Después de muchos años vuelvo a subir al "Topo", por última vez.
Durante el recorrido viajo al pasado que deseo me acompañe hasta el final. Me veo por el monte, lloviznando a veces con frío, entrar en un caserío para beber leche recién ordeñada. Otras veces, para comer fresas que los caseros cultivan en sus tierras. Huelo el verde de los prados y siento el placer de la libertad. Anuncian mi destino. Salgo del recuerdo para buscar el abrazo eterno del mar.
Pero ... en el andén reconozco esos ojos verdes, ¿me esperan?
-¡Aitor!
-¡Maitia!
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