17 mar 2013

El jugador de póquer




Si una noche de invierno un viajero cualquiera hubiera cogido aquel tren, seguramente se habría perdido para siempre.

Pero él no era un viajero común y quería estar en aquel especifico tren, para el que había esperado pacientemente durante largo tiempo y cuando supo cual era el momento propicio para encontrarse con aquel al que buscaba y combatía, subió a encontrarse con su destino.

Deambuló por los largos y sombríos pasillos mientras el tren devoraba blancos campos cubiertos de nieve. La noche era lóbrega y heladora. El tren crujía por los cuatro costados, sus maderas desencajadas parecían ir a romperse en cualquier momento. El hombre embozado siguió la búsqueda y en un ultimo reservado lo encontró. No parecía ser mas que una sombra, pero era aquello que buscaba, estaba convencido.

La sombra con un movimiento de cabeza le indicó que podía sentarse. El hombre así lo hizo y se colocó enfrente del otro.

- Póquer - dijo la sombra.

- De acuerdo- dijo el hombre

- A una sola partida- dijo la sombra

- De acuerdo, pero si gano me las llevo todas.

- Ja-Ja-Ja.

La sombra repartió cartas. El hombre miró sus cinco cartas, descartó una de ellas y aguardó, mientras su mano izquierda agarraba fuertemente la cruz del rosario que llevaba en el bolsillo. La sombra, se había deshecho de tres cartas. Repartió de nuevo, una para el hombre, tres para él.

- No te servirá de nada eso que guardas en el pantalón. Yo soy mas fuerte.

- Ya lo veremos. Enseña tu jugada- dijo el hombre

- Trío de ases - dijo la sombra

- Full de ochos y reyes- dijo el hombre

Una risa extraña, sobrecogedora salió de la sombra.

-Da igual, no te las llevaras, recuerda que yo no soy de fiar, mi palabra vale poco. Tu te vienes con nosotros, tu alma también la quiero.

El hombre sacó el rosario del bolsillo y empuñando la cruz la acercó a la sombra, la luna arrancó un destello en el crucifijo de plata hiriendo con su reflejó aquella presencia sin facciones. Una especie de alarido apagó el sonido renqueante del tren solo un segundo antes de que aquello se desintegrara.

El hombre salió del reservado en busca de su recompensa. El tren se detuvo por unos instantes y cuando de nuevo se puso en marcha, lo hizo regresando hacia su punto de partida.



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15 mar 2013

El Super

El super lo visito casi más que a mi madre y es que es entrar allí y noto como una cosilla..... No sé, es una emoción difícil de explicar. Busco una cesta, preferiblemente vacia, porque estos listos de marketing tienen la psicología estudiada y te lo llenan de hojas de lechuga para ver si te pasas por los productos frescos, no vaya a ser que se les caduquen. Pero yo lo vuelco todo en otra, conmigo ese truco no funciona. Antes apuntaba todo en un papelito, pero como siempre se me olvidaba ahora lo llevo en el móvil, que es como mi segunda piel, si me despego de él me duele. Pasillo arriba, pasillo arriba abajo, hasta que como conducida e impulsada por una fuerza extraña me planto delante de mi tentación _el chocolate_ indecisa, confusa, culpable....Uno, dos, tres alzo la mano, me mira, lo miro.... Lo pienso....mmmmm.....y en un 95% de los casos bajo la mano, con ella las orejas y salgo de allí despacio, pasito a pasito, sufriendo por mi gran juicio. Porque en realidad, cuando me pienso dar un atracón merecido y consentido, enfilo el corredor con decisión y nada se pone en mi camino, llego, alcanzo y cargo. Qué diantres, mañana estaré a dieta, hoy no!

6 mar 2013

Palabras que cuentan, más documentos gráficos y texto

2013 es un año de sorpresas nada más empezar. La presentación de los Zarigüeyos, y sus Palabras que cuentan siendo una compilación de cuentos, no sólo se ha escuchado en Barajas, sino en todo el mundo. De todas maneras, estoy buscando en Youtube el reportaje de Intereconomía y, de momento, nadie lo ha colgado. Pero tiempo al tiempo.
Tuvo lugar el viernes pasado, de la que ofrecí una noticia breve del evento. Por cierto, una velada agradable, y que transcurrió de la manera más interesante. Los Zarigüeyos son personas de bien, y nos presentaron sus cuentos, leyéndolos del propio libro (cada uno con su ejemplar); y nos invitaron a visitar la página de la editorial Punto Rojo: 10 euros cada ejemplar.
Componen los Zarigüeyos, pero hay más: Maribel Fagundez, Guadalupe Fernández, Antonio Martínez,  Raquel Mimun, Asunción Pérez de la Ossa, María Luisa Pino, Ingrid Pistono y Juana Sánchez.
Antonio San Andrés, el Webmaster de este blog, tuvo unas palabras sobre el nacimiento de este blog, y las directrices por las que funciona. Me ahorro las directrices, porque luego vienen las Directivas, las Normas y un sinfín de Leyes y Estatutos que no caben en esta entrada. Presidió la mesa, Victoria, una de las Directoras de la Biblioteca Gloria Fuertes. Saludos a Victoria y a Mayte, y a todos los empleados y amigos de la Biblioteca, familia entrañable.
Y he aquí las fotos que quedan (he dejado dos sin publicar, que las presentaré más adelante...) y esperamos la segunda entrega de esas palabras que no dejan de contar...









5 mar 2013

"El guionista" (2ª versión de "El enigma")


   ¿Me estaré metiendo en un lío? Por un lado me apetece la idea pero son tan pesados los de televisión...Claro que no tengo nada que perder, si aceptan el piloto es un trabajo de 12 capítulos y puede ser una pasta. Entre Sergio, Jorge y yo tocamos a cuatro guiones cada uno, no está mal. Lo que me fastidia es la cantidad de tonterías  que tendremos que aguantar; que no se puede decir esto, hacer lo otro, el metraje clavado y los mensajes subliminales, total una mierda, un maldito sucedáneo descafeinado del cine. Pero estoy aburrida. Si, lo haré, es un modo de seguir en contacto con este mundillo de locos, pero si fastidian mucho les mando al cuerno. ¿Será esto afición o adicción?.Escribiré el borrador y se lo mando a Sergio. “El Enigma” Sí, es buen título.
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    Afueras de Madrid .Urbanización de chalets. Clase media  acomodada.
    Exterior día. Un coche de  policía esta aparcado frente a un chalet cerrado a cal y canto. Tres policías están en la calle hablando con dos o tres vecinos.
    Policía jefe :¿Fue usted  quien nos llamó?
    Vecino hablador: Sí, fui yo, el perro no hace mas que ladrar desde hace una  semana, y no le llevan a correr, Agustín es muy metódico, tres veces al día lo saca. Es extraño que no los haya visto estos días.
    Policía  jefe : ¿Tiene familia este hombre?
    Vecino hablador: Vive solo, la verdad es que no es muy abierto que digamos, mucho no sé de su vida...ingeniero informático. De los que inventan cosas.
    Policia  jefe (a todos los vecinos): Llaves ,¿Tienen llaves de la casa alguno de ustedes?
    Vecino hablador: Pues no que yo sepa y parece que no hay nadie. Hace dos días llamé a la puerta, me preocupaban los ladridos del perro y nada, el pobre animal está solo dentro de la casa...a lo peor sin comida.
    Policía jefe: Hizo bien en llamarnos. No se vaya.
    Policía jefe (a uno de sus ayudantes) : ¿Alguna ventana abierta? ¿Algún modo de entrar en la casa sin violentar puertas?
    Poli. 2 : He repasado toda la casa, solo hay una ventana en el segundo piso por la que se puede entrar.
    Policía jefe: Bien, manos a la obra...(se dirige al vecino hablador) El perro, ¿le conoce a usted.? Si le habla y le tranquiliza tendremos menos problemas.
    Vecino hablador: Si, claro que me conoce, francamente tengo más amistad con el perro que con el dueño. Yo no sé si todos los genios son así, pero este es especialmente raro y...
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    Jolin, ahora que estoy inspirada el maldito teléfono. Que dejen el mensaje, ¡Que pesadez! Andá, si es Sergio.

    -Sergi, que  pasa,  ¿No me has dicho que corre prisa? Pues por eso no cojo el teléfono. Estoy en ello. ¡Mierda, pareces mi jefe! Jolin en lo que me he convertido. En un maldito negro o negra que te escribe los guiones por la cara. Si ya sé, de aquí a la gloria en dos patadas. No te lo crees ni tú. Ya, Hollywood, sabes que no me pone nada, si no me quedé cuando era joven, a  estas alturas ni de coña.  Que sí, que va a ser baratito. Tres o cuatro de figuración y dos principales, una localización por las afueras y una casa. Eso es todo, mas barato imposible. Bueno que me dejes en paz si quieres que  termine el piloto.
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    Policía jefe:¿Dice que es un hombre raro?
    Vecino hablador: Si, cuando hablas con el parece que está ido, vive como en otra galaxia. Un día me enseñó el taller donde trabaja, me contó que estaba en un nuevo invento que iba a revolucionar los video juegos. ¿Usted. ha visto la película “Regreso al futuro”? Pues igualito, el laboratorio como calcado y hasta el tío que hace de sabio se parece a Agustín o Agustín a él y...
    Policía jefe: Un momento, venga con nosotros, calme al perro mientras mi ayudante nos abre la puerta.
    Todos se dirigen a la puerta principal, el vecino llama al perro, no se oye nada, sigue llamándole. Nada . El policía que se coló en la casa abre la puerta.
    Poli 2 : Esta muerto, aquí junto a la puerta , no esta herido, posiblemente la falta de comida o de agua.
    Interior chalet en penumbra: Casa típica  de clase media, poco amueblada, casi desnuda.
Todos (menos los otros vecinos) entran. A un lado está el perro lobo muerto en el suelo.
     Policía jefe a los otros polis: Retírenlo, ¿dónde esta el taller?
    Vecino hablador: Abajo en el sótano. Yo les indico.
    Todos bajan las escaleras y se dirigen a una puerta cerrada. Esta tiene un piloto encendido en rojo, avisando que no se puede pasar.
    Policía jefe a los otros polis: Abran la puerta.
    Dentro hay una luz tenue, rojiza, como la de los estudios de grabación de doblaje,  suficiente para ver el laboratorio. Pantallas de televisión, ordenadores y todo tipo de artilugios extraños que la cámara  va descubriendo poco a poco en un largo travelling hasta llegar al centro de la habitación. Allí, sobre una especie de mesa de mezclas de música, un hombre yace caído sobre esta. Lleva un extraño traje, un casco puesto y guantes llenos de cables, está caído sobre una multitud de botones y lucecitas parpadeantes.
    Policía jefe (inclinado sobre el cuerpo): Está muerto, mas de  un disparo.
    El policía jefe se esta incorporando. Apoya distraído una mano sobre uno de los botones y...
    Una lluvia de disparos viniendo de todas partes se ha activado, en unos segundos todo ha terminado.

    La cámara enfoca en un apretado primer plano la cabeza ensangrentada del policía jefe cayendo a cámara lenta y empieza a abrir el plano cuando este ha terminado de caer al suelo. Lentamente hace un recorrido ya en plano general, por el resto de los muertos diseminados aquí y allá y termina en un fotograma congelado sobre la pantalla principal, donde un letrero dice : GAME OVER.
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    -¡No, no y no! ¡Corten! ¿Es que no sabes caerte? ¡Hay que repetir! ¡Intenta caer donde te he dicho! ¡Maquillaje! ¡Mas sangre en la cabeza!
    -¿Estáis listos?
    -¡Claqueta! ¡Acción!.

                                                

3 mar 2013

Hace dos días tuvo lugar la presentación de Zarigüeyos: Palabras que cuentan

Y he aquí el reportaje fotográfico. He seleccionado algunas fotos, no todas; pero las iré colgando en sucesivas entradas.

Bueno, estas son unas pocas. Quedan algunas, pero ya las iré subiendo poco a poco. Aquí se puede ver al Taller de Escritura de la Biblioteca Gloria Fuertes, y a una reportera del Canal de Televisión Intereconomía. Mañana, más.
 

Como la vida misma


Ella empieza a tener hambre, pero sabe que debe resistir. Ya  ha visto merodear al que le trae la comida. Hoy toca.  Pero no, no debe moverse. En todo caso levantar un poco la cabeza por encima de su cuerpo. Así, suavemente, apoyada en su lomo enroscado, como si no le importase nada. Cerrará los ojos hasta que oiga que la tapa se cierra y entonces… Empezará su estrategia. Ahora tiene que permanecer así, como está, no debe malgastar energías, las necesita para más tarde. La última vez la presa se le resistió, era muy ágil y ella se había abalanzado demasiado pronto. Esta vez está más preparada.
Él solo hace diez días que ha nacido y cuándo ya estaba empezando a adaptarse a vivir por su cuenta, van y le agarran por su rabito. Se ha retorcido como poseído por el diablo, pero no ha logrado pegarle un bocado al tipo que le ha cogido. No, no lo tiene nada claro, no sabe dónde le llevan, solo sabe que sus otros hermanos que salieron nunca han regresado.
Ella no deja de observarlo. Vigila todos y cada uno de sus movimientos. No, no tiene prisa, esperará a que se agote, a que deje de trepar y de corretear y cuándo menos lo espere, saltará sobre él, lo apresará con su cuerpo fuertemente,  descargará una pequeña dosis de su veneno y más tarde lo engullirá, entero, muy lentamente. Después volverá a su rincón, a la esquina, detrás de ese tronco hueco y seco de color rojizo y allí esperará una nueva presa que le sirva de alimento por otra temporada.
¡Allí Dieguete! Allí, mírala, está en la esquina, detrás de ese  tronco hueco y seco. Allí. ¿No la ves?  Y mira, mira al otro lado. Mira como trepa él. Mira como intenta escapar ¿Lo ves? ¡Pobrecillo! No puede, se escurre. Sabe que esto es el fin  y  quiere salir como sea. ¡Qué lástima, con lo pequeño y lo blanquito que es! Nada, lo intenta una y otra vez pero nada. En fin, así es la vida ¡Venga! Vámonos que ella aún tardará un ratito en pillarle. Y ahora… ¿Qué te parece si vamos a ver a los cocodrilos?

A solas


Una ventana de aluminio blanco con hojas correderas que no terminan de encajar, es la separación física con la calle, con esa calle que un día fue tranquila pero que ahora es un tormento de coches y autobuses que pitan y  aceleran por afanarse en llegar unos minutos antes a su destino. Ya en el interior una inmensa tabla de pino natural hace las funciones de mesa. Está llena, repleta de cosas, cosas que una y mil veces coloco y recoloco. Y es que, aunque intento prescindir de las que no son estrictamente necesarias, finalmente,  todas vuelven a quedarse por allí encima. Papeles, facturas, folletos, el pequeño ordenador con el que escribo y con el que me conecto a la vida cibernética e interactiva, varios vasos repletos de bolígrafos, muchos bolígrafos que no uso casi nunca y que, cuándo necesito, siempre agarro el que no pinta. También está la maletita de cuadros, esa en la que metemos todos los cables que  vienen con los aparatos electrónicos y que siempre nos sobran (yo por lo menos no se para que sirven la mayoría). Pero estos sí que me niego a tirarlos, porque el día que lo haga, estoy segura que necesitaré uno de ellos, estoy segura, siempre pasa,  así que, ahí se quedan, todos juntos, a la espera de… No sé el qué.  Y la lámpara, no quiero dejar de hablar de la lámpara de mesa que me ilumina. Me encanta, es de un  diseño muy  moderno, en tres colores y la altura se puede regular. Yo la pongo casi vertical, con el chorro de luz dirigido hacia la pared. No sé,  me parece mucho más cálido el ambiente cuándo no te da el fogonazo justo encima de los papeles o del teclado. Me gusta así.  También están las fotos. La de mi madre, que se marchó hace algo más de dos años, pero ahí está, mirándome, acompañándome silenciosa. La siento muy cerca, vigilante y orgullosa, muy orgullosa. Y la de mi hija, que anda lejos pero también la noto a mi lado, aunque en este caso creo que la que vigila y la que está orgullosa soy yo. Cuando me canso de estar en la maldita silla de escritorio (incomodísima, art-decó)  me siento o me tumbo en el  sofá cama de color negro que está bajo la estantería de libros. El sofá hace juego con la alfombra de pelo alto que compramos en Ikea, tienen el mismo color. Las paredes malvas son muy acogedoras y los días que hace sol, el color se realza y la habitación parece más grande.
Así es  mi pequeño reducto de soledad. Una soledad siempre buscada pero nunca deseada.