16 may 2011

ESPEJO



Me miro en el espejo pero no me veo, no soy yo la que se encuentra reflejada, te pareces un poco a mi madre pero tampoco eres ella, no te conozco ni entiendo qué haces frente a mí.
Se empeñan en convencerme de que eres yo, no soy tan ingenua. No eres fea y quizás nos parezcamos un poco, pero tú eres mayor, tienes muchas arrugas y cara de amargada. No, no te ofendas, es que siempre estás muy seria. Te sonrío y me devuelves la sonrisa, entonces tienes un aire más juvenil, me recuerdas un poco a mí.
Creen que no les escucho, dicen que estoy en mi mundo, todo el día sentada con el espejo en la mano. Claro que les oigo, pero no me interesa lo que dicen, ni me molesto en contestarles.
Te sigo mirando, te sonrío, me sonríes. A veces lloro porque no comprendo dónde se ha ido mi reflejo, tú me entiendes y lloras conmigo.

2 comentarios:

  1. Hola, Ingrid,
    que relato sobre la identidad, o renuncia a la misma tan poco festivo. Estoy a punto de llorar. El personaje debería romper el espejo. Por lo demás, me ha gustado, dices mucho en muy poco espacio. Estupendo, el microrrelato. Sigue así.

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  2. Muy chulo. Muy tuyo. Muy propio de tu estado de ánimo actual.
    Por cierto... ¿Ganaste algo en el concurso de microcuentos, o vamos a tener que pagarnos las cañas cada uno como de costumbre?

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