Otro despertar con dolor de cabeza, cerrar los ojos, esperar pacientemente a ver si desaparece. Abrir los ojos, no es un sueño, otra mañana con resaca. Cerrar los ojos, sentarse en la cama, peor todavía, el movimiento aumenta el martilleo.
Todas las mañanas lo mismo, sensación de cerebro oprimido y un pensamiento: No volver a beber.
Pasar las mañanas con temblores, desayunar café y pastillas para la migraña. Después de comer, mucho sueño. Pasar la tarde con ganas de siesta y al salir de la oficina, encontrarse bastante mejor.
Una cervecita antes de ir a casa sentará bien, por eso de euilibrar el PH. Ese es el primer paso que desencadena una série de circunstancias que acaban siempre con otra mañana con resaca.
Charla con el camarero sobre el partido del día anterior, entra un conocido. Me tomo una más contigo, pero luego me voy, hoy me quiero acostar pronto que llevo una semanita. Es lo que tienen estas fechas, siempre se acaba uno liando. Y aparece alguno más, se incorpora a la conversación. Pues ya con la hora que es podríamos cruzar enfrente a picar algo, que ponen unas tapas buenísimas. La siguiente ronda la pago yo. Creo que me paso al vino, me hincha tanta cerveza. Tráenos la carta de vinos porque, ¿Mejor una botella, No?, somos cuatro y nos la bajamos sin enterarnos, ¿Preferís Ribera o Rioja?
Y despúés de la primera botella, se pide la segunda, para acompañar el queso, y ya se olvida el cansancio, la mañana con resaca, ¿Vamos a tomar unas copas donde siempre?, estos días está lleno de chicas que salen solas para festejar la Navidad, buena época para salir de caza, aunque uno siempre vuelva solo y en mal estado.
No siempre comienza el ritual de la misma manera, de hecho los primeros días es algo planeado, ¿Salimos a emborracharnos con la excusa de la Navidad? O ¿Cenamos un día de estos que hace mucho que no nos vemos?, o bien suena el telefono y tu amigo del alma, al que no ves hace seis meses te pregunta, ¿Dónde andas tío? ¿Qué es de tu vida? ¿Nos tomamos algo a la salida del curro?
Así día tras día desde mediados de diciembre. En Nochebuena, le pides a tu madre que te haga un caldito y te retiras a una hora prudencial, un poco achispado para no variar.
La resaca dura hasta el 8 de enero, momento en el cuál recuperas el control y haces una lista enorme de propósitos para el próximo año, entre los que siempre está adelgazar y dejar de beber, aparte de mejorar el nivel de inglés. Te martirizas unos días pensando en ello, sin encontrar el momento de comenzar con tan ardua tarea pero pronto centras la atención en cosas más importantes, así hasta las siguientes navidades.
lAS MUJERES NI NOS TIRAMOS PEDOS, NI NOS EXCEDEMOS EN LAS FIESTAS, POR ESO OTRA VEZ ME VÍ OBLIGADA A METERME EN LA PIEL DE UN VARÓN. Y CON ESTE SE ACABAN LOS RELATOS ANTINAVIDEÑOS.
ResponderEliminarjajaja. ;-)
ResponderEliminarLo cierto es que las mujeres somos la leche de majas y como no nos lo dicen ellos, pues me parece estupendo que "nosotras ,las escritoras" hagamos lo que queramos con nuestros protagonistas (ellos). Buena fotografia de nuestra sociedad ¿decadente?
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