Era una noche fría, húmeda y ventosa, cuando él abotonándose bien el abrigo sobre su cuerpo consumido y alzándose el cuello por encima de las orejas se puso en marcha. Deambuló por dos o tres calles hasta encontrar lo que creía buscar, entonces se detuvo ante un bloque de apartamentos. En el numero 5 pulsó el botón “PORTERIA”
_ ¿Sí, quién es? - contestó una voz malhumorada.
Él se sorprendió a sí mismo contestando:
_ Vengo al quinto A. ¿Puede abrirme?
_ Un poco tarde ¿No le parece? En fin... voy para allá.
Unos segundos más tarde un hombrecillo con mono azul le abría el portal.
_ ¿No le dijeron en la agencia que yo tengo un horario? Y con la tormenta que se avecina... ¿A quién se le ocurre venir a ver pisos? Si no fuera por la comisión, ni me molesto. Pero como está todo tan mal... El piso no es caro, tienen prisa en deshacerse de él. ¡Vamos! subiremos en el ascensor. Pues lo que decía, es un chollo, está muy arregladito. Vivía en él un matrimonio sin hijos... Ya sabe, donde hay críos todo está más estropeado, pero este está de dulce...
En el pasillo se pararon ante la puerta “A”. El hombre sacó del bolsillo de su abrigo un manojo de llaves escogió una y abrió la puerta. El portero le miró sorprendido.
_ ¿Le dieron las llaves en la agencia?
_ Si, claro - contestó el desconocido automáticamente.
Entraron. Dentro estaba oscuro y antes de que el portero lo hiciera, el hombre había pulsado el interruptor de la luz. El hombrecillo un tanto perplejo dijo:
_ Cualquiera diría que conoce la casa mejor que yo...
_ No, solo intuición... Hoy día casi todos los pisos son iguales. Por cierto, ¿conoce a los dueños?
_ Sí, a la señora... Pero yo estando la agencia por medio, no puedo...
_ No, no es por eso, no se preocupe. Yo lo que quisiera saber es que tipo de gente lo habitó antes. Si eran gentes felices... esas cosas. Yo creo que las buenas vibraciones quedan para siempre en las casas y las malas también... ¿Usted que piensa?
_ Pues no sé, no se me había ocurrido - dijo el portero rascándose la cabeza- Yo solo conozco a la señora, buena mujer, muy afectada por la muerte del marido, se marchó al poco de yo coger la portería. Un accidente de trafico brutal, según me contaron. Vamos, que el pobre hombre quedó como un sello de correos y perdone la expresión.
El hombre se estremeció y con voz apenas audible preguntó.
_ Por aquí se va al salón. ¿No?
_ Si claro ¿Cómo lo sabe? ¿Grande eh?
_ Sí está bien, me lo suponía así... Puede dejarme solo, quiero hacer unas mediciones y es tarde para usted. Cuando termine se lo diré ¿Estará en la portería?
_ Si claro, como usted quiera.
El hombre quedó solo, sus piernas apenas le sostenían y se apoyó en la pared del salón para no caer. Estaba temblando y el sudor le corría por su cuerpo frío, casi congelado. Respiró lentamente y cuando se encontró mejor fué hacia donde suponía estaba el dormitorio. Vacío, parecía más pequeño de lo habitual, la puerta del baño estaba cerrada, la abrió, las luces de la calle se colaban por la ventana iluminando tenuemente el cuarto. Fuera la lluvia arreciaba y los relámpagos se sucedían uno a otro. Echó una ojeada, todo estaba en su sitio. La cortina de plástico con los peces yendo de izquierda a derecha y viceversa, 105 en total, no tenía que contarlos, lo sabía de memoria.
Se sentó en el baño confuso, atolondrado. Sentía una opresión en el pecho que no le dejaba respirar. Pasaron unos minutos hasta que logró levantarse de nuevo, se quitó el sombrero y deslizó su mano temblorosa por la cicatriz que le atravesaba la cabeza de lado a lado. Luego se bajó el cuello del abrigo que había mantenido alzado todo el tiempo y al fin se atrevió a mirar directamente al espejo. A la luz de un relámpago pudo apenas ver lo que quedaba de un rostro deformado, sin apenas relieve, que le devolvía la mirada.
Luego vino el trueno... Y cayó al suelo fulminado por el rayo.
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ResponderEliminarSiguiendo el consejo de mi secretaria y ante la fascinante entrada para un texto que os dieron a los que vaís al "cole", lo siento,pero os la robé, no he tenído que hacer más que permitir a mis dedos moverse por el teclado del ordenador.Ha salido solo. Bsss. MARISA Grumpy
ResponderEliminarBueno jefa. Ya sabemos de tu facilidad para ponerte delante del ordenador y dejarte llevar, pero esto... ha sido muy fuerte. Yo aún estoy pensando que hacer con ese tipo enjuto y helado.
ResponderEliminarJa, ja..Está muy bien. Yo tb he escrito algo con la misma entrada. os lo leeré en el próximo cónclave.
ResponderEliminarBSS