13 may 2010

Fidelidad


Cada día seguía yendo a buscarle a la estación del pueblo. Los trenes se sucedían unos a otros, pero Él no llegaba.Pasaron meses, años y continuaba acudiendo incansable a su cita diaria. Hubo cambio de siglo, pero el tiempo de Ella seguía congelado.
Un día no pudo encontrar la estación, buscó la puerta que llevaba al anden, el banco donde se sentaba...Solo halló un montón de ruinas. Entonces supo que estaba atrapada en un mundo que ya no la correspondía, que Él nunca volveria allí. Y decidió buscarle en otro nivel.
Y se diluyó...

2 comentarios:

  1. Me comento a mi misma para practicar por orden de mis "profe". Ellos saben de quien hablo.
    ¿Os gustó?

    ResponderEliminar
  2. Eres una máquina y en el fondo... te va este rollo
    ¿a que sí?
    El relato es de lo mejor que has escrito.
    Sigue así, tienes mucho talento y también mucho talante.
    Un besazo de... ya sabes quién.

    ResponderEliminar