45 giró la llave en la cerradura y cerró la oficina. La calefacción caldeaba el ambiente a tope y el detective decidió que no bajaría en el ascensor. Se dispuso a descender por las escaleras, y tropezó, antes de dar el primer paso, con el inicio de un reguero de sangre, con un diente molar y la huella, casi reseca, de unos playeros o deportivas.
45 no daba crédito a lo que veía. El reguero se extendía como un riachuelo durante el descenso. procuraba no contaminar los rastros, y por el camino, se dio de bruces con una prótesis dental, luego, en el tercer piso, con un ojo falso de cristal. Se sentía familiarizado con todas las evidencias. Estaba seguro que eran de un vecino. Continuó: ropa deshilachada, trozos de piel (carecía de huellas digitales o manuales) y, saliendo ya a la calle, con una mano cortada, y un cuerpo sin rostro, sanguinolento, indefinible, volvió a tropezarse con un tipo tan ancho y grande como dos armarios. El tipo, con gabardina, giró la cabeza.
-Hola, 45-dijo.
45 lo reconoció: Samuel Espada. A su lado, 45 parecía un hobbit o un halfling; pero cada uno nace como nace.
-No te esperaba-murmuró.
-Yo, tampoco, 45-declaró Espada-Pero aquí estamos, añadió.
Espada le puso en antecedentes. Le conocía 45, y el cadáver.
-Gumer Sindo. Es tu vecino.
-Lo sé. ¿Hay testigos?
-Sí, Una madre, y su hija. Pero describieron a la figura como una sombra que se movía muy rápidamente, y no lo han descrito. En fin , no hay nada.
-Estoy frustrado-añadió 45.
-Pero han dejado una nota: "Anónimo A. B." No dice más. ¿Sabes algo?
-Sí, que no es de mi vecindario.
-Bueno, ya es algo.
-He traido mi Netbook-dijo Espada- Buscaremos datos a partir de esta nota. Luego, reconstruirás los hechos.
-Buena idea.
Tras cruzar muchos datos, dieron con el dueño de las iniciales A. B.; resultó ser un nick, del cual no era propietario. Y vieron algo más: todo estaba conectado, y que, A. B., no pertenecía a su mundo. Se trataba de un error, de una equivocación, o que el Destino les jugaba una mala pasada.
Todo se aclaró de un timbrazo.
Espada permaneció en silencio, esperando las conclusiones de 45.
-Haz honor a tu nombre (si lo es, claro)
-Haz honor a tu nombre (si lo es, claro)
45 carraspeó, escupió una flema, y dijo:
-Creo que este B. A. o Anónimo no es de este mundo, de esta realidad. Dejó huellas de unas deportivas, o de unos zapatoa, o de lo que sea. Asesinó a Gumer, sólo para dejar constancia de su presencia y, hay otro asunto más, planeó el crimen a propósito con despropósito y alevosía.
-También he llegado a las misma conclusiones, 45. Pero, lo que me escama, es como logró atravesar su dimensión, para entrar en esta.
-Muy sencillo. Alguien le dio la Llave, y este mismo Alguien, se la arrebató.
-Matrix, como en Matrix, pero más convencional-apuró Espada.
-Y no "puede" salir. Está atrapado. Y A. B. no es así. Es B. A. Entonces, me llegó una idea a la mente que me iluminó, porque yo no la había pedido: Black Adam: Anónimo Black Adam. Lo que no recuerdo es, si yo medité sobre eso, o se me impuso. Además, es un asesino peligroso. No asesina por placer. Es el líder de muchos Anónimos, y eso le confiere poder. Todos somos Anónimos.
-Pues Adam tiene superpoderes...-interrumpió Espada.
-Sí, no lo discuto: y quién narra nuestro ahora, es aún más Poderoso.
-¿Nuestro ahora, 45?
-Oh, perdona, lo ignoraba. En tus aventuras dicho Creador no es palpable.
-Cambia de tema. Estoy empezando a aburrirme.
-Concluyo: Ha entrado, pero no es posible que salga. Tendrá parte de su vida en dicha dimensión; pero su vida, aquí, es semejante a una prisión. Pero es imposible dar con él, porque, en su anonimato, es muy poderoso, y puede ser cualquiera. Se ha escurrido como el agua. No hay más.
-Estupendo, 45. Y, ahora, me regreso a casa. Ya he informado a la Policía.
-Feliz Navidad
-Lo mismo digo. Y procura que B. A. no te aceche, 45.
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