20 abr 2010

"Otro de cuento"


-Pasa, pasa; La puerta no esta cerrada con llave
-Grrr, gr... Soy yo, el lobo. ¿Es esta la casa de la abuelita?
-Si, claro. Te estaba esperando. Por cierto, tardaste mucho en llegar, creí que ya no venías.
-Me perdí por el bosque, no me dieron bien las señas.
-Ya, pues solo faltaba eso. Con la pasta que me ha costado alquilar esta cabaña en medio de la nada. A ver: date una vuelta. Bien , bien. Parece que estas bien formado. Deja, deja que toque tus bipces. Si, estupendo, me gustas, quizás demasiado pelo, pero mejor así, no como esos estúpidos rasurados que están ahora tan de moda.
-Mire abuelita, todo este pelo que llevo encima es del disfraz, me dijeron que cuanto más cantidad mejor. Pero de cualquier modo yo no me depilo y aunque no quiero pecar de ostentoso estoy bien servido de eso y de lo demás también. Ya verá como va a quedar de contenta la abuelita.
-Oye, lobito, ya se que he pedido este cuento, pero no te vayas a pasar con tanto abuelita para arriba y para abajo. Déjalo estar y no me llames otra cosa que cariño o así. Vale que podrías ser mi nieto, pero no lo eres y conste que no pago lo que me cuestas a tontas y a locas, así que vete quitando el pellejo ¡Que me esta entrando una sofoquina de verte tan abrigado!...¡Ah! y poco a poco, que también pago por el striptease
-Si, claro, abu...Amorcito, lo que tu digas.
En este punto el lobo empezó a contonearse. Ella sentada en su mecedora no le quitaba ojo. De un rápido movimiento se quitó una manga completa, y luego la otra. La abuelita miraba con ansia los brazos musculosos del lobo. Entonces se quitó lo que quedaba de la parte de arriba del disfraz. Un torso bien trabajado de gimnasio emergió de el. Sin depilar, con los pelos justos. De la boca de ella se escapó un sofocado gemido. Mientras; el seguía bailando lentamente.
-¡La parte de abajo! ¡A que esperas!- gritó la abuelita sin poder contenerse.
Y el lobo se la quitó y se quedó con un tanga negro estampado con pequeños lobitos de color rojo y siguió dando vueltas. Para entonces la abuelita ya no aguantaba mas y se había quitado el primoroso gorrito de dormir y también la mañanita y el camisón. Le hizo señas al lobo para que se acercara.
-¡De rodillas! ¡Bésame! ¡Todo el cuerpo!
El lobo seguía con la cabeza del idem puesta, cosa que ambos habían olvidado y cuando se inclinó a besarla, le incrustó el hocico en un ojo.
-¡Imbécil! ¡Casi me sacas un ojo!¡Te quieres quitar la mascara! –gritó ella furiosa- ¡Y también el condenado slip!
En ese momento alguien llamó a la puerta. Pom, Pom. Y más; Pom, Pom. Ellos metidos ya en plena faena no escuchaban nada. Pom ,Pom. La puerta se abrió de par en par. Dos tipos armados con escopetas entraron disparando al aire y detrás de estos un tercero.
-Pero ¿qué es esto?- gritó la abuela- Yo no contraté que siguiera el cuento con los cazadores y todo...
-Señora no diga tonterías .No se que coño ha contratado usted ni me importa- dijo el que parecía el jefe- Lo que si sé ,es que nos llevamos a este tío detenido a la comisaría. Allí le esperan el resto de prostitutos sin papeles junto con el jefe de la banda.
-¡No,no!.¡Por favor!, no se lo lleven.
-¡Pero señora!
-Bueno, si no hay mas remedio- dijo la abuelita mirando insistentemente a uno de los fornidos policías- Se lo cambio por ese...

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