Esta historia es la de una princesa que vivía sola en un palacio.
El palacio estaba lleno de cosas que había recopilado viajando por todo el mundo.
Era, verdaderamente, un lugar extravagante, fiel reflejo del carácter de la princesa.
Ella era una mujer con un estilo muy personal, alegre y bastante instruida.
En su palacio cada rincón tenía un significado y ella disfrutaba mimándolo todo.
Era también consciente de que a ella no la mimaba nadie. Hasta que un buen día…
El cochero que la llevaba y la traía de la villa cruzó con la princesa una mirada.
Ella le sonrió y le devolvió la mirada.
En otra ocasión y tras varios meses de miradas cruzadas, él se atrevió a tocarla.
En un tropiezo, al subir al coche, la princesa se caía y él la sujetó por la espalda.
Ella le increpó con elegancia principesca diciéndole…
Enrique, por favor, quite sus manos de mis senos que ya estoy erguida. Gracias.
Él se disculpó, pero a continuación puso las manos en su cintura y le ayudo a subir.
En lo alto del carruaje ella se le quedó mirando y le dijo…
Esta tarde le espero en mi casa. A las cinco. Quiero agradecerle sus servicios.
El cochero acudió a la cita y ella le recibió ataviada con sus mejores galas.
En la sala se sentaron uno frente al otro y la princesa se interesó por su vida.
Él también estaba solo. Viudo desde hacía unos años, se vino a vivir a la villa.
Entablaron conversación hasta bien entrada la tarde y la princesa le invitó a cenar.
Él aceptó. Aunque de distinta clase social, se le veía refinado. A ella le gustaba.
Estas reuniones se fueron haciendo más frecuentes, pero siempre a escondidas.
Ella no quería perder su estatus social y estaba mal visto mezclarse con la plebe.
Él, con el tiempo, se cansó. Lo quería todo. La quería a ella. La quería para él.
Ella lloró su marcha, pero su reputación quedó intacta para con sus amistades.
El tiempo la volvió arisca y bastante insoportable, siempre encerrada en su palacio.
El pasado llenaba su estancia de cosas, pero no supo hacerle un hueco al futuro.
FIN (de momento)
FIN (de momento)
Lupe: aunque no he podido aún leer con el detenimiento que se merece tu relato, dos cosas:
ResponderEliminar- me gusta la estructura con frases separadas por punto y aparte. Es original, lo intentaré yo.
- Y el título?,
ciao
Perdona Lupe por el atrevimiento de ponerle un título, de momento, a tu cuento pero es que por algún motivo que desconozco al no tener título y empezar con una imagen se jodía la página.
ResponderEliminarEl cuento me parece muy original en su estructura y lo llevas hasta sus últimos extremos, incluso de ser demasiado realista.No soy yo el más indicado para criticar esto, pero sí me gustaría recordarte que estamos en el mundo de la ficción y aquí la realidad y la verdad no son la misma cosa (posiblemente en el mundo que habitamos tampoco). Felicidades.
Definitivamente, es el relato que más me gusta de los que has hecho. Quizá por su estructura (puntuada, directa, casi agresiva) muy original y su realismo (en el sentido de que se trata de una secuencia de acciones reales, no reflexivas), distinto de lo que has hecho hasta ahora. La frase "Enrique, por favor, quite sus manos de mis senos que ya estoy erguida. Gracias" además de antológica es realismo puro. Más aún, quitando las dos primeras frases el cuento podría ser una recreación de una pareja actual.
ResponderEliminarCon frases cortas defines muy bien a los personajes. Un "pero": no me encaja mucho la última parte, cuando ella llora y el "qué dirán", no me cuadra con una tía viajada y culta. Yo el desencuentro lo basaría en otra cosa.
No entiendo el comentario de Antonio al respecto del exceso de realismo y su crítica (no sé, Baroja es realista y ahí está), pero me gustaría discutir con él qué limitaciones supone que estemos "en el mundo de la ficción"... 7,5/10
Lástima no poder discutir —es uno de mis placeres favoritos— contigo, Jose, sobre este asunto porque no creo que en el mundo de la ficción tenga que haber ningún límite, salvo el de el buen gusto. Y por polemizar —te reto a un duelo a muerte (VERBAL, SE ENTIENDE)- a mi, Baroja me gusta mucho y, en mi opinión es bastante mejor que tu favorito Stefan Zweig. Pero por darte una pista, para no aumentar tu perplejidad, y aunque no sé si debiera, tanto el cuento de Lupe como el mío titulado Mürrisch, recrean una circunstancia personal de una mujer, que por cierto tú tienes el gusto de conocer.
ResponderEliminarBueno ,yo era la que "faltaba para el duro". Me gustó, pero...¿donde esta el hada buena arreglando entuertos que para eso sirven ellas?
ResponderEliminarVeo que hay cambios en el texto, pero sin comentarios al respecto de Lupe. Me gustaría que los compartiera con nosotros.
ResponderEliminarAntonio, a mí también me encanta discutir, y estoy descubriendo que sobre literatura más, seguro que tendremos foros más "humanizados" que éste para hacerlo, nos vamos a divertir.
Con mi comentario quería decir que no entiendo, y sigo sin entenderlo, qué quieres decir con tu “…incluso de ser demasiado realista…”, ¿cómo se es demasiado realista? Y tu "...me gustaría recordarte que estamos en el mundo de la ficción y aquí la realidad y la verdad no son la misma cosa (posiblemente en el mundo que habitamos tampoco)." Interpreto que al decir que recuerde que estamos en el mundo de la ficción (¿?) es que tiene que tener algo en cuenta o algo así, (limitación le llamé yo, quizá no acertadamente), cuando no creo que ocurra eso en ningún caso. Pero vamos, me da que es una cuestión de interpretación más que un desacuerdo.
Sobre tu reto Baroja/Zweig, ahí no tio, ahí no puedo entrar, no hay polémica, a tí te gusta uno y a mí el otro, punto, aparte de ser mundos distintos. (En Beatles/Stones sí podría, ;-)).
Desde la primera lectura a fondo ya intuía yo que el texto podía recrear la circunstancia personal de una mujer determinada, pero yo daba una opinión a priori y aséptica. Creo que eso no desvirtúa mis comentarios.
Me he quedado boquiabierta leyendo vuestros comentarios y sobre todo vuestras polémicas (Jose y Antonio)
ResponderEliminarSolo comentar que, prácticamente, me salió de corrido y que está sujeto a ampliaciones modificaciones etc. De hecho ya he modificado algunas cosillas que releidas y haciendo caso a las sugerencias de Jose, me parecía que se podían cambiar.
Antonio, gracias por ponerle título. No lo voy a cambiar, solo voy a agregar el que yo le había puesto.
Marisa, te recuerdo que, en el mundo real, las hadas buenas no existen, son todas brujas disfrazadas.
Gracias por vuestras críticas.
Te agradezco que mantengas mi título, pero era sólo momentáneo, el único que debe valer es el tuyo. Así que si me permites voy a editarlo... y para que esta historia termine bien, si me dejas te cuelgo un post musical que puede ir bien al cuento.
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