3 mar 2013

Como la vida misma


Ella empieza a tener hambre, pero sabe que debe resistir. Ya  ha visto merodear al que le trae la comida. Hoy toca.  Pero no, no debe moverse. En todo caso levantar un poco la cabeza por encima de su cuerpo. Así, suavemente, apoyada en su lomo enroscado, como si no le importase nada. Cerrará los ojos hasta que oiga que la tapa se cierra y entonces… Empezará su estrategia. Ahora tiene que permanecer así, como está, no debe malgastar energías, las necesita para más tarde. La última vez la presa se le resistió, era muy ágil y ella se había abalanzado demasiado pronto. Esta vez está más preparada.
Él solo hace diez días que ha nacido y cuándo ya estaba empezando a adaptarse a vivir por su cuenta, van y le agarran por su rabito. Se ha retorcido como poseído por el diablo, pero no ha logrado pegarle un bocado al tipo que le ha cogido. No, no lo tiene nada claro, no sabe dónde le llevan, solo sabe que sus otros hermanos que salieron nunca han regresado.
Ella no deja de observarlo. Vigila todos y cada uno de sus movimientos. No, no tiene prisa, esperará a que se agote, a que deje de trepar y de corretear y cuándo menos lo espere, saltará sobre él, lo apresará con su cuerpo fuertemente,  descargará una pequeña dosis de su veneno y más tarde lo engullirá, entero, muy lentamente. Después volverá a su rincón, a la esquina, detrás de ese tronco hueco y seco de color rojizo y allí esperará una nueva presa que le sirva de alimento por otra temporada.
¡Allí Dieguete! Allí, mírala, está en la esquina, detrás de ese  tronco hueco y seco. Allí. ¿No la ves?  Y mira, mira al otro lado. Mira como trepa él. Mira como intenta escapar ¿Lo ves? ¡Pobrecillo! No puede, se escurre. Sabe que esto es el fin  y  quiere salir como sea. ¡Qué lástima, con lo pequeño y lo blanquito que es! Nada, lo intenta una y otra vez pero nada. En fin, así es la vida ¡Venga! Vámonos que ella aún tardará un ratito en pillarle. Y ahora… ¿Qué te parece si vamos a ver a los cocodrilos?

8 comentarios:

  1. Lupe, hay historia, y sé que es en Zoo, en el apartado de reptiles. He ido de visita hace dos veranos, y es cierto que las alimentan con ratones; pero, tambiédn, con insectos, dependiendo de la especie. El cuento es completo, y me gusta cuando se desvela que, al final, el ratón es el alimento de la serpiente.
    He disfrutado del cuento.
    Enhorabuena,H.
    Por cierto, que Tusitala me ha vuelto a dar luz verde para seguir con 45 y la Saga Tusitala. Incluso me lo ha pedido.

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  2. Mira Felipe no me parece que el blog sea el lugar en el que debatir cosas que hemos hablado personalmente, pero lo que yo te dije no era más que mi opinión personal puedes hacer lo que te dé la gana y si tienes la bendiciones del jefe aun más. No obstante prefiero que estos apartados sean para comentar los textos que colgamos, nada más.

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  3. Qué lástima, por Dios! Mejor ir a ver a las avestruces....

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  4. Aunque la Naturaleza es así, los pequeños sirven de alimento a los grandes, a lo mejor una mano inocente salva al pequeño ratoncito blanco.
    Muy bien Lupe.

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  5. Esa mano seguro que sería la mía...Prefiero un raton como animal de compañía a la "otra".

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