21 oct 2010

El cebo


El oficial de policía depositó tres bolsitas de plástico sobre la mesa del despacho. Martínez miró con desgana el contenido, un cordón de seda o tal vez de algodón, un lapicero sin estrenar y una media corta.
_ ¿Eso es todo?
_ Verá jefe. La habitación estaba ordenada, no había signos de robo o de que se buscara algo, lo único fuera de lugar es esto, estaban al lado de la muerta, menos el lapicero, ese lo tenía dentro de la boca, como si se lo estuviera fumando... muy desagradable. Por descontado que la mujer abrió la puerta, tuvo que ser alguien conocido. Los vecinos dicen que recibía pocas visitas, a veces se reunía con madres de sus alumnas para organizar algún que otro festejo, dicen que era muy manitas, les hacía piñatas y cosas así. En fin, por ese lado no he sacado mucho en limpio.
_ ¿Quiere usted una pizza? Yo voy a pedirme una. A las cuatro quiero estar en casa de la muerta y usted me acompaña... ¿Le hace una margarita?
_ ¡Joder jefe! Ya lo creo, con el hambre que me hace pasar la parienta...Y una coca cola. ¡Pero que sea light!
_ ¿Base fina o gruesa?
_ Gruesa, por una vez que me salgo... ¿No le parece?
_ Claro que me parece hombre y ya puestos, si pedimos la oferta tenemos trufas gratis.
_ La oferta señor, la oferta...
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El comisario Martínez hechó una ojeada a la habitación. Nada fuera de lugar, todo perfectamente ordenado y limpio, solo una nota discorde, en el suelo la silueta marcada con tiza del cuerpo de la victima en posición fetal. En una esquina del aparador unas fotos colocadas con admirable simetría miraban fijamente al infinito.
_ ¿En alguna de las fotos está la muerta?
_ Esta señor, creo que es la rubia, teñida claro... no vea la raíz que tenía ya. Me llamó bastante la atención cuando recogimos el cadáver. Yo le tengo dicho a mi mujer que se deje el pelo tal cual, que van como fantoches con tanto tinte...
_Vale, hombre vale. A lo que vamos. ¿Dice que la media estaba tirada al lado? Deje que la vea. Muy dada de sí... Seguro que la estrangularon con ella. ¿Y el lápiz...? ¿Que pinta aquí el lapicero?
_ Ja, Ja, Ja...¡Que chiste acaba de hacer jefe! Es que usted es mucho. El lápiz es de esos corrientes que encuentras en las tiendas de a cien, todos los críos los tienen y la media también es de ese tipo de tienda supercutre, lo sé por mi muj...
_ ¿Dijo usted que hay una tienda de a cien por aquí cerca?
_ Sí, sí señor. En la esquina de la calle.
_ Coja la foto de la muerta, vamos a hacer una visita a la tienda.
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El chino de la caja les miró impasible y con el dedo índice señalo las cestas de plástico para guardar las compras. Martínez cogió una de ellas y empezó el recorrido por los pasillos atiborrados de objetos. Flores horrorosas se mezclaban con cubos de plástico de todos los colores, fregonas, maceteros, tremendos budas inflados de colesterol, gatos de la suerte... García le seguía a duras penas andando de lado para poder deslizar sus kilos sin peligro de tener que comprar algo que no quería. Los cartelitos eran muy explícitos “Si lo rompes, lo has comprado” Al pasar por una estantería llena de pequeños objetos, un pajarito se puso a cantar estrepitosamente. La vibración lo había activado. García dio un respingo.
_ ¡Joder que susto! Vaya gilipolleces que venden estos tíos...
Sentía que eran observados desde algún punto de la tienda y esto le ponía nervioso.
El comisario estaba parado en la sección de mercería cuando García le alcanzó.
_ Mire señor. ¡Doce calzoncillos por tres euros! Me los cojo.
Martinez no le escuchaba, estaba recogiendo unas cajitas de cartón que depositaba en la cesta.
_ ¿Qué se lleva jefe? ¿Calcetines?
_ Vamos, ya hemos terminado.
Depositaron las compras en el mostrador, ahora había dos personas en la caja. El chino y una china.
_ ¿Tienen ustedes lapiceros como este?
_ Sí señol... Al final del pasillo, silvase los que quiela.
Martínez hizo una seña a su ayudante.
_ Traiga una docena García.
La china contaba las cajitas de cartón, en la numero seis se paró y la retiró a un lado
_ ¿Por qué quita esa caja? Las quiero todas.
_ Polque esa es la muestla. Solo una media. Estal incompleta.
_ ¡Ah... ya! Soy policía- dijo Martínez al tiempo que les mostraba la placa- ¿Conocen esta mujer?
Les puso la foto delante, el chino semi cerró los ojos para concentrar su visión hasta que estos parecieron dos limones rajados por el centro.
_ No, no sabel, aquí venil mucha gente, y pala mí todos palecel igual, todos igual.
_ Ya, como si fueran chinos.
Martínez miró a su ayudante con ojos asesinos
_¡Cállese hombre! ¡Cállese! - le recriminó.
La mujer denegó con la cabeza.
_ Bueno, cuanto es todo, incluidos los calzoncillos y también la caja con una sola media, me la llevo.
_ Doce eulos, la muestla es un legalito de la casa.
Los dos policías salieron de la tienda
_ ¿Y estas son las tiendas baratas? ¡Joder! si para nada que compras te dejas un montón de euros “Y la caja de muestla es un legalo” Serán gilipollas...
_ ¡Ah jefe! gracias por los calzoncillos, es un detalle.¿Dónde vamos?
_ A la casa de nuevo, quiero hablar con la vecina de enfrente. Es la más habladora, ¿nó?
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_ Sí, sí señor - decía la mujer visiblemente contenta de hablar con el comisario- Yo soy la que más la conocía, hace años, nunca nos intercambiamos la sal o el aceite, ya sabe, esas cosas, la pobre no creo que guisara mucho, estaba escuchimizaaa... Pero nos saludábamos siempre que nos veíamos en las escaleras. Era muy amable, solitaria, nunca se la veía con nadie, las visitas contadas. Su sobrino de vez en cuando, a ver que podía agarrar... ¡Que Dios me perdone! pero su único heredero, ya sabe... Luego las madres de sus alumnas de vez en cuando y el chino de la esquina que le traía regularmente cosas para sus trabajos manuales, a veces venía su mujer la china, pero las menos. Preparaba en casa las fiestas del colegio, eso me decía...
_ Gracias señora... si la necesito la llamaremos.
_Sí sí, encantada de ayudarles...
_ ¡Ah! Y no se le ocurra llamar a nadie de las televisiones, ya sabe como son y seguro que saldría en los telediarios y en algún programa de esos sensacionalistas que a usted no le interesan ¿verdad? Y si la descubren hable con ellos lo menos posible... la marearán inútilmente y tendrá cámaras aquí todos los días fastidiándole la vida... ¿Y eso quién lo quiere? ¿Verdad?
_ Sí, claro... tiene razón, pero una pequeña entrevista... Yo soy la que más la conocía...
_ Haga lo que quiera pero tenga cuidado con lo que dice.
Cuado llegaron al despacho el día estaba consumido, el comisario encendió la luz, sacó la bolsita de plástico con la media y la comparó con la de la muestra.
_ Es un par, son exactamente iguales, la que usaron para matarla está más estirada, pero no hay duda, la sacaron de la caja para matar.
_ ¿Entonces ha sido el chino? El cabrón decía que no la conocía y... ¿Como lo probamos?
_ Tendiéndole una trampa. Pero bueno... realmente ya está puesta. Es cuestión de horas...
_ No le entiendo jefe... ¿Cuándo la hemos puesto?
_ La vecina llamará a Sucedió en Madrid, o algún otro programa. La entrevistarán y largará más de lo que debe. A partir de mañana quiero que vigilen a la mujer, sin que se entere, dos hombres dentro del edificio y otros dos siguiéndola a todas partes, si ha sido el chino, la querrá silenciar e irá a por ella...
_ ¡Joder! Que listo es usted jefe. Y hasta sibilino.
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Pilar empuja el carrito relleno de compras escaleras arriba, más abajo se oyen unos pasos que van subiendo también las escaleras...
_ Hola, es usted... ¿Qué le trae por aquí?
Algo rodea el cuello de Pilar, manotea, trata de gritar.
_ ¡Arriba las manos, suéltela o disparo!
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_ ¡Que pena jefe, me lo he perdido! Lástima que tuve que ir al medico dietista, justo ayer, cuando el pájaro cayó y... ¿Que cantó el chino?
_ Nada de chino, la china, a ella es a la que cogimos con las manos en la masa, lío de faldas. El chino se trajinaba a la muerta, la mujer se enteró y...
_ No joda jefe, quien lo iba a decir ¿Y lo del lápiz, que cojones pintaba en todo esto?
_ Un ritual... algo como para decirle a la maestra “zapatero a tus zapatos.” El resto para despistar, en fin García... asunto resuelto. Por cierto ¿cuántos kilos perdió esta semana?

3 comentarios:

  1. Hace mucho que no cometo asesinatos, aquí teneís uno. Grumpy

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  2. Ahí te dejo mi regalito fotográfico. Esta vez me ha resultado bastante complicado. Debe ser que estoy un poco más espesa que de costumbre. Si no te gusta lo cambiamos.

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  3. Alguno de los hombres q tienes por casa, ¿No será un cadaver disecado, verdad?...Es que se te ve tan natural escribiendo sobre asesinatos...

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