse con toda la que pudo y que fué amontonando en su parcela de mesa, tenía que darse prisa, y en su ansia por comer todo lo posible, no pudo evitar que las nauseas volvieran a invadirle, trató de impedir lo que de nuevo se le venía encima, pero era demasiado tarde. Esta vez vomitó de espaldas al publico, una de las chicas, la n. 3, que comía a su lado, asqueada, no pudo evitar contagiarse, las nauseas la cogieron de improviso, solo tuvo tiempo de deslizarse debajo de la mesa y allí, soltó todo lo comido en el día. Los ánimos se fueron calentando, el resto de concursantes protestaban, que así no podían seguir comiendo, que si estaban enfermos y no podían concursar deberían irse...

El presentador después de consultar con dirección anunció que si había una tercera vomitona de la misma persona, esta quedaba automáticamente eliminada del concurso. Luego pasó a publicidad.

Se les volvió a pesar; el n.5 y la n.7, estaban poniendo mas peso que el resto de compañeros de los que se desmarcaban claramente. La n.3 había perdido todo lo acumulado hasta entonces y decidió no seguir, el solo pensamiento de ver comer a los otros como salvajes, le producía una nausea tras otra.

En la mesa había nuevas viandas de aspecto desconocido. Se les informó que tocaba comer exótico; sopa de lagarto y gambas, carne de serpiente aderezada estilo Hong-Kong, rata vietnamita en salsa picante, delicias de langosta (con alas) aderezada con salsa de soja, y por ultimo tallarines estilo Formosa.

Todos se tiraron a los tallarines ignorando el resto de los manjares... y comenzó una gran pelea, se los quitaban los unos a los otros de las manos, inclusive de las bocas...aquello era tan denigrante y repulsivo que el n 4 volvió a sentir ganas de vomitar, y puede ser que a mala idea, (pues sería eliminado) vomitó de nuevo encima de la mesa salpicando al resto de los trogloditas y también a la comida...La chica n. 7 se desmayó y tuvieron que sacarla del decorado. Hubo quien siguió comiendo a pesar de que los vómitos ya eran parte del menú...El publico enardecido, gritaba, reía e insultaba sin freno, ya no hacían caso del regidor, e iban por su cuenta.

Pasada la publicidad se les pesó de nuevo, el n 5 seguía en cabeza. El presentador advirtió que ahora solo quedaban los postres y que después de estos, tendríamos al ganador del concurso definido. Los cinco concursantes que quedaban se sentaron de nuevo a la mesa.

Tartas, tartas y mas tartas; de chocolate, de nata, manzana, frambuesa...Comenzaron a comer como locos...Al n.1 que tenía la boca llena de nata le entró un hipo nervioso y expulsó parte de la tarta en la cara del n.2, este, cabreado, le tiró encima lo que quedaba de una de chocolate, entonces comenzó la guerra de las tartas...Esta batalla llegó al público que en su mayoría estaba deseoso de colaborar en la guerra, y también alcanzó al presentador y a los cámaras...Tuvieron que pasar a publicidad

Los cinco concursantes ahora si que estaban integrados en su papel, en menos de tres horas habían involucionado hasta llegar a la edad de piedra sin aparente esfuerzo. El ligero barniz de gentes del siglo 21 había desaparecido por completo, era como si nunca hubieran sido seres civilizados...Quizás nunca lo fueron...

Ahora tocaba pesar a aquellos seres por ultima vez, unos habían ganado hasta cuatro kilos y pico, otros, algo mas...Fué el n.5 el que logró llegar a 6kg. y 200gr.

El presentador pidió un fuerte aplauso para el ganador y le alzó el brazo en señal de triunfo, el set se llenó de globos y serpentinas...En la pantalla gigante apareció la cantidad total del premio: 50.000 euros mas 31.000 extra, daban la suma de ¡81.000 euros para el vencedor!. Este, cuando vió la cantidad reflejada en el monitor, pensó en su familia, con los hijos sin trabajo, y él mismo en el paro...y la emoción le superó. Cayó al suelo como herido por un rayo, dejando escapar todos los fluidos de su cuerpo en la caída.

La sorpresa, el olor nauseabundo, restos de porquería por todas partes...Tuvieron que pasar a publicidad.

Al cabo de cuatro minutos, re-apareció el presentador que con gesto serio leyó el parte médico en el que se decía que el hombre había muerto a pesar de los intentos del médico del programa por reanimarle. Un exceso en la ingesta de alimentos y la emoción o lo que fuere, habían terminado con su vida. “No nos queda mas que dar nuestro pésame a la familia -dijo con gesto compungido-El n.5 fué un gran concursante del cual estamos orgullosos, gracias a él todos, público, televidentes y nosotros mismos pasamos unas horas muy divertidas y amenas, por lo que los momentos mas impactantes que aquí tuvimos, los repetiremos durante los próximos días en los programas de entretenimiento de esta cadena. Lástima que se fuera sin disfrutar del dinero. ¡Un hurra para el n.5!”- reclamó autoritario- Y el público, sin dudarlo y puestos en pie, lanzaron un fuerte “hurra”, sin duda agradecidos por la noche impactante que habían presenciado.

-Queridos televidentes- volvió a tomar la palabra el presentador, ahora mucho mas sonriente- me acaban de informar que dado los altos picos de audiencia que hemos obtenido durante el programa ¡Volveremos en un mes!

¡Y ahora...disfruten de nuestra hermosa publicidad!.

14 jul 2011

Saga Tusitala. Castillos en el Aire. (En busca de Tusitala, 5) Dedicado a Lupita

45 tomó confianza, durante los dos últimos meses, con los compañeros del Taller, quedando en amigos, y tras salir, después de la clase, a tomar algo. Gracias a eso, empezó a preguntar y reunir información sobre Tusitala.
En primer lugar, al tipo excéntrico, del bigote y perilla quijotesca, se le antojó a 45 sospechoso. Había días que no se quedaba, y sus ausencias repentinas quizás tuvieran algo que ver con la desaparición de Tusitala.
45 no dejaba de formarse o imaginarse castillos en el aire; pero el enigma carecía, en cierta manera, de solución. Aún se encontraba muy lejos de la meta. Pero la meta no era lo importante.
Algunos amigos del Taller, le daban pistas un tanto vagas. Suponían que se había ido de viaje. Tratar de esclarecer la repentina desaparición de una persona sin rostro, era el mayor de los misterios. 45 no podía trabajar así, porque, a partir de unas pistas demasiado básicas, no conseguía atar cabos. Y si lo lograba, estos cabos se desataban debido a que la teoría analítica carecía de peso, y se había vuelto liviana e imposible de retornar a unir.
Pero 45 no se daba por vencido. Sabía como buen sabueso, que hay pistas que llevan a la verdad, e indicios que, por escasos que parezcan, se pueden resolver con facilidad. Incluso decidió, desde ese momento, utilizar todas las líneas de investigación, hasta agotar los recursos. O, mejor dicho, agotar todos los recursos.
45 abordó a Jose. Jose era un tipo culto y leído. Y, en el momento de hacerle la pregunta, añadió, el propio Jose, que Tusitala escribía su propio blog Pensamiento Libre. Y añadió un dato más: que Hyeronymus había acoplado el blog a su propio blog.
Esto se le antojó a 45 más sospechoso. ¿Es posible que Hyeronymus hubiese utilizado algún arte para borrar a Tusitala del mapa? Como esta pregunta le pareció capciosa, malintencionada, y fuera de lugar, 45 decidió que su actitud sólo se trataba de un prejuicio más. Le bastaba observar y examinar los ojos de Jose, tras las gafas, para saber que había juzgado a la ligera a ese tal Hyeronymus.
Pero se trataba de una pista valiosa (otra más) con la que resolver el rompecabezas de la repentina desaparición de Tusitala. En cierto modo, todos podían ser sospechosos pero, ¿hasta qué punto?
Decidió consultar el blog de Zarigüeya, y encontró una novedad. Un internauta se presentaba como: “Aquel que algún día, en algún mes, escribirá algo…” ¿Es posible que fuera Tusitala? De momento era un pista muy valiosa, y era una especie de prueba de vida. Lo más seguro es que Tusitala se hallara en algún lugar; pero los castillos en el aire no se sostenían solos. De hecho, al detective, se le antojó una prueba sólida: Tusitala estaba vivo, y con eso le bastaba.
Una de las reglas de un sabueso buscando pesquisas, es no darse por rendido. Quizás las pistas no fueran sólidas, pero el camino a seguir consiste en reunir todas las pruebas, y explorar todas las opciones. 45 no pensaba darse por rendido. Incluso esperaba que, por lo menos, la gloria lo sonriese. Hablando en plata, que quería ser tan reconocido como su amigo Espada que, desde luego, no era tan brillante como él, pero pelillos a la mar.
45 se levantó de la mesa, y se puso a saltar en su despacho con el ordenador encendido. Se sentía contento y alegre. Una pista. No estaba mal. Por lo menos, aunque se demorara una eternidad; y no olvidaba que, con este caso, que no podía resolverlo en horas, esperaba superar al mismísimo Samuel Espada. Y, también, por otra parte, que había subestimado a su amigo y colega; y que el mundo, por mucho que fuera redondo, otros se convencían de que era, desde luego, plano.

3 jul 2011

Larry Brown, filósofo de la América Profunda

¡¡Hola, Zarigüeyos!! La obra que os presento a continuación me llamó el pasado jueves, 30 del mes pasado. Después de un mes leyendo los libros que había sacado de préstamo de la Biblioteca, regresaba al hogar, como si hubiera regresado de la guerra o de alguna expedición a tierras exóticas.
Larry Brown es un autor que apenas se conoce en la Península. Su manera de escribir es semejante a Hemingway, Faulkner o Carson McCullers. De hecho, me hice con el libro de cuentos, porque Julio, uno de los bibliotecarios, me dijo:
-Han llegado fondos nuevos.
Entonces, giré el cuerpo, después de dejar mi bolsa roja y negra, y me dirigí al estante de las novedades. Y encontré el libro de cuentos de Larry Brown: “Amor Malo y Feroz”. El título me llamó la atención; pero yo siempre he huido de las novelas románticas, y más de las baratas que no me hacen gracia. De todas maneras, decidí arriesgarme, y consulté el traductor, Luis Ingelmo. Me sonaba, pero de otras novelas. Por cierto, que su traducción no fue por obligación, si no por oficio y desprendimiento. Ingelmo llegó a USA, y se dio de bruces con el autor tras ver una película del mismo título, y se trajo varias obras de Larry Brown a España, de contrabando. Tradujo ésta, y las dos obritas que la componen (el resto son relatos sobre la desmesura del amor, como se pierde, o como la hermosa mujer de un marido obsesionado con un exhibicionista pervertido, le pone la cornamenta con su jefe-el de ella, no el del marido-y lo busca el desgraciado jubilado, y se da cuenta de que su vida es un desastre); su manera de escribir es directa, precisa y pulida. Y no se anda con digresiones absurdas. Los cuentos narran lo que narran, y no es posible cambiarles una coma. Son perfectos, y autobiográficos.
No me arrepiento haberlo sacado de la Biblioteca. Me he llevado una sorpresa, porque, quienes describen su vida, la de los personajes, los mismos protagonistas, son unos perdedores, con traumas, con el amor que, a última hora, se derrumba, o no llega a consumarse. De hecho, Larry Brown se dedica a ser autobiográfico. Incluso habla de sí mismo, en “92 días”, sobre sus comienzos de escritor o la creación literaria y la escritura. El cuento de “La Aprendiza” es semejante, pero bastante duro para el protagonista, que es testigo y lo cuenta. Su mujer se aficiona a escribir, y el esposo describe sus pesares, o como la relación casi se rompe (le sucedió a Brown, que su mujer le pidió el divorcio varias veces, porque no se ocupaba de sus hijos, ni de ella. Vamos, el llamado “gusanillo” de la escritura); cuando lo leáis, estaréis enganchados. Brown no acudió a ningún taller literario, ni a cursillo alguno en la Universidad. Asistió a la Gran Guerra, y cuando llegó, se puso a escribir. Al principio, rechazaron sus escritos. No lo comprendían. Pero, ya en la madurez, aún era joven, logró triunfar, pero un cáncer se lo llevó. Un hecho es verídico. Sus cuentos están narrados desde la realidad profunda de muchos americanos que no han tenido oportunidades en la vida, viéndose encerrados en un pueblo, o en una vida gris y dura.
Todos estos relatos merecen la pena. No sólo para aprender a narrar. Más bien, como Larry Brown logró pulir su estilo de escritura, con picos diamantinos, tan afilado como el dolor, o ver como la vida se mueve, en ocasiones, por circunstancias provocadas por los otros.
En fin, que no os lo perdáis.
Sig: N BRO amo

30 jun 2011

"Una cuetión de honor"

Capítulo 1 “Té a las cinco... o´clock”


“En Inglaterra el pueblo les atribuye a los elfos, las flechitas de sílex, que la ansiedad de los antropólogos prefiere adjudicar al hombre de las cavernas, ente que muy pocas personas han visto: cosa que no sucede con los elfos, que hasta los borrachos conocen por haber frecuentado”.
-Eh mujer, ¿que te ha parecido lo que dice el “Elfebus Times”? Lo firma un tal Jorge Luis Borges ¡Que sabrá este! A estas alturas de la vida y todavía hay gentes que bromean sobre nuestra existencia...Espera ,espera, que todavía hay más. "Por el contrario hay humanos que creen que las deformidades como cojeras y jorobas, las producen los elfos, Shakespeare apoyaba esta creencia y así lo dijo en su obra Ricardo III “Tú, marcado por los elfos, cerdo devastador y deforme”.
-¿No es esto indignante?, dime mujer ¿que piensas?
Güenik dobló el periódico cuidadosamente y lo dejó en el trozo de árbol que le servía de mesita, miró hacia su esposa que estaba preparando el té de las cinco en su diminuta cocina y esperó respuesta.
-Pues yo diría que son tonterías pero que cuanto menos se sepa o hable de nosotros entre los humanos tanto mejor- contestó Anüik- No quiero ni pensar en la de domingueros que tendríamos que aguantar si todos creyeran que podían vernos. Ya sabes el destrozo que hacen los críos cuando vienen de acampada y los grandes, peor que peor, ahora que les ha dado por lo del ecoturismo. Si es que ya casi no podemos salir de nuestras cuevas...¿Una nubecita cariño?
Güenik asintió con la cabeza, tantos años juntos y siempre la misma pregunta al servir la leche y siempre la misma esperada respuesta.
-Sí mujer, el té solo manchadito, como a mi me gusta...¿qué pastas son esas?
-Oh, es una receta de la abuela de la madre de mi madre y va muy bien para muchas cosas, encontré unas cuantas escritas por ella en elfico antiguo, me costó un poco entenderlo, pero estos dulces son el resultado, eso sí, ha sido difícil encontrar las plantas, cada día hay menos en el bosque ¡como para que vengan los humanos a destrozar mas de lo que ya destruyen! Deja ,deja, que se queden en sus estúpidas ciudades...
-Sí, tienes razón, el que haya gentes que no crean en nosotros nos puede beneficiar, pero por otro lado a mí me parece que es muy insultante que esos antropólogos o como quieran llamarse digan que nuestras pequeñas saetas de pedernal son obra del hombre de la edad de piedra. Sí, eso es insultante.
-Bueno, viejo, ¿y qué?. Allá ellos, antropólogo...¿Qué es un antropólogo? Igual no existen y es un invento del “Elfebus Times” para vender mas; sensacionalista, este periódico se esta volviendo cada vez mas sensacionalista.¿Otra pasta?
-Sí, mujer dame otra, que están muy buenas, pero que sepas que los antropólogos existen yo los he visto más de una vez revolviendo en la tierra buscando muestras y huesos y lo guardan todo y se lo llevan y lo estudian.¿Cómo puedes ser tan ignorante? Nó, esto no puede quedar así, cuanto más lo pienso más me indigno, me reuniré con los mas viejos elfos de nuestro pueblo, tenemos que hacer algo para que quede claro quién hace las flechas de sílex. El hombre de las cavernas, ¡Tonterías...! Oye, parece que me da vueltas la cabeza, me siento ligero como una pluma pero algo mareado ...
-Será la marihuana, la receta lleva una pizca de marihuana mezclada con las cabezas de los famosos hongos que tú descubriste, y alguna otra cosilla más que no puedo decirte por ser una receta secreta ¿Te tomas otra pasta?
---Sí, Anüik, me voy a comer otra, si es que eres una estupenda cocinera. Ven, acércate ¡que bien te sienta ese mandil tejido con amapolas! A ver, a ver...¿Que hay debajo de ese mandil tan requetebonito?...
-Tonto ,mas que tonto...
-¡Que bien hueles Anüik!
-¡Mejor sabré!¡Pillin....Ah, Ah, Ya era hora...Ah...aaaaah, aaaaah!
--¡Uh, uuuuh,uuuuuh!
-¡Ah, Uh, Ah Uh Ah Uh Ahhhhhhhhhh Uhhhhhhhhh!
-Cariño, ¿otra pastita?

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capítulo 2 “La reunión”


La luna iluminaba el claro del bosque tímidamente, por diversos caminos unas pequeñas sombras se acercaban dando saltitos y se iban acomodando haciendo una especie de círculo alrededor de una fogata que chispeaba en el centro del lugar. Las sombras cuchicheaban entre sí y se saludaban con un respetuoso frote de nariz con nariz, mientras el bosque dormía en un aparente silencio, solo se percibía el fru-fru de las hojas secas que los exagerados pies de los elfos rezagados aplastaban en su carrera por llegar a tiempo.
Enseguida el lugar estuvo lleno de sombras que la luz del fuego aumentaba considerablemente de tamaño, serían unos veinte y tenían un aspecto de hombrecillos defectuosos, sus pies eran especialmente grandes, pero lo mas desproporcionado era sin duda la cabeza, se diría que su tamaño enorme estaba hecho para desafiar la ley de la gravedad. A primera vista aquello parecía una reunión de árboles parlantes con movimiento, sus cuerpos estaban cubiertos con cortezas y lianas y algunos se tapaban la cabeza con enormes hojas a modo de sombrero, todos sin excepción se mimetizaban absolutamente con el entorno y solo unos ojos muy agudos hubieran podido descubrir su presencia en el bosque.
Alguien hizo una seña para callar a los mas parlanchines y poco a poco el silencio se impuso entre las sombras, Güenick se dirigió al centro de la reunión donde alguien había colocado un gran trozo de árbol, se subió en el tronco, desde allí echó una ojeada alrededor y después de una ligera tosecilla comenzó a hablar.
-Amigos, gracias por haber venido, la mayoría de vosotros ya sabe por qué estamos reunidos aquí, de cualquier modo para los que nada sepan paso a informarles rápidamente. En los últimos tiempos, nuestro periódico el “Elfebus Times”, viene diciendo que a los humanos les ha dado por hablar de nosotros, por discutir sobre nuestra existencia, muchos piensan que solo somos un invento de la literatura escocesa para asustar a los niños, otros creen que somos seres reales, pero ninguno ha dado con la clave de lo que en realidad somos; cruce entre gnomo y arbusto. Esto realmente no nos importa en absoluto, que piensen lo que quieran, pero hay algo que si nos debe molestar y de hecho es indignante que crean. Vereís, los humanos que estudian a los seres de otras especies, dicen que nuestras famosas flechas de sílex fueron hechas por hombres de la edad de piedra y que para nada son obra nuestra porque ni tan siquiera existimos...
Un clamor de ¡ohhhs! y ¡ahhhs! llenó la noche. Güenick mira hacia un lado y otro, todos los elfos comentan la tremenda ofensa que se les hace a su capacidad creadora, algunos levantan sus pequeños puños y dicen estar dispuestos a cualquier cosa por restablecer su dignidad ...
-Callar amigos, dejarme un momento. Sí, algo tenemos que hacer, pero será de un modo discreto, sin llamar mucho la atención, no es cosa de que se nos llene el bosque de gente buscándonos, eso interferiría mucho en nuestra pacífica vida y no nos conviene. Yo propongo que fabriquemos una docena de nuestras famosas flechas, las mejores que jamás hallamos hecho, seis de ellas serán de sílex, las otras seis las haremos en plata, como sabéis, el metal no se conocía en la edad de piedra, esto demostrará que las hemos hecho nosotros actualmente; las doce serán exactamente iguales con excepción de la materia prima. Cuando estén terminadas, yo, y alguno de los mas aguerridos de entre vosotros las haremos llegar a los antropólogos que las estudian, no nos dejaremos ver pues no nos conviene, pero nos haremos notar.
Uno de los elfos mas ancianos levanta la mano pidiendo la palabra
-A mí me parece bien lo que propones Güenick ,¿pero cómo encontraremos a esa gente y como vamos a estar seguros de que van a rectificar en sus ideas?
-Yo los encontraré, hay una zona cerca de la montaña Pinkrock donde he visto a más de uno de estos investigadores buscar muestras de todo tipo, solo tendremos que vigilar el lugar hasta que demos con alguno de ellos, les dejaremos las flechas y un escrito que acredite nuestra obra, en élfico naturalmente, somos los únicos que hablamos y escribimos esta lengua, pues que la estudien, eso les afianzará en la idea de que solo nosotros les hacemos el regalo. ¿Alguna pregunta?
Los Elfos se miran unos a otros, ninguno parece que tenga nada mejor que proponer y de nuevo el anciano toma la palabra
-Creo entender que estamos todos de acuerdo en lo que has propuesto, yo quisiera hacer las seis flechas de sílex a la antigua usanza - Antiuck tose un poquito para dar mas énfasis a su propuesta - será un placer, y uno de mis mejores aprendices hará las de plata bajo mi dirección ¿Qué os parece?
Todos aplauden al viejo Antiuck, no en vano es el mejor artesano de todos ellos.
-Gracias Antiuck, nadie mejor que tú para este trabajo y ahora...un poco de música y ¡A bailar todos!
Al momento alguien improvisó una melodía con una flauta de bambú y todos se pusieron a bailar alegres y felices de tener el problema resuelto. Las elfas hacían cosquillas en los enormes pies de sus maridos que se desternillaban de risa hasta que no podían más y se tiraban al suelo patas arriba, cosa que aprovechaban las mujeres para tumbarse encima de ellos y seguir con las cosquillas. Algunas, las mas previsoras, llevaban unas extrañas pastas de té que repartieron entre los suyos y claro, pasó lo que pasó...Se hicieron nuevas parejas y se consolidaron las antiguas y habrá que dar por seguro, que en unos meses, nuevos elfitos habitarán el bosque..

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capítulo 3 “Los antropólogos”

Patrick había tenido un día duro, todavía le quedaba montar la tienda de campaña y la oscuridad se le estaba viniendo encima . Con las últimas luces del día clavó las cuerdas de la tienda en el suelo y ya con la linterna en la cabeza terminó de poner todo aquello en pie. Preparó un pequeño refrigerio que calentó en el hornillo de gas; una sopa de bote, unos arenques ahumados y una manzana, puso el recipiente del agua a hervir y cuando el primer silbido indicó que estaba cociendo se hizo una hermosa taza de té. La noche había caído por completo cuando sentado en su hamaca cerró los ojos para escuchar el silencio del cercano bosque. Era un placer saborear el té en medio de la naturaleza, el día había sido fructífero, las piezas que encontró parecían interesantes y aunque muy deterioradas por el tiempo, estaba seguro que aclararían muchas cosas sobre los antiguos pobladores de aquella zona de Escocia. No esperaba a sus colegas hasta el día siguiente y estaba deseoso de compartir sus hallazgos con el resto de antropólogos del equipo, especialmente con Mary...si es que por fin venía. Ella había dado por terminado su trabajo en aquel lugar solo hacía unos días, y ya la echaba de menos. No sabía cómo ni cuándo Mary se había instalado en sus pensamientos y lo peor, cada vez iba ocupando más y más lugar en su cabeza sin que él pudiera hacer nada para contrarrestar la invasión no deseada. Se preguntaba porqué le ocurría aquello ahora que tenía su vida completa, ocupado plenamente en sus investigaciones y sin tiempo para otra cosa que no fueran sus estudios. ¿Por qué quería que viniera? ¿no era mejor dejar las cosas como estaban?. Por suerte nadie estaba al tanto de este repentino interés que tenía por ella y que él mismo descubría por momentos...Mejor dejarlo pasar...Nó, no podía enamorarse ahora, mas tarde quizás... Sería mejor que no viniera, sí sería mejor...

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Mientras, en un lugar del cercano bosque, Güenick y dos elfos de su confianza, habían emprendido su andadura hacia Pinkrock.

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No faltaba mucho para que amaneciera cuando Patrick se despertó sobresaltado con el convencimiento de que algo o alguien había entrado en su tienda, encendió la linterna, dirigió el haz de luz hacia la cremallera, esta seguía cerrada, todo parecía estar en orden ¿Habría estado soñando?. Ya se disponía a dormir de nuevo cuando se dió cuenta del fuerte olor a té que llegaba desde fuera, se levantó, descorrió la cremallera de la puerta y se asomó al exterior, en la entrada de la tienda alguien había preparado té y lo había servido en su taza de aluminio aún humeante, al lado unas curiosas pastas y un extraño envoltorio atado con una liana.
-Mary, seguro que ha llegado Mary- murmuró entre dientes.
Dirigió la luz de la linterna hacia el frente, un poco mas allá estaba la tienda de Mary y a la izquierda una mas grande la de Stephen y Charlie.
El detalle de Mary con el té le había tocado su fibra mas sensible y todos los propósitos de olvidarla cuanto antes se vinieron abajo. Se sentó, tomó una pasta y empezó a pensar en la conveniencia de ir a darle las gracias en el momento o esperar al amanecer.
El envoltorio lo abriría delante de ella, seguro que sería algún fósil y a ella le gustaba ver su cara cuando se hacían este tipo de regalos entre el grupo. Patrick mordió la segunda pasta y apuró el té mientras seguía pensando qué hacer, Mary seguro no se había dormido todavía pues el té estaba recién hecho, ¿Era cosa de caballeros el llamar a la puerta de su tienda?. ¿Y si le echaba a patadas de allí?
Según iba comiendo empezó a sentirse más y más desinhibido y cuando estaba en la tercera pasta había tomado una decisión
-Al cuerno con los buenos modales, quiero verla ya, pase lo que pase.- se dijo así mismo en alta voz. Y dicho y hecho. Patrick se dirigió con paso no muy firme hacia la tienda de ella.
-Mary, Mary, soy yo, quería darte las gracias por el desayuno...¿puedo pasar?
-Sí, Patrick... pasa .
Mary encendió una pequeña luz de gas, estaba dentro del saco de dormir, alargó los brazos para saludar a Patrick, lo abrazó y se sentó haciendo sitio para él.
-¿De que desayuno hablas? Yo no he hecho ningún desayuno...
-¿Y las pastas y el regalo?...
-No se de que me habl....
Mary no pudo terminar la frase, los labios de él se lo impedían, asombrada sintió como su tímido amigo le impedía continuar hablando, unos brazos fuertes la rodearon, luego los dedos largos y bellos de Patrick abrieron la cremallera del saco de dormir y Mary, no pudo o no quiso evitar el tsurami que se le venía encima y al que se abandonó sin reservas. Este en segundos, la alcanzó por completo sumergiéndola en un caos de placer y abandono.
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Dicen, cuentan, que últimamente hay una nueva corriente de investigación llevada por un grupo de antropólogos y que sostiene que las flechas de sílex atribuidas a los hombres de la edad de piedra, en realidad están hechas por unos peculiares hombrecillos con aspecto de árbol que habitaban o habitan algún lugar perdido de Escocia y que según las creencias populares son llamados elfos. También se dice que parte de los componentes de un potente afrodisíaco que actualmente hace furor en el mundo y que empieza a venderse en herbolarios y farmacias, están sacados de una extraña receta que a partir de unas desconocidas plantas del bosque, estos hombrecillos tenían o tienen por costumbre comer especialmente a la hora del té. Esto naturalmente parece una fábula, pero también lo es el monstruo del lago Ness...
O...¿Quizás, nó?

Un encuentro sobrenatural, por el primo del Guardián de la Cripta, en la Parada del Autobús

Bienvenidos, seres de la noche, os tengo preparada un historia sin igual. Se titula:
En la Parada del Autobús
Aquella tarde, Aniceto Cebolla abandonaba la Biblioteca Municipal, para esperar el autobús, ¿en dónde si no?, en la parada del autobús. Por suerte era una tarde de comienzo estival, de manera que, a poco que oscureciera, el Sol no se iría a acostar, ni con Aniceto, ni con nadie, porque su ardor no era sexual, desde luego.
En la misma parada coincidió con una mujer pequeñita, que le recordaba a su madre, muerta hace un par de años; pero, aclaramos, no era su madre. Su madre había sido un poco más gruesa, y casi de la misma estatura (nos ahorramos las medidas y las proporciones). Mas esta mujer se daba un aire, en el rostro, aún ligeramente demacrado, y la piel pegada al hueso.
En ese mismo instante, Aniceto extraía un libro de su bolsa, y una libreta, y anotaba los nombres o títulos en una lista numerada, de las obras que llevaba leídas o en préstamo hasta ahora. En eso estaba, hasta que un campanilleo lo empujó fuera de sí, y lo distanció de su sopor. Sentía Aniceto la tensión del peligro en el aire, y provenía, su excitación y fiebre, del móvil de la mujer pequeñita, de la piel pegada al cráneo.
“¡Qué susto, Dioh mío!”, pensó, y se agarró el cuello, porque otro órgano no era el momento.
Y la mujer pequeñita empezó a hablar. De su tétrica voz, salió un:
-¡Es del Carrefur! ¡Te hacen descuentoh del veinte por cientoh en teleh, lavadorah y electrodométicoh! ¡Me oyeh! ¡Qué sí me oyeh!
Aniceto, con el vello como escarpias, y la piel más fría que una nevera en el Polo Norte, no daba crédito a la aparición a la que se dirigía a una mujer de cabellos plateados, y en traje sastre, de la parada de enfrente. Aniceto vio un fantasma, o una visión, o lo estaba viendo, o quizás, imaginando.
Pero la mujer pequeñita, continuó:
-¡Qué si te traeh un televisóh te regalan un regalo, con el veinteh por cientoh de decuentoh!
Y Aniceto, mudada la color (¡toma arcaísmo quevedesco!) empezaba a pensar que se hallaba en el inframundo. Se preguntó para qué rayos querían las almas desencarnadas electrodomésticos, y también, ¿por qué no?, si se podían comprar ordenadores con descuento. Y si había elegido una mala tarde para regresar a casa.
Entonces, llegó el autobús ¡a la parada del autobús! Poco después de introducir el cupón en la máquina, observó como el fantasma compulsivo de ofertas de la mujer pequeñita, entraba en el transporte público, y se esfumaba entre los asientos. Al mirar a la parada contraria, observó atónito y angustiado, como el espectro de la mujer plateada había desaparecido, o evaporado sobrenaturalmente.
Desde esa tarde, Aniceto Cebolla, ya no era él mismo. Ya no era, ni Aniceto, ni Cebolla. Era, sencillamente, un ser indefinido que había tenido un encuentro sobrenatural en una diabólica parada de autobús.
Así que, seres de la noche, cuidadín con las paradas de autobús. Hay que tenerlas en cuenta.

Reading inspires children (Leer inspira a los niños)

Hola a todos, especialmente a tí, Ingrid. ¿Cómo va todo por ahí?, por lo menos fresquito, fijo.
Aunque no tan frío como este blog, que ya comenté hace unas semanas por qué se está quedando frío.
Pero bueno, voy a colgar algo, que no se diga. Como yo no suelo hacer relatos "tiernos", voy a poneros algo "tierno", pero bonito. Echad un vistazo a esto:


 Traducción de lo que lee la profe:

How tired I am of this unbearable distance between us. How I long for the toll of the recess bell. Have you forgotten me? Grown mindless of me? Tell me I am not writing into an abyss. Or that is what will become of my heart.
Qué cansado estoy de esta insoportable distancia entre nosotros. Cómo anhelo el sonido de la campana del recreo. ¿Te has olvidado de mí? ¿ya no te importo? Dime que no estoy escribiendo en un abismo.O en eso se convertirá mi corazón.

Yo tengo un par de temas para sendos relatos NUEVOS. Creo que voy a ir por ahí más que tirar de los antiguos para lo del best-seller, al fin y al cabo soy escritor, qué coño.
Nos veremos las caras para ello después del verano; alguno habrá que si he estado muy liado/a, que si mi abuela fuma...
Pero, sobre todo, pasadlo bien.

Hola a todos, no veo movimiento. ¿ Qué os pasa?¿El calor reblandece vuestras neuronas?. Venga, colgad algo. Os echo de menos zarigüeyos.

17 jun 2011

Los magos españoles de la escenografía

Si no me confundo, en esta noticia de El Cultural se habla de nuestra compañera Marisa. Ved las fotos. Yo diría que la que aparece en la foto 4 y 5 podría ser ella.

MARISA, DINOS ALGO.

http://www.elcultural.es/galerias/galeria_de_imagenes/318/ARTE/La_cara_oculta_de_la_escena

14 jun 2011

La venganza

“La venganza”

Ni siquiera pestañea. Su cuerpo, su alma, toda en ella hace tiempo que esta congelado. Pero presta atención a la televisión, y le vé allí, saliendo de la prisión a toda prisa, saludando a alguien que le mete en un taxi, y desapareciendo en segundos de la pantalla. El locutor hace un pequeño comentario sobre los años que le han perdonado por una u otra cosa y rápidamente pasa a otra noticia. Ella se sienta en la única silla que tiene en la cocina, hace unos ejercicios de respiración para no ahogarse en el odio que ha ido acumulado día a día, y cuando consigue que su respiración se acompase, y que su corazón vuelva a su sitio, en unos minutos ya tiene tomada una decisión. ¿De qué otra forma podría sobrevivir?
Se apunta a clases de conducir, no se lo dice a nadie, ni a su marido, no quiere involucrarlo. Está unos tres semanas en aquella auto escuela. No, no se presentaría a los exámenes, ¿para qué?. Si no pensaba seguir conduciendo en absoluto...
Coger el coche de su marido, es pan comido. Cada mañana él lo aparca en la estación de cercanías del pueblo donde sube al tren que le lleva a Madrid y hasta la noche no regresa de su trabajo. Ella tiene todo el día para si misma y lo puede dedicar a su fin.
Empieza por buscar al monstruo en su entorno, no es difícil, lo localiza en el barrio de siempre, donde seguía viviendo su madre, ha vuelto con ella. Lo vé mas de una vez intentando robar algún coche, ella no se inmuta, le deja hacer mientras apunta en un block sus horarios. Al cabo de dos semanas esta segura de encontrarlo cuando ella lo decida.
Aquella mañana se levanta mas pronto de lo habitual, grandes ojeras marcan sus ojos enrojecidos por la falta de sueño. Tiene que tomar algo, su estómago le avisa con arcadas secas. No, no puede salir en esas condiciones a la calle y menos conducir. Se toma un té. En segundos lo vomita entre grandes espasmos. Hay que tomar otro, quizás con una galleta...Sí, esta vez le sentó mejor. Antes de salir de la casa entra en la habitación de la niña, allí todo sigue igual, los peluches, la cama recién hecha, la pequeña mesa con los libros de estudio, la ultima foto de Sandra sonriendo, mandando un beso al fotógrafo o a quien la contempla.
La madre le devuelve el beso y cierra la puerta suavemente.
En la estación recoge el coche del marido, lo saca del aparcamiento y conduce, lenta, segura. Ya en el barrio marginal aparca lo mas cerca que puede del semáforo y espera. Tiene tiempo, hasta las doce o así la alimaña no sale de su cubil para desayunar en el bar de enfrente, y sigue esperando serena y fría, a pesar del calor incipiente del mes de junio.
Allí está, el asesino, el violador, acaba de salir a la calle. Ella pone el coche en marcha , y suavemente le sigue, se detiene en el semáforo, en rojo para ella. El depredador sale a la calzada, la mujer saca la cabeza por la ventanilla
- ¡Eh tú asesino!, ¿Me conoces?
Es un instante, el vuelve la cabeza. Ella aprieta el acelerador a fondo.
M-L-Pino (

11 jun 2011

29 maneras de ser creativo

¿Has caído en un agujero, oscuro y profundo, con paredes frias y resbalosas, al que ni por su propio peso llegan los susurros de la creatividad?. Échale un vistazo a esta breve animación que nos propone algunos trucos para aliviar esa difícil situación. Quizá no todos te convezcan, también es posible que eches en falta alguno, pero no podrás negar que aquí hay unos cuantos, que ya es un comienzo.

2 jun 2011

45 y el billete de 500 euros marcado

No había duda de que se trataba de un atraco. Los autores del mismo abandonaron el local, dejando las huellas de su felonía, lo cual dio que pensar a 45, de que no eran precisamente, sutiles. Una boca se había abierto en la ventana de la puerta de entrada, con un peculiar boquete de una potente arma. Una 45 o una 90, pensó 45, o es probable que usaran una recortada, modificada para hacer daño.
Las huellas se extendían por todas partes de la sucursal, y la Científica las enumeraba, paso a paso.
-Han sido más de uno. Unos tres-confirmó 45.
Quién confirma, pontifica. Pero 45 no deseaba pontificar. Ya uno de los empleados había presionado el botón de alarma, para llamar a la Policía. Pero al detective no le interesaba como habían entrado, sino que buscaba pistas, para saber como habían huido. Y eso era lo que le impedía ocuparse de otros aspectos de la investigación.
De todas maneras, al Inspector no le gustaba que un investigador privado metiera las narices donde no le convenía. 45 procuraba ignorar a los que le tenían inquina. Para evitarlo, sólo exponía sus conclusiones cuando obtenía la seguridad de ser escuchado, y no juzgado.
Al Inspector le sacaba de quicio que 45 permaneciera en silencio, sin soltar prenda. Examinando el boquete, observó un papel morado, o rojizo.
-¡Caramba!, un billete de 500 euros-y pidió un guante para no contaminar la prueba. Examinó el billete, y comprobó que una esvástica lo atravesaba-. Esto es para despistar.
-¿Qué me está contando, 45?-tronó el Inspector- No estamos para sus estúpidas corazonadas.
-Pues, a mi abuelo Sherlock, las corazonadas siempre lo llevaron a la verdad.
-La verdad es un plato que, al servirse muy caliente, produce asepsia-gritó el Inspector.
45 trató de poner las cosas en su sitio:
-Pero esta señal no es de los neonazis, creo que procede de un herbolario.
-Un herbolario.
-Claro, está dibujada del lado contrario, como una tontería.
-¿Y a qué herbolario nos referimos, lumbrera?
-Uno de aquí. Lo de los 500 euros dicen, “ a ver si me pilláis”. Y pillado está.
-Esto es absurdo.
El Inspector llamó al Comisario, y se creó un dispositivo policial de control. Se Descubrió un herbolario que servía de tapadera para todo tipo de delitos. Entre ellos, robo con intimidación, y varios asaltos a joyerías. Se encontraron cantidades por valor de millones de euros, incluso los famosos billetes de 500 euros marcados.
45 demostró que consistía en una manera de llamar la atención; pero el criminal había confiado demasiado en su ego, y que eso le había provocado tal pérdida.
El Inspector tuvo que disculparse de su ceguera, y vio al detective con otros ojos.
-No es todo. Hay unos cinco herbolarios más, una cadena.
El Inspector no sabía si desmayarse o dar las gracias.
-¿Porqué no lo dijo antes?-preguntó, sorprendido.
-No quería provocarle una nueva asepsia.
Esta vez, sí. El Inspector decidió desmayarse. El dolor de tripa llegaría un par de días después.
-Animalico-pensó en alto 45, mientras ocultaba el billete de 500 euros, sin marcar.

27 may 2011

DESTINO PREVENIDO

“¡Cuidado!” fue la primera exclamación que escuché de mi pareja, poco antes de intentar cruzar la calle, hasta que me empujaron hacia atrás. Me salvé de que un autobús, demoledor y desquiciado, me atropellara. Así, conocí a mi mujer.
Después de cuatro o cinco años como novios, ella me confesó que sabía que iba a encontrarme. Estaba destinada a mí, y yo a ella. Si me hubiera atropellado el vehículo de transporte de pasajeros, es posible que mi futuro con ella, se hubiera truncado. Años después de cumplir los votos matrimoniales, todo lo que me vaticinó ella, bajo su control, se había cumplido.
Nuestros negocios prosperaban: ella, con su consulta de videncia, y leyendo el Tarot, o viendo el futuro de las demás personas entre las brumas de la bola de cristal. También vio mis infidelidades; pero no se tomó la revancha, porque sabía que eran aventuras pasajeras. Nos reconciliábamos con sexo, y eso, a pesar de que yo estaba muy harto de conocer el futuro.
-¿Porqué tiene que ser todo tan calculado, cariño?-le preguntaba.
-No quiero perderte-respondía.
-Me vas a perder igual, como sigas diciéndome lo que tengo que hacer.
Detrás de estas palabras, sólo recibía silencio.
Por otra parte, no era gracioso. Me informaba de lo que me iba a suceder con claridad meridiana, pero me hastiaba el hecho de pensar que nada sucedía al azar. De manera que me fui a mi despacho bastante molesto. Como un androide, los proyectos de ese día fueron aceptados. Mi mujer proveía y disponía, y yo sólo era el instrumento de sus vaticinios.
Es posible que yo no tuviera control sobre mi Destino; pero que te aconsejaran todos los días sobre los obstáculos que te encontrarías en tu empresa y en la vida, para mí, se había convertido en una pesadilla. Además, no teníamos hijos, porque la absorbían sus poderes ocultos. A mi mujer vidente le obsesionaba que, el hecho de ser madre, le desaparecieran sus dotes de médium y vidente. Hecho que decidí darlo por absurdo y que la excusa le eximía de responsabilidades futuras.
Tuve que utilizar las herramientas de la matemática, para confundirla, y hacer todo lo contrario, con pequeñas modificaciones en sus profecías; ella me avisó de que podría sufrir pequeños accidentes, que causarían problemas de percepción en sus vaticinios. Y que, esta vez, sí, podía morir, o arruinarme.
-Es un riesgo que hay que correr-respondí.
Nuevo silencio; pero escuché su llanto de niña que, por primera vez, me conmovió. Esa noche triple ración de sexo hasta el amanecer. ¡Ups! Se me olvidó ponerme el preservativo, a pesar del llanto y los gemidos de placer, no lo tuvo en cuenta, o lo dejó pasar.
Tenemos un hijo, y las cosas no van tan mal como ella creía. Sus poderes han disminuido, y procura no aconsejarme demasiado. Sólo cuando pregunto, o tengo mis dudas. Pero algo me dice que está esperando que me atropelle un autobús, porque no puede ver todas las variantes como lo llevaba a cabo con anterioridad. Sospecho que tiene un amante, por venganza, o sencillamente, me odia con ese odio ciego de ciertos ocultistas, por hacerse con el poder.

SEÑORA, LO VEO MUY MALAMENTE


¿Por qué insistirían mis padres para que estudiase tanto? ¡Qué poca visión de futuro, Por Dios! Yo si alguna vez tengo un hijo, le mandaré a que se familiarice con el retrete. Sí, porque tú quieres haces una consulta sobre tus derechos, le pegas una patada a las páginas amarillas y tienes cincuenta de abogados que están deseando verte hoy mismo. Por el contrario, se te estropea el inodoro y hale, encuentra a un ñapas que no te deje sin trono hasta la semana que viene.

¡Cuidado! Que el mío viene haciéndome un favor ¿Eh? Porque soy compañera de trabajo del cuñado de los que hicieron la reforma general en la casa de mis vecinos de abajo. Que si no tengo ese enchufe, todavía puedo estar esperando ¡Uy! Si son las seis y media y dijo que vendría a las cinco. Desde luego…..Los fontaneros, electricistas y chapuzas saben que te tienen cogida por los circuitos.

Por cierto ¿Por qué van todos vestidos de azul? ¿Es que no les venden el mono de otro color? No sé, rojo que es más alegre. Si te viene una cuadrilla a casa es más fácil identificarles, e incluso nombrarles. Usted, el de amarillo no me deje el martillo en la escalera que se me raya. A ver el de verde ¿Cuánto hace que no lava lo que hay dentro del traje?

En fin, que yo cuando encontré a mi ecuatoriano fui feliz, tan dispuesto….Tardaba más de la cuenta y al final me cobraba al redondeo, pero le llamaba al móvil y siempre me lo cogía. Hasta que pensó que habíamos creado los vínculos necesarios entre brocha de pintura y cable de halógeno para pedirme que actuase de aval en la compra de su casa. Jolín, pues igual le sentó mal que le dijese que no, porque todavía estoy esperando a que venga a montarme los radiadores.

24 may 2011

Asuntos Pombianos



¡Hola, Zarigüeyos! Os traigo otro libro que acabo de terminar, por lo menos, su lectura. “Pombo” de Ramón Gómez de la Serna. En el prólogo, de Andrés Trapiello, declara que De la Serna es un escritor para escritores. Se le nota bastante porque De la Serna siempre lo ha dejado claro.
En esta obra, que es una amalgama de todos sus escritos (porque escribió un centenar de obras, que aún no han visto la luz, y carece de Obras Completas), tanto los referidos a Pombo, el Café donde se reunían los vanguardistas, tan odiados por los de la Generación del 98, como los Novísimos de aquella época.
En realidad, todos los escritos generados por el autor, tratan del Café; de lo que se oye, o piensa o que lo deforma el mismo autor. Incluso describe a Valle Inclán, del que es un seguidor, pero que el propio Valle no llegó a aparecer, por parecerle, estas reuniones, insulsas, y demasiado para jóvenes. El único que aguantó fue Azorín, al que homenajea un par de veces, y luego, no se sabe más del mismo.
Es posible que Pombo fuera la excusa para escribir, para tener algo que decir, y que tuvo como competencia al propio Cansinos-Assens, al que De la Serna describe como judío, por su nariz y su ascendencia, y no se queda corto en su ironía. Pero la competitividad de Cansinos-Assens no disgustó a De la Serna; pero se dedicó a atacarlo, hasta que Pombo desapareció.
Lo mejor de la obra es la descripción de personas y caracteres y, a lo sumo, de todos los personajes que pasan por allí. Desde la casada con su amante, hasta de la prostituta por vocación que espera un coche (de caballos) en la calle, o la viejecita que va al Café a tomar su chocolate con tropezones. Merece la pena porque se advierte que De la Serna era un gran observador, al estilo periodístico, y anunciando nuevas noticias de Pombo.
Inolvidable como De la Serna, describe el interior del Café, al que bautiza, como hace siempre, como “La Sagrada Cripta de Pombo”. En fin, una obra para no perdérsela, por lo curioso.
También, contiene los dos viajes que hizo a Portugal, y su regreso a Madrid. Muy literario todo, muy pombiano, como dice.

Signatura: N GOM pom

Cuento, en Culturamas

Hola amigos:

Me he encontrado con una web interesante. Es Culturamas. Tiene un apartado dedicado al cuento, el género que nosotros practicamos en el Taller. Incluye entrevistas con escritores de cuentos, consejos, reseñas de libros, y cuentos diversos que pueden servir de guía y aprendizaje para escritores en ciernes como nosotros.

El link es         http://www.culturamas.es/blog/category/cuento/

A lo mejor os gusta.

Hasta pronto

23 may 2011

Código rojo. Espero instrucciones.

        A quien lea este mensaje. No sé quién eres, pero mis instrucciones dicen que eres mi contacto. Tampoco sé qué detalles conoces de la misión, y supongo que no me creerías desde cuándo te mando esto, tampoco estoy autorizado a decirlo. Lo que hice nunca se hubiera entendido y tuve que huir. No encontraron dónde, por lo que decidieron cuándo. Estoy bien, sé que hice lo correcto, porque sé cómo son ahora las cosas, en este tiempo ya nadie se acuerda de aquello, y todo es mejor. Sin embargo, algo ha ocurrido que me obliga a ponerme en contacto contigo, porque no sé qué pasará esta vez y hay que actuar con urgencia. Paso a informar de lo sucedido. Daré algunos detalles adicionales que creo que son importantes.  
        Esta mañana he salido a la calle con el afán habitual en estos tiempos, feliz, motivado, cargado con un optimismo socializado que también se ha hecho conmigo, y me encanta. Qué bien os vendría. Además es primavera, los Mayos siguen siendo iguales, la ciudad luce espléndida como queriendo dar relumbrón a esta jornada tan importante. Ya me encuentro bien, mis extraños problemas de sueño acabaron, llevo un par de semanas sin ellos, y me sentía totalmente despierto y animado. Hoy todos tenemos la misión de que todo siga así, a eso iba. 
        Me crucé con Antonio, mi vecino. Es funcionario y es feliz hace tiempo porque ahora trabaja desde casa, como muchos aquí, y eso le permite disfrutar también de su vida personal y familiar, va por su segunda novela y empieza a tener éxito, nada que ver con lo de antes. Me preguntó por Marquitos, mi hijo, el de aquí, el deportista. Le he dicho que muy bien, que sus marcas mejoran día a día y tiene muchas posibilidades de ir al equipo europeo. Desde que los bancos becan a los chicos que despuntan, en lo que sea, el deporte, la música, tienen muy buenas notas, no sé, cualquier cosa útil, la mayoría de los jóvenes de hoy se esfuerzan porque saben que tienen un futuro, que serán algo el día de mañana. Por eso estoy contento con Marquitos, llegará lejos. Y a Pepa, mi mujer, la de aquí, también le ha venido muy bien. Su accidente le provocó una depresión importante, pero la superó sin demasiados problemas, con nuestro apoyo y el comportamiento intachable de las compañías de seguros; con la pensión de la Unión y la privada, aunque ya no puede trabajar prácticamente mantenemos nuestro poder adquisitivo. Debo reconocer que los impuestos ahora sirven para algo. He saludado también a Noelia, que se iba a San Sebastián a visitar a su hijo, Guardia Civil. Me dice que le encanta ir a verlo, no sólo porque él es feliz allí, sino porque se pone morada a pinchos, la ciudad mantiene esa tradición. Pero vuelvo a lo importante. 

21 may 2011

Marcos se separa

_ ¡Joder Marcos! ¿Quieres dejar de moverte? ¡Ni que tuvieras el baile San Vito, coño!
_ Es que... Estoy un poco nervioso, bueno bastante, no sé que hacer y quería...
_ Vale, vale, aquí está tu confesor, pero ¡Por Dios! ¡Cámbiate de sitio! Justo el aire viene en mi dirección y me estoy tragando el humo de tu asqueroso cigarro yo solito ¡Será posible! ¿Cómo es que has vuelto a fumar?
_ Pues de eso es de lo que quería hablarte ¿Te acuerdas lo que me costó dejarlo? Pues he vuelto y... ¿Sabes porqué?
_ Porque eres un estúpido, un autentico cretino, no sé cómo te aguanta tu mujer, una santa, a buenas horas yo...
_ Pues precisamente de eso quería hablarte...
_ Anda , calla, Lo que tienes que hacer es ir al psicólogo.
_ No, sí ya estoy yendo y...
_ Y nada ¿No? ¡Pues hínchate a caramelos, es lo que hago yo, estando chupa que chupa acabas perdiendo el puto deseo. ¿Entiendes?
_ No, si el deseo ya lo tengo perdido, veo a mi mujer y...
_ ¡Pero que coño tiene que ver tu mujer con esto! Entonces, si no tienes el deseo ¿Para que fumas? Con lo mal que te sienta. ¡Si no hay más que verte! Nervioso perdido.
_ Claro Alberto, es que te quería contar una cosa ¡Pero no me dejas!
_ Chico perdona, pero es que te enrollas de un modo acojonante. ¡Oye! ¿Te has dado cuenta de la herida que tienes en la barbilla? ¡Que desastre eres! Seguro que te la has hecho con la navaja de afeitar. ¿Pero es que nunca vas a dejar de afeitarte como tu bisabuelo? A ver, ¿Para que coño están las máquinas de afeitar? ¿Para que coño estamos en el siglo que estamos?
_ No, si lo de la barbilla no fue al afeitarme. Es lo que te quiero decir. Resulta que mi mujer el otro día...
_ Perdona Marcos, no te estaba prestando atención, es que tengo una cita muy importante con dos tetas, que te cagas, y se me está acabando el tiempo, me voy a tener que ir. Pero eso, que te compres una máquina de afeitar, que vas hecho un Cristo ¡Ni que te hubieras peleado con tu mujer! Escucha, ahora mismo hay unas ofertas en el Hipercor tremendas. Te llevas una máquina de afeitar último modelo y te regalan un tiesto y unas tijeras de podar. Es la oferta de la semana. Le regalas el tiesto a tu mujer y quedas como Dios. Que suerte tienes bandido. Vida de casado organizada; camisas planchadas, comida esperándote cada día. Y una mujercita que te quiere. ¡Cuánto te envidio! En cambio yo, ya me ves, siempre de caza, y no creas que todos los días caen piezas como la de hoy. Dale un par de achuchones a Marta de mi parte, y de la tuya ¡lo que sea bandido! No te olvides del tiesto, la oferta es solo estos días.
_ Si, lo que faltaba, darle mas proyectiles a mi mujer. pero lo que yo quería decirte...
_ Perdona chico, no puedo esperar más. Quedamos otro día y ya me cuentas ¿Pagas tú, no?
_ Alberto, no, no te vayas... Alberto, Alberto...

20 may 2011

Recurrir a los recursos

Estoy desde la semana pasada pensando que tengo que ir a clase con algo preparado y que esté bien preparado, no las basuras que llevo habitualmente. Pero llegada la hora, me planto ante el ordenador y no se me ocurre nada ingenioso.
Ayer me preguntaba una amiga por los talleres a los que me había apuntado este año. Ya se lo había dicho anteriormente pero… ¡Lo que es la edad! En fin, sin reprocharle el que no se acordase, le dije que estaba intentando aprender a escribir. ¡Ah! ¿Sigues en el mismo taller del año pasado? Le relaté toda la historia, incluso me recreé contándole que habíamos empezado que luego nos habían suspendido las clases de un día para otro, que las habían vuelto a reanudar y a volver a suspender… Todo el periplo. Pero como a ella lo que le interesaba era saber si tenía una amiga de la que pudiera presumir ante sus otros círculos de amistades por sus cualidades literarias, pues le dije que no, que cada vez lo hacía peor que me costaba un montón ponerme delante del ordenador y que me había vuelto muy exigente conmigo misma. Me sorprendió que se sorprendiera cuando le dije que esto era cuestión de oficio y que para escribir bien hay que escribir mucho. Así, cuando las musas lleguen te encontrarán trabajando.
Pero al lío. Ya estoy aquí, delante de mi pequeño ordenador, que es realmente pequeño, porque los dedos se me van de un espacio a otro y de una letra a otra sin darme cuenta, y es que las teclas son realmente enanas. ¿O será que yo tengo los dedos muy gordos…? Bueno, da igual. Lo que decía, que ya me he preparado como si se tratase de escribir un premio Planeta. Un ambiente íntimo y tranquilo y una buenísima idea en menteA ver ¿Por dónde empiezo? Por el Skaz. El skaz, el skaz... ¡A ver rica! Saca los apuntes y mira a ver que es un skaz. ¡Lo tengo! “Un skaz es una narración en primera persona que trata de reproducir el lenguaje hablado. Es una característica de este recurso literario, el uso de frases cortas o incompletas y sin verbo.” Joder, yo no puedo usar frases incompletas y sin verbo, si no hay verbo no hay acción. Bueno voy a dejar lo del skaz para otro momento. El soliloquio. “El soliloquio es un discurso expresado en solitario y para uno mismo. Tiene que estar bien construido. Hacerlo ante un espejo es un buen recurso para utilizar esta variedad literaria” ¡Vaya! Ahora no tengo tiempo de ponerme ante un espejo y ver que se me ocurre decirme a mí misma. Además cuando el profesor mandó escribir un skaz yo escribí un soliloquio, así que hecho, no voy a repetir
¡Joder! Ya son las seis y aún estoy aquí dándole a la tecla.
El monólogo interior, monólogo interior… Aquí. “El monólogo interior es un discurso sin respuesta sin necesidad de comunicar.” ¡Pues ya está! Este mismo escrito, que en realidad es un resumen de los apuntes que he tomado días pasados en clase y que tenía necesidad de recordar pero no de comunicar, porque todos lo sabrán mejor que yo.
Es la hora. Ya lo dejo. Tengo que salir pitando. Y voy a ser sincera, en realidad ni el ambiente era el más adecuado para escribir tranquila, porque los vecinos de al lado están de obra, ni le he dedicado el tiempo necesario para hacer algo serio... Como siempre, lo dejo todo para el final y ya voy con la hora pegada.

19 may 2011

IRONÍA

¡Tiene gracia! Me mandan escribir un relato, que por lo menos haga esbozar una sonrisa, ¡yo que soy tan sosa! No sé qué puedo contar.
Me iré a Misa, e invocaré a los dioses para que el cura tropiece con las faldas y zas, se caiga. ¿Se reirían los asistentes? Y el cura ¿cuál sería su reacción tirado en el suelo boca abajo y mirando de un lado a otro para asegurarse de que no lo han visto? No, esto no lo haré, me parece una maldad y una falta de respeto.
Hay veces que te sale una sonrisa cuando ves a un anciano que con su frágil mano intenta llevarse la cuchara a la boca sin conseguirlo, esto sería una sonrisa llena de ternura.
También nos reímos cuando nos hacen cosquillas, pero claro, ¡no me voy a poner a hacer cosquillas a los compañeros! No, esto tampoco me sirve.
Este pequeño David de ojos grandes, me lo ha puesto muy difícil.
Si yo fuera capaz de hacer reír, de verdad, sería una ironía.

EL PUENTE VIEJO


Rodrigo había quedado a las 6 en el Puente Viejo. Estaba nervioso, era su primera cita y quería causar buena impresión, al fin había reunido el valor necesario para pedirle a María un encuentro lejos de los demás ojos de la oficina.

Mientras esperaba, lanzó una moneda al aire y al tiempo que se encontraba suspendida en la nada dando vueltas sin cesar, rezó para que el destino le acompañase una vez más y su suerte fuera la que creía que le correspondía.

María salió de la ducha y con la toalla retiró el vaho del espejo para poder observar su rostro. A ella le emocionaba lo inesperado, aquello que no costaba nada y lo valía todo. El tiempo, las palabras que a veces le acunaban, los abrazos (esos que envolvían), los besos y la disponibilidad de las personas (que daban su yo y nunca se agradecía bastante).

Cuando alguien envió aquel email por intranet, algo erizó su curiosidad y decidió mirar por el agujero de la mirilla para saber quién era el que le había escrito aquello, así que decidió acudir a la cita en espera de algún cambio sustancial en su horizonte.

Cada camino recorrido había sido una ilusión ganada para luego haber sido perdida, una parte del sendero con la que había construido vida. Había aprendido que las elecciones al llegar a la bifurcaciones, dependían de la seguridad que tuviese en sí misma y que por tanto jamás lo vería como un error si el resultado final no era el esperado.

Era la hora, veía un hombre a lo lejos. Seguro que era él. El tipo misterioso.

18 may 2011

Condiciones Obreras en la Unión Matinal de Trabajadores




        De nuevo estaban en aquella sala desvencijada, no les daban otra, sus reuniones tenían que ser allí, por lo que a veces parecían clandestinas, o subversivas, lo que no dejaba de ser cierto de algún modo. Ramón siempre se hacía cargo de estas convocatorias, ya se había sentado en la mesa con sus papeles sobados. Decía que era necesario pedir a todos los afiliados un esfuerzo mayor, que se implicaran más porque si no los hijosdeputa de siempre se iban a salir con la suya. Les miraba con un semblante serio, muy trabajado, parecía realmente preocupado. Qué voy a sacar yo de esta panda de alelaos, mírales, como si no les fuera con ellos. Había otro pegado a él, nervioso, que no tardó en dejar claro que él sí, que haría lo que hiciera falta, no faltaba más.
        A lo tonto, por un compromiso absurdo, Paco se había afiliado hace tres años, lo que, a cambio de casi nada, le obligaba a estar presente en este tipo de reuniones, que él odiaba. Subía en el ascensor mirando al techo, llegaba tarde. Me levanté joder me levanté y qué me dijo lo de siempre no recuerdo siempre me ocurre igual cómo es posible igual los niños su madre no su madre no ni los niños joder no repasé con Su las mates que se acuerde dios que se acuerde. Después de mirar a Ramón desde la puerta echó un vistazo general a la sala y la atravesó. Perdonad el retraso. Tuvo que molestar a algunos compañeros ya sentados. Dios mío, qué manera de perder el tiempo, si en vez de tanta cháchara nos pusiéramos a trabajar de verdad, ya verías como la empresa saldría adelante. Buscaba un sitio al fondo de la sala, y se fijó en las últimas sillas, hasta donde le siguió Marcos, su compañero de tajo. A pesar de todo, Paco trataba de colaborar si no le fastidiaban demasiado. Después de tomar asiento miró ansioso el reloj. No era ni siquiera natural, pero se quedó inerte en esa posición, mirándose la muñeca del reloj barato. Por qué que alguien me diga por qué quién dice eso por qué Mouriño qué cabrón ayer por qué eso digo yo por qué Ya la he liao no me acuerdo no sé dónde tengo la cabeza tienes que hacer algo tío Lo tenía claro ya lo había decidido pero otra vez siempre igual Paco te la estás jugando Paco te la estás jugando Y yo aquí y sin acordarme pero ni idea y seguro que me lo ha dicho porque me lo ha dicho que no se me olvidara. Marcos le tocó en el brazo, izó la vista y al ver a todos él también levanto la mano. Algo había que votar, cómo no. Siempre es que desde niño mamá me acuerdo Fran dónde tienes la cabeza te lo he dicho tres veces y como si nada y cuando me dejaba al Raqui atado durante el partido y caía al llegar a casa toda la vida igual joder. De repente, se sobresaltó. Ramón había dado un golpe en la mesa después de ponerse de pie para hacer énfasis en lo que decía, que reaccionaran, que las cosas estaban muy mal, que iban a proponer un plan de recortes a lo bestia y muchos se iban a ir a la puta calle. Ahora era lo que nos faltaba, dijo echando la cabeza hacia atrás. ¿El médico? no el médico fue ayer ella la llevó  es que no me acuerdo ni puta idea soy un auténtico gili­pollas me la estoy jugando y nada que no por qué a uno le vienen siempre los problemas juntos que si en casa que si las matemáticas que si la fábrica dios Cagüenlaputa.
        Su compañero le volvió a tocar el brazo, venga Paco, qué dices, anímate. Que sí, que sí, dijo Paco como un resorte, me parece bien. Ramón, desde el otro lado de la sala, inició un forzado aplauso que todos siguieron como peleles. Así me gusta Paco, que ayudemos, el listo del grupo se va a encargar de preparar el mensaje de la manifestación, como de media hora, algo radical Paco, ya sabes, pero también a los sentimientos, como tú sabes, nos los vamos a llevar de calle, ya lo verás. Con rapidez, no sea que cambiara de opinión, cogió los papeles manidos de la mesa y dio por concluida la reunión, les dijo que la lucha la iban a ganar. Todos se levantaron. Paco se mezcló con los demás buscando la salida, mientras algunos le palmeaban la espalda. Muy bien, Paco, muy bien. Cagüenlaputa cómo es posible si es que soy gilipollas si es que dejadme en paz que me tenéis hasta los cojones y no sé qué va a pasar ya la he cagao que sí que sí que me parece bien seré gilipollas ya verás.