21 dic 2010

“El espejo mágico”

—La-larala, la, la, la, larala la, la... Espejo, espejito mágico ¿Soy yo la más guapa de las cuarentonas de esta ciudad, de esta su comunidad autónoma, y a su vez de esta nación de naciones llamada España?
—Sí, si que lo eres… Pero de momento claro. En estos tiempos todo cambia rápidamente, no como cuando yo era joven, entonces sí que se predecía sin miedo a equivocarse, pero ahora es otra cosa, en cuanto te descuidas ya todo es diferente y luego con las clínicas de estética proliferando por todas partes.
—Sí, ya veo lo que quieres decir, tendré que estar ojo avizor. ¡Pero tú me avisas! Que para eso pagué una pasta al anticuario por ti. En cuanto sepas de otra más guapa yo me largo a la Buchinger y me hago un arreglito. La larala, la, la ,la, la ,larala, la...
— ¡Jó, Má! ¡Ya estás con el puto espejo en la mano! Todo el día igual. ¿A qué no has hecho la cena? Seguro que te has pasado todo el día en el gimnasio, en los masajes y poniéndote esos potingues para la celulitis y las arrugas y luego con los peelings de los cojones.
— ¡Calla! Que tienes una lengua. Ni que fueras un político. Las niñas adolescentes educadas como yo he intentado educarte, no hablan así. Sí, no hice la cena. ¿Y qué?
—Pues eso, que cuando venga el viejo se va a armar. Así que, yo me largo a la cama. See you later aligator...
—Eso, eso, lárgate, deslenguada, que todavía tengo que ponerme la mascarilla y no puedo hacer gestos que me irriten y tú me estas fastidiando.
— ¿Has visto espejito que borde está la niña?
—Borde, borde, no sé, pero guapa, se está poniendo a rabiar, lo que te dije antes, de un momento para otro las chicas florecen y esta ya es más bella que tú y tiene un cuerpo que...
— ¡Maldito espejo! ¡Mientes! ¡Al contenedor de los cristales rotos contigo! ¡Ya eres historia!
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—Sonia, cariño, ¿Puedo entrar en tu habitación? ¿Sí? Mira lo que te traigo, una manzana riquísima para cenar, ya sabes que las manzanas son muy sanas y además no engordan y tú te estás poniendo un poquito fondona últimamente y tengo que mirar por ti.
—Vale Má, ahora lárgate, que estoy ocupada con mis cosas, cierra la puerta. Adiós.
—Oye, Gonzalo, soy Sonia. ¿Tú me podrías hacer un análisis de alimentos en el laboratorio? Es una manzana, ya te contaré... Bien, hasta mañana. Adiós.
—Se va a enterar esta. “Que te comas la manzanita”. ¿La cretina pensará que me quiero suicidar? La voy a meter un paquete por intento de asesinato y la destruiré. ¡A la mierda con mi madrastra!

3 comentarios:

  1. Hace tiempo que no soy "mala" y me aburría. Ahí teneís un cuento ligeramente perverso. ¡No todo va a ser bueno en Navidad! Marisa

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  2. Pues sí, un poco malvado sí que es. Menos mal que aclaras que es su madrastra, si llega a ser szu madre, entonces sí que sería perverso.

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  3. Princesa, estas fotos que he puesto en tu escrito no son muy originales, pero al menos queda ilustrado.
    El ramalazo malvado te va muy bien porque le das tu particular toque humorístico.
    No se me ocurre ninguna música para poner.
    Si quieres alguna en particular, nada más tienes que decírmelo.
    FELICES FIESTAS.

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